miércoles, 28 de agosto de 2013

Budín súper húmedo de zapallo kabutia y nuez


Sí, me declaro culpable, soy adicta al zapallo kabutia (o japonés). En otra oportunidad ya les conté a cerca de las bondades de esta hortaliza, pero por las dudas les recuerdo que, en su mejor época, es mucho más dulce y sabroso que la calabaza o el zapallo anco. Esta vez, tomando una receta de budín de calabaza que ví en algún lado, se me ocurrió reemplazar la calabaza por kabutia asado y el resultado fue increíble. Probá cocinar en el horno un zapallo kabutia cortado al medio, envuelto en aluminio, y vas encontrar un sabor inigualable, muy dulce, y con un dejo a fruta seca, que combina más que bien con las nueces de esta receta.

Para el budín vas a batir 2 tazas de puré de zapallo ya frío con 2 y ½ tazas de azúcar, 1 taza de aceite y 4 huevos grandes. Perfumás con vainilla y canela, y le incoporás 3 y ¾ tazas de harina con 1 cda. sopera de polvo leudante. Finalmente, agregás 1 taza de nueces picadas (o la fruta seca que más te guste) y dividís la preparación en dos budineras grandes, enmantecadas y enharinadas. Los tenés que cocinar en horno medio por 1 hora o un poquito más. Como siempre, hacé la prueba del palillo para verificar si está listo.
 

Si hay pequeños en tu casa podés reemplazar la fruta seca por trocitos de chocolate, los va a tentar mucho más y es una buena forma de que incorporen más verdura en su dieta.

miércoles, 21 de agosto de 2013

"Sabino", un intento fallido...


Sabino es uno de esos lugares que promete mucho pero queda en el intento. La ambientación es muy bonita, predomina la madera, aunque parece más bien una cabaña del sur, más que una taberna tipo Vasca, que es como se presentan. En la carta hay una gran variedad de pintxos (que serían las tapas para los madrileños), sandwichs, ensaladas y algunos platos elaborados. Al leer el menú, todo suena muy tentador, pero cuando llega a la mesa las expectativas se cubren a medias, y por el precio que cobran, no invita a volver.

Para empezar pedimos dos pintxos, uno de cordero braseado y uno de pollo al puerro. Ambos eran una especie de “guisado” servido sobre una tostada. El de cordero ($28), estaba casi incomible por el sabor fuerte de la carne, incluso tenía aroma como a establo. El de pollo ($26) estaba muy rico, aunque no dejaba de ser un poco de pollo con puerro y crema.

 
 
Como platos principales elegimos una ensalada “Sabino” ($80), que anunciaba hojas verdes, aceitunas negras, hongos, salmón rosado y reducción de aceto; y un marmitako de abadejo ($95) cuya descripción textual era: postas de abadejo en cocción de salsa de pimientos del piquillo con aliño de aceite de oliva y ajo asado acompañado por patatas bravas. Bueno, empecemos por la ensalada, las hojas, aceitunas y hongos estaban perfectos y en abundancia; ahora, el salmón a simple vista parecía ahumado, lo cual hubiera sido un problema para alguien que no come pescado crudo (ya que decía rosado, no ahumado), pero al probarlo no tenía gusto a nada, ni a ahumado, ni a salmón, en fin, deben cambiar el proveedor o revisar su forma de conservación de la mercadería fresca. Además la reducción de aceto brillaba por su ausencia y los condimentos que había en la mesa dejaban mucho que desear, el aceite no era oliva puro y el “pseudo-aceto” tenía gusto a tutifruti. El marmitako por su parte estaba rico, pero en la salsa no se apreciaba el sabor de los pimientos (parecía una salsa de tomate bien sabrosa), el aliño de ajo nunca lo encontramos y las “patatas bravas” eran unas rodajas de papa que de bravas solo tenían el nombre.

Por las dudas no nos arriesgamos a pedir postre.

La copa de vino más barata está $38, una exageración; y cuando consulté si tenían sidra la camarera me respondió: “…no estoy segura si queda, pero igual la que teníamos era de manzana…”, ¿?. La atención fue buena, pero ese tipo de ignorancia en un restaurant que cobra esos precios es totalmente inaceptable.

Les paso la dirección para que si un día pasan por la puerta, sigan de largo…Sabino está en Baez 401 (esquina Chenaut), Las Cañitas.

miércoles, 14 de agosto de 2013

Clásico de clásicos, pionono...


