miércoles, 11 de diciembre de 2013

Del mar a nuestra mesa...hoy, la jibia.


Hace un tiempito estaba comprando pescado en el barrio chino y hubo algo que llamó mucho mi atención, la Jibia. Más que su aspecto, de molusco gigantesco, fue su precio lo más sorprendente, $30 el kilo, por algo que a simple vista se podría confundir con un pulpo español. No pude con mi genio y cuando llegué a casa lo primero que hice fu una búsqueda virtual, y esto fue lo que encontré:

“El nombre científico de la jibia es Dosidicus gigas, también conocida como calamar gigante. Se encuentra en casi toda la costa del Pacífico y, en Chile.Alcanza un tamaño de entre 50 y 140 cms. y pesa entre 20 y 50 kilos. Se alimenta prácticamente de toda clase de peces.
Los pescadores artesanales, aunque en pequeña escala, siempre la han capturado. Pero su venta ha sido baja y el consumo escaso. La pesca de la jibia en Chile ha experimentado un desarrollo vertiginoso en el último tiempo. De una producción nula, en el año 2000, saltó significativamente a las 33 mil toneladas el año 2010, sólo para exportación a Corea del Sur, China, Japón y España."
Otra cosa que me llamó la atención fueron sus propiedades nutricionales:
"…La jibia es rica en proteínas, de muy fácil digestión, prácticamente no contiene grasas ni carbohidratos y es alta en yodo. Se recomienda su consumo con la misma frecuencia que la de pescados y mariscos en general, es decir, dos a tres veces por semana…". Sus valores nutricionales son:

Humedad : 81%
Grasa : 1,1%
Proteína : 16.0%
Sales minerales : 1,7%
Calorías (100g) : 101


Después de leer todo esto me decidí y compré una para probarla. El molusco entero es enorme ya que, al igual que los calamares, tiene una parte de “tubo” y una parte de tentáculos. En el lugar donde yo la compré se puede comprar solo la parte de tentáculos, y es por eso que parece un pulpo. Solo esa parte ya pesa entre 1 y 3 kilos, viene limpia y sin nada de desperdicios. Yo la herví por 50 minutos y después la preparé con aceite de oliva y pimentó. Quedó súper tierna y deliciosa. Se las recomiendo para agregar en paellas, ensaladas, cazuelas o para comer así solita con unas papas al natural, todo un hallazgo!!! Así quedó después de cocinarla y cortarla:
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 

miércoles, 27 de noviembre de 2013

"El Ñandú", sabor y naturaleza se conjugan a minutos de la ciudad...


"El Ñandú" ofrece una gran variedad de platos regionales, cortes de carne, pescados, quesadillas, ensaladas y mucho más, todo cocinado en horno de barro o parrilla, al igual que sus “primas hermanas” Las Cholas, Las Cholitas o Las Cabras. Si bien la ambientación es muy similar en todas (mesas y sillas rústicas, mantel de papel, velitas y crayones para dibujar), El Ñandú se caracteriza por su entorno natural. Está en Acassuso y ubicado muy cerca de la ribera, inmerso en una especie de bosque, por lo que parte de atrás del restaurant ofrece la posibilidad de comer al aire libre y rodeado de árboles. El lugar es muy grande, de hecho hay dos zonas de parrillas porque con una sola no darían abasto para todos los comensales. Las mesas están bien distribuidas, sin amontonar, y la atención, que en este tipo de lugares suele ser lenta, es bastante ágil.

 
Respecto de la comida, siguen la fórmula de toda la cadena mencionada al principio, no cobran cubierto y sirven pan casero con manteca (el pan buenísimo, y  la manteca siempre es “Sancor”). Los platos son muy abundantes y muy bien servidos, y el precio más que justo. Un hallazgo son los pescados, como el pacú a la parrilla que sale sobre colchón de verdes, tomate, palta y champignones frescos ($69,50). Perfecta la cocción y de sabor increíble, ya que el Pacú es un pescado de río que suele tener gusto a tierra y este no fue el caso (ya lo había probado en “Las Cabras” y también estaba buenísimo).

 
También probamos la cazuela de salmón rosado con crema de espinacas y queso ($55), deliciosa!. No les puedo explicar lo rica que estaba la crema de espinacas, con el condimento exacto y el punto de sal impecable.

Y por último un arroz de la estancia, salteado con hongos y gratinado con queso ($46,5), rico, pero hemos comido mejores.

La bebida sin alcohol está $19, la carta de vinos es buena y con precios correctos.

"El Ñandú" está en Sebastián Elcano 648, Acassuso. Abre todos los días, no aceptan tarjetas y tampoco reservas, así que andá temprano o con paciencia.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Torta de ricota sin masa


En la heladera había ricota, la familia tenía ganas de comer torta de ricota, pero yo no tenía tiempo para hacer ponerme a amasar, así que se me ocurrió preparar esta torta súper simple y liviana, que, como todo invento, admite variaciones y mejoras. Yo te cuento cómo la hice, y vos podés darle tu toque personal (por ejemplo agregar pasas de uva o trocitos de chocolate) .

Puse 700 grs de ricota en un bol y agregué 2 cdas. de queso crema, 250 grs de azúcar, 3 huevos, 3 cdas. de harina (puede ser fécula de maíz y así sería apto para celíacos), esencia de vainilla y ralladura de 1 limón. Procesé todo con un mixer de mano y lo volqué en una tortera enmantecada y enharinada. Cociné en horno bajo por 45 minutos aprox., aunque eso depende cada horno, por las dudas verificá el punto de cocción con un palillo. Una vez cocida, la retiré y la dejé que baje la temperatura antes de ponerla en la heladera.

 

Nosotros la comimos sola, pero se me ocurre que quedaría muy bien con alguna mermelada cítrica o frutas frescas de estación. Para lo más golosos creo que una buena cucharada de dulce de leche sería el acompañamiento ideal.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Larga vida a la Papaya....


Hoy quiero contarles un poco a cerca de la papaya, que, además de ser deliciosa, tiene propiedades casi milagrosas para nuestra salud, y lo digo con conocimiento de causa.

La papaya es un fruto de la familia de las caricáceas y según en el país donde nos encontremos se puede conocer como mamón, lechosa, melón papaya, etc…Si bien es de origen centroamericano aquí en Argentina hay producción de esta fruta en Misiones, Corrientes, Formosa, Jujuy y Salta. Hay muchas variedades de papaya, pero las más conocidas acá son dos bien diferentes, unas más grandes y alargadas, que suelen venderse en algunas verdulerías o mercados de barrio, y unas más chicas y pintorescas que se comercializan en supermercados y se exportan. Las más grandes, cuando están maduras, son mucho más dulces y sabrosas.




Para quienes nunca la probaron les cuento que tiene una textura muy jugosa, entre un melón y un durazno, y un sabor súper aromático pero suave, a diferencia del mango que suele ser fibroso y de sabor intenso. Se puede consumir fresca, en jugos, licuados o ensaladas, o cocida, como dulce o en un chutney. Pero lo más importante es el poder curativo que tiene una sustancia que se encuentra en ella, la papaína.

 La papaína es una enzima  que tiene propiedades peptolíticas que provocan la ruptura de múltiples enlaces en las proteínas animales, y con ello aumenta nuestra capacidad para digerir alimentos “pesados”. Acá quiero detenerme porque es algo que me toca muy de cerca. Después de estar un tiempo en Brasil, consumiendo papaya a diario, me dí cuenta que, aún comiendo cosas a las que mi organismo no está acostumbrado, me sentía mucho mejor, y así fue que de vuelta en Buenos Aires no paré de buscar hasta que la conseguí y la incorporé a mi dieta diaria. Es increíble el cambio, solo hagan la prueba dos o tres días y me cuentan.

También tiene propiedades antiinflamatorias y desintoxicantes. Es de gran utilidad en el tratamiento de eccemas, psoriasis y bronquitis, como en el control de hematomas y edemas producidos por lesiones, así también  resulta un remedio muy eficaz contra las picaduras de insectos.

Por último les digo que la papaya tiene pocas calorías, y muchos minerales como calcio, hierro, fósforo y vitaminas A y C.

Si la compran y todavía está verde, la tienen que envolver en papel y reservar hasta que la piel tome un color amarillento y esté más blanda al tacto, no demasiado porque si no se pasa. No compren la chiquita del supermercado, es carísima y no vale la pena. En el barrio boliviano de Liniers se consigue por unos $15 el kilo, también se la podés pedir al verdulero de tu barrio. 

Éstas son las última que yo compré. La primera todavía estaba verde, en la otra ya se puede ver el cambio de tonalidad de la piel...



 

jueves, 31 de octubre de 2013

Lasagna para todos!


Cuando vas a tener muchos comensales  yo te recomiendo hacer un plato que puedas llevar en una sola fuente a la mesa, así evitás tener que andar yendo y viniendo a la cocina y no ensuciás decenas de cacharros (ya con los platos y cubiertos que vas a lavar es más que suficiente). Una de las preparaciones ideales para ésto es la lasagna. Lleva un poco de trabajo previo, pero vale la pena, y el día que la hagas te conviene hacer de más porque mañana o pasado va a estar aún más rica. Además tiene la gran ventaja de ser apta para todos los paladares, ya que según el relleno que le pongas puede ser un plato suculento o liviano,  para vegetarianos o carnívoros, y hasta brinda la posibilidad de hacer mitad y mitad en un mismo recipiente. Su preparación no es muy complicada, se trata simplemente de capas de masa donde se intercalan diferentes ingredientes y lleva una salsa como cubierta. Yo te cuento cómo hice la mía, y después te dejo algunas ideas como sugerencia.

La masa puede ser casera o comprada, y de ésta última se consigue fresca (en fábricas de pasta)  o seca (la venden en el súper). Yo compré la seca y le dí a cada lámina un hervor de 5 minutos antes de armarla, aunque el paquete sólo sugiere hidratarlas no me quise arriesgar a que queden crudas. Hice dos rellenos: uno de verdura y salsa blanca que ligué con un huevo para darle consistencia, y el otro de ricota, jamón y muzzarella. En la base de la fuente coloqué un poco de leche (para que la masa no se pegue), puse la masa y cubrí con el relleno de jamón y queso. Seguí con otra capa de masa, un chorrito de leche (la masa la absorbe durante la cocción y queda más tierna) y el relleno de verdura. Terminé con una última capa de masa, salsa de tomate, salsa blanca y bastante queso rallado. La llevé al horno por unos 45 minutos. Ante de cortar y servir, la dejé reposar 2 o 3 minutos.
 

Sugerencias

-          La masa se puede reemplazar por panqueques,  fetas de jamón cocido, lonjas de berenjena o zuccini cocidas.

-          Podés usar como relleno cualquiera que hagas para empanadas: pollo, carne, atún, humita, etc…

-          Si hacés una lasagna de quesos, te recomiendo mezclar quesos blandos con algún semiduro, y agregar 1 o 2 huevos batidos para que tome consistencia y no se haga una “sopa” cuando la cortes.

-          Cuando hagas una lasagna bolognesa te recomiendo poner una capa de queso rallado o ricota entre la salsa con carne y la masa, para que el jugo y todo su sabor queden atrapados en el queso y no se escurran hasta el fondo de la fuente (después queda perdido todo el líquido y es difícil de recuperar).

viernes, 25 de octubre de 2013

Garrapiñada de girasol y azúcar de mascabo


Alguna vez ya les conté acerca de las propiedades beneficiosas de las semillas y sus diversos usos culinarios. Hoy decidí combinarlas con otro ingrediente súper saludable, el azúcar de Mascabo. Es un tipo de azúcar de caña sin refinar  que, además de ser sano, tiene un sabor exquisito y un color dorado muy atractivo. El resultado fue una garrapiñada crocantísima, ideal para picotear como snack, mezclar con yogur o espolvorear sobre algún postre. Esta receta también se puede hacer con azúcar común, pero el sabor no es el mismo, y perdemos bastantes nutrientes al usar un producto refinado.

Las cantidades son muy fáciles de recordar, misma cantidad de semillas, que de azúcar, que de agua. Ponés todo en un recipiente y lo llevás al fuego. Hay que mezclar constantemente con cuchara de madera. Al principio te va a parecer que el líquido no se evapora más, pero después de un rato (unos 10 a 15 minutos), el agua desaparece y se empieza a acaramelar la preparación, hasta formarse una especie de “bodoque”. Tenés que seguir mezclando hasta que el “bodoque” se seque y el caramelo pierda su brillo. Ahí la preparación va a estar lista. La retirás y la ponés sobre un mármol. Dejás enfriar y listo!. Guardala en frascos herméticos para que se mantenga crocante.
 

miércoles, 16 de octubre de 2013

Biscottis, pequeños trocitos de Italia para compartir...


La palabra “biscotti” proviene del latín “biscoctus”, que siginifica dos veces cocido, y justamente se les llama así a estas pequeñas delicias porque su preparación requiere de una doble cocción. En realidad en Italia se las conoce como Cantuccini, ya que biscotti es un término más genérico. En fin, sea como sea, hay muchísimas recetas de este clásico italiano, la mayoría llevan almendras y alguna especia, como anís o canela, pero admite muchas variantes, así que yo les doy la idea y se las dejo a criterio de su imaginación para que creen su propia versión.

Para empezar hay que mezclar 2 huevos con 1/3 vaso de vino espirituoso (en Italia usan el “vinsanto”, que es un vino de postre, pero podemos reemplazarlo por moscato, oporto, mistela o marsala), ralladura de naranja y una pizca de canela. Aparte, mezclar 300 grs de harina con 1 cdita. de polvo leudante, 150 grs. de azúcar y 150 grs. de fruta seca picada (almendras, nueces, avellanas, castañas, etc…). Incorporar ambas mezclas, tomar la masa y formar tres cilindros. Colocarlos en una placa enmantecada y enharinada y cocinar en horno medio por 20 a 25 minutos, hasta que estén levemente dorados. Retirar y dejar enfriar.

 
 
Para terminar, cortar rodajas finas y acomodar en una placa limpia. Poner el horno al mínimo y dejarlas secar hasta que estén crocantes. Te recomiendo hacer mucha cantidad porque guardados en recipientes herméticos duran muchísimos meses.

Dato: para que las rodajas queden parejas y no se rompan, podés poner los cilindros ya cocidos un rato en el freezer antes de cortarlos.

miércoles, 2 de octubre de 2013

Keppe al horno (o “kibbe bil sanieh”)


El keppe o kibbeh es una preparación típica de medio oriente a base de carne picada, trigo y especias. Se puede comer crudo, frito, a la parrilla o al horno, y  se pueden encontrar muchas recetas, depende del país de que se trate. Después de haber probado varias versiones del keppe al horno, yo decidí hacer mi propia “interpretación” y descubrí que con pocos ingredientes se puede hacer una comida diferente, muy rendidora y exquisita.

La receta consta de dos partes, por un lado la preparación del keppe propiamente dicho (la mezcla de carne y trigo), y por otro el relleno.
Para el keppe hay que mezclar 400 grs de carne picada con 300 grs de trigo burgol previamente hidratado. Para hidratar el trigo hay que ponerlo en un bol y cubrirlo con agua o caldo hirviendo (la misma cantidad de líquido que de trigo), tapar y dejar reposar por 15 a 20 minutos, hasta que haya absorbido todo. A esta mezcla agregar una cebolla rallada, sal, pimienta de Jamaica y una pizca de comino. Reservar.
Para el relleno rehogar una cebolla finamente picada y cuando esté transparente agregar 400 grs de carne picada y cocinar unos minutos hasta que la carne cambie de color. Retirar del fuego y agregar 100 grs de piñones o nueces picadas (pueden ser castañas de cajú) y condimentar con sal, pimienta de Jamaica, comino y canela. También se pueden usar las mezclas de especias tipo árabes que venden en casa especializadas.
Para el armado volcar la mitad de la mezcla de carne y trigo sobre una fuente para horno previamente untada con manteca o aceite, colocar el relleno y cubrir con el resto de mezcla de keppe. Marcar las porciones con la punta de un cuchillo y rociar con más aceite o un poco de manteca. Cocinar en horno fuerte por una media hora o hasta que se vea dorado levemente. Servir acompañado de gajos de limón. Aunque suene raro, el jugo de limón al momento de comerlo le va de maravillas.
 

jueves, 26 de septiembre de 2013

Pizzería "El Corte"...¿quién dijo que las segundas partes siempre son malas?...


El año pasado me llegó el rumor de que un ex empleado de “La Mezzetta” había puesto una pizzería muy chiquita sobre Av. De los Constituyentes, en Villa Pueyrredón.  Mi hermano Javier, gran archi-fanático de la mítica pizzería de Villa Ortúzar, fue el primero en probar la nueva propuesta y afirmar que con seguridad tenía que haber alguien que supiera los secretos de “La Mezzetta” porque la calidad y el sabor eran realmente los mismos. Como yo no vivo por esa zona y el delivery no llega a mi casa, tardé un poco más en hacer mi “testeo”, pero hace unos días estaba por ahí, y como se acercaba la hora de la cena decidí darle una oportunidad. Reconozco que fui con un poco de prejuicio, porque, la ames o la odies, todos sabemos que la pizza de “La Mezzetta” tiene SU sabor y hasta ahora, nunca nadie había logrado igualarlo. Habiendo tenido que dejar mis prejuicios de lado les digo que efectivamente es el mismo sabor, la misma cantidad de aceite, de condimento y de muzzarella. Las empanadas son igual de grandes y la fugazzetta rellena merece un capítulo aparte, el queso llega hasta el último recoveco de masa, cosa que a veces falla en su competencia original. A todo esto sumale que todo es mucho más barato, tienen la opción de llevar la pre-cocida y como frutilla del postre, hay mesas y sillas muy cómodas como para comer ahí sin necesidad de hacer malabares sobre una barra.

Para que tengas una idea la grande muzzarella está $43, la porción de fugazzetta $9 y las empanadas $6, ah!...y ahora sí la bomba final, la Stella Artois de Litro, $26!!!!....

Yo no pude con mi genio y en el momento de irme le pregunté a uno de los encargados si era verdad que alguno de ellos había trabajado en “La Mezzetta”, después de una breve pausa me contestó secamente: “S”, y yo pensé, “una vez más, el alumno superó al maestro”.

Nosotros llevamos una pre-cocida chica de muzzarella y dos porciones de fugazzetta rellena, también podrás ver que no escatiman a las aceitunas.

 

 

 
Este hallazgo se llama “El Corte” y queda en Av. De los Constituyentes 4454. Abre de martes a sábados de 12 a 15 y de 19 a 24 y los domingos y feriados de 19 a 24. Si estás por la zona ,el delivery es sin cargo, 4573-4227/4088.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Masa integral, para tartas, empanadas...y una yapa....


Más allá de que hace un tiempo se empezó desarrollar cierta tendencia hacia la comida sana y orgánica, por no decir una moda,  a mí en particular siempre me gustaron más las cosas integrales que las elaboradas con harina refinada (en mi familia siempre hubo pan negro en la mesa del desayuno, y nunca nadie estuvo a dieta). Es cierto que algunas cosas, en especial de pastelería, no resultan igual de tentadoras hechas con harina integral, pero en el caso de las tartas les aseguro que la masa queda mucho más crocante y sabrosa. La receta que les voy a pasar sirve perfectamente para hacer empanadas también, y rinde para dos tapas grandes de tarta o unas 2 docenas de empanadas. Es muy fácil y si te sobra la podés guardar en el freezer sin problema.

Te cuento como hacerla.

Mezclá 1 taza de harina común con 2 tazas de harina integral, 1 cdita. de polvo leudante y 1 cdita. de sal. Agregá ¼ taza de aceite neutro y 1 taza de agua tibia. Formá un bollo sin amasar demasiado y déjalo descansar por unos 30 minutos. Estirá con un palote y dale la forma que quieras, ya sea para armar una tarta o para hacer empanadas.

Si te gusta le podés agregar semillas que al cocinarse le aportan mucho más sabor.


 

 

Yapa: ni se te ocurra tirar los recortes de masa. Estiralos bien finitos, pinchalos y cortá tiritas. Colocalas en una placa limpia y cocinalas en horno moderado,  unos minutos de cada lado hasta que estén levemente tostadas. Te van a quedar unas “talitas” súper crocantes y deliciosas.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Alfajores tipo marplatenses


A pedido de muchos seguidores, les voy a pasar la receta para hacer unos alfajores buenísimos. Si bien están lejos de ser como los marplatenses, sí son muy superiores a cualquiera que se puede conseguir en los kioscos. No son difíciles, pero es importante respetar los ingredientes y las cantidades, porque todo, por mínimo que parezca, tiene su razón de ser en esta preparación.
Para hacer la masa hay que mezclar 200 grs de manteca blanda con 150 grs de azúcar, 50 grs de miel y 1 huevo. Perfumar con vainilla y ralladura de una naranja (no limón, NARANJA). Agregar 400 grs de harina, 100 grs de almidón de maíz, 10 grs de cacao amargo, 1 cdita. de polvo leudante y 1 cdita. de bicarbonato de sodio. Formar el bollo sin amasar y dejar descansar en heladera por unos 20 minutos. Estirar la masa de 2 a 3 mm de espesor y cortar discos del tamaño que quieran el alfajor. Cocinar en horno medio, en placa enmantecada, por 10 a 12 minutos. La base se va a dorar levemente pero la parte superior no. Dejar enfriar.

La masa rinde mucho, pero se puede guardar en el freezer sin problemas.

 
Para el relleno se puede usar dulce de leche repostero o dulce de frutas. Yo hice una variante con dulce de batata y nuez que quedó increíble.

 
Para la cubierta de chocolate podés optar por un baño de repostería, chocolate cobertura o chocolate semi-amargo derretido con manteca (1 parte de chocolate por ½ de manteca). Tené en cuenta que el chocolate tarda unas horitas en secarse una vez que los bañamos.

Dato importante: cuando derritas el chocolate o la cobertura le podés agregar un trozo de cáscara  de naranja o mandarina para saborizar que luego vas a retirar. No le pongas ralladura porque se va a notar la textura y no es la idea.

 
Para el glaseado, mezclá azúcar impalpable con gotas de limón y agua hirviendo hasta lograr la consistencia deseada.




 
No te olvides!!!...si los hacés de un día para el otro, queda muchísimo mejor!!!

jueves, 5 de septiembre de 2013

El Mazacote, verdadera pizza a la piedra


Esta semana ya les pasé un buen dato sobre bebidas, así que ahora le toca a la comida. El sábado pasado queríamos comer pizza, pero nuestros estómagos no estaban como para recibir algo demasiado “suculento” como pueden ser un par de porciones de “El Imperio”, “Santa María” o “La Mezzetta”, así que yo propuse ir a conocer “El Mazacote”, famoso por su pizza a la piedra. El Mazacote es una típica pizzería de barrio, con un salón no muy grande pero sí muy limpio y agradable (a diferencia de otros lugares tradicionales que se han venido a menos con el tiempo). Si bien la especialidad es la pizza a la piedra, también la sirven al molde, aunque esa quedará para la próxima visita. Los sabores que ofrecen son los clásicos y los precios son muy acomodados, de hecho, creo que dentro de las buenas pizzerías es la más económica. Nosotros pedimos una grande mitad muzzarella, mitad napolitana sin ajo ($57). La masa es finita, aunque un poco “inflada” en los bordes, como debe ser, y con el punto de cocción justo, dorada pero no quemada. La cantidad de salsa y de queso  fueron perfectas y con muy buen sabor.
 


 

 

 
 También probamos la fainá ($6), grande, dorada y bien calentita; la fainazetta($12), cubierta con muzarella y cebolla, un gran acierto y la fugazaetta rellena ($12), rica, suave, la porción no era demasiado abundante, pero el queso llegaba hasta el final de la masa, así que aprovechable al 100% (lo cual no suele suceder con las pizzas rellenas).
Los postres son un capítulo aparte, el más caro está $20 y son enormes. Probamos la isla flotante con sambayón y estaba buenísima.
Acompañamos con una jarra grande  de moscato ($32) y un agua sin gas ($10). No dejen de ir, pero pasen el dato en voz baja, porque es chiquito y se llena rápido.

El Mazacote está en Chile y San José y solo aceptan efectivo.

martes, 3 de septiembre de 2013

Espacio G, para probar, comprar y recomendar...


Espacio G es una tienda especializada en vinos Premium. Vas a encontrar vinos exclusivos, que no se consiguen en supermercados o grandes cadenas de vinotecas. Para los más “ortodoxos”, también hay etiquetas tradicionales, y para los indecisos,  cuentan con un excelente asesoramiento por parte de los empleados del local. Hasta acá podría decirse que solo una “vinoteca gourmet”, pero no, Espacio G es más que eso. En primer lugar les cuento que todos los jueves y viernes hay degustaciones gratuitas de 17 a 20 hs. Yo fui el jueves pasado y tuve el placer de probar un “Sottano Reserva Blend” y un  “Quinto Sauvignon Blanc”. Los vinos, buenísimos, pero además debo destacar el recibimiento, la atención y las explicaciones brindadas por Juan Manuel y Martín, con quienes compartimos una pequeña pero muy interesante  charla acerca de los vinos argentinos en el mundo  y de quienes me llevé unas cuantas recomendaciones valiosas para mis futuras eno-compras. Por si esto fuera poco en Espacio G siempre hay descuentos por compras de  cajas cerradas y en las etiquetas degustadas, así como botellas sueltas con hasta un 50% de descuento. Yo compré dos varietales de  “El Esteco”, un blanco y un rosado, por $37 (las dos botellas), imperdible!

Espacio G está en Talcahuano 1177 y abre de lunes a viernes de 10hs. a 20hs., y los sábados de 10hs. a 14hs. Aceptan las principales tarjetas.

Visitalos en:

 

miércoles, 28 de agosto de 2013

Budín súper húmedo de zapallo kabutia y nuez


Sí, me declaro culpable, soy adicta al zapallo kabutia (o japonés). En otra oportunidad ya les conté a cerca de las bondades de esta hortaliza, pero por las dudas les recuerdo que, en su mejor época, es mucho más dulce y sabroso que la calabaza o el zapallo anco. Esta vez, tomando una receta de budín de calabaza que ví en algún lado, se me ocurrió reemplazar la calabaza por kabutia asado y el resultado fue increíble. Probá cocinar en el horno un zapallo kabutia cortado al medio, envuelto en aluminio, y vas encontrar un sabor inigualable, muy dulce, y con un dejo a fruta seca, que combina más que bien con las nueces de esta receta.

Para el budín vas a batir 2 tazas de puré de zapallo ya frío con 2 y ½ tazas de azúcar, 1 taza de aceite y 4 huevos grandes. Perfumás con vainilla y