El
porridge es una preparación clásica de orige Celta, que tiene mil versiones,
pero hay un denominador común entre todas ellas: su base es la avena. Es muy
usual comerlo al desayuno acompañado por frutas o granola, y realmente es muuuy
rico. A muchos, como a mí, la avena nos cae un poco pesada, o nos cuesta
digerirla, así que varias veces busqué la forma de reemplazarla, y hoy les
cuento mi mejor versión de “falso porridge”. Es a base de manzana, no lleva
cereales (es libre de glúten) ni lácteos, así que todos lo podemos disfrutar.
Para
empezar puse en remojo 1 cucharada de semillas de girasol por 1 hora. Aparte
cociné unos minutos una mazana roja con piel. La podés pasar por agua hirviendo
o en el microondas. Una vez que se ablandó un poco, la pelé y la mezclé con las
semillas de girasol escurrridas y 1 cucharada de semillas de lino molidas.
Endulcé con edulcorante (podés usar miel o azúcar de caña) y le agregué
ralladura de limón y esencia de vainilla. Licué todo hasta obtener una textura cremosa y listo!.
Te
recomiendo dejarla reposar un rato en la heladera para que tome mjor cuerpo. Si te gusta tibio le podés dar un toque de calor al momento de consumirlo.
Yo
solo lo espolvoreé con canela y no necesitó nada más.