Hoy, un clásico de clásicos, pionono. Sí, ya sé, lo primero que pensás es que la receta más simple consiste en ir a comprarlo al súper, pero te aseguro que una vez que lo hagas, nunca más vas a querer volver al industrial. ¿Por qué?, varias razones: lo podés hacer del tamaño que necesites, nunca se te va a quebrar cuando lo enrolles,  tenés la opción de saborizarlo, y lo más importante, es mucho más rico!. Si seguís los pasos que te cuento a continuación, es imposible que te quede mal, así que manos a la obra.

Antes que nada te digo que con las cantidades que te paso, sale una placa de 25cm x 35cm, según el tamaño de tu molde, podés agregar huevos, siempre respetando las proporciones. Yo usé 3 huevos, 30 grs. de harina, 30 grs. de azúcar y 2 cdas. soperas de miel. La regla es muy fácil, por cada huevo son 10 grs de harina y 10 de azúcar, pero si lo querés más grueso, le agregás 10 grs más de harina y 10 de azúcar, al total de la preparación (no 10 más por cada huevo).

Primero hay que batir los huevos con el azúcar a punto letra, o sea hasta que puedas hacer un dibujo con el batido y se mantenga el trazo por unos segundos. Después, agregar la miel y unas gotas de vainilla (puede ser ralladura de algún cítrico también). Batir unos segundos más para integrar y dejar la batidora. Por último, agregar la harina con movimientos envolventes y volcar sobre una placa forrada con papel bien enmantecado (sin enharinar). Antes de llevar al horno, pasar un dedo por todo el borde, como haciendo un surco entre la masa y los laterales del molde, y cocinar en horno fuerte entre 10 y 12 minutos. Retirar y desmoldar sobre un paño. Con mucho cuidado sacar el papel y enrollar con el paño. Dejar entibiar un poco, sacar el paño y volver a enrollar pero esta vez con el papel.    
 

miércoles, 7 de agosto de 2013

U.G.A.B. segunda vuelta, un viaje con los sentidos...


Ya de vuelta en Buenos Aires, decidí seguir viajando con los sentidos, y esta vez me fui para mi amado medio oriente.

Hace un tiempo les conté que fuimos a U.G.A.B. a comprar comida armenia para llevar y que la experiencia fue muy buena, así que ahora decidimos reservar para ir a cenar un sábado.

La organización es perfecta, como el salón es amplio las mesas están a la distancia correcta unas de otras, y cada camarero tiene asignado un sector, con lo cual es muy fácil ubicar al tuyo, aunque hay padres atentos en todo momento para que a nadie le falte nada (sí, padres, recuerden que las cenas son organizadas y manejadas por alumnos y familiares para recaudar fondos para el viaje de egresados a Armenia).

Las entradas frías están a la vista y son muy variadas, los platos parecen chicos pero les aseguro que cuando se empiezan a servir, resultan interminables.



 

 

 
 
Antes de pasar a detallar lo que comimos debo mencionar que de la mayoría de las cosas se puede pedir media porción, cobran el 60% del precio del plato completo, y es  ideal para probar un poco de todo sin gastar de más.

Pedimos una ensalada Belén (muy rica, y para nada aceitosa, $36)

Un  Subereg (delicioso, $40)
 

Medio Pasha Bereg con verdura (algo nuevo para mí, y que seguro repetiré, $24)

Medio Shish Kebab de Lomo (perfecto el punto de la carne, $36)

 

 
 

Medio Shish de cordero (eran 4 “bolas” de carne picada de cordero muy especiado, cubiertas con yogur y acompañadas de verduras y pan árabe, muuuuy sabroso, $31,20)

Para terminar, 1 porción de torta de higos (un poco seca esta vez, pero cuando está bien hecha es excelente, $24)

Acompañamos con un Callia Alta Shiraz ($40) y un agua mineral ($16).

Cobran $10 de cubierto y sirven pan árabe calentito. Un detalle: te reponen el pan caliente sin que lo pidas, Aleluya!!!

Importante: durante la cena hay un pequeño show de baile armenio interpretado por los alumnos y les digo que por unos instantes la música conjugada con los aromas hace que nuestros sentidos viajen hasta medio oriente y quieran quedarse ahí por un buen rato.

Repito los datos por si te perdiste la entrada anterior:

U.G.A.B está en Armenia 1322, teléfono 4773-2820/1522, y tanto el salón para cenar como la comida para llevar están en el subsuelo. Eso sí, sólo aceptan efectivo. Abren viernes y sábado por la noche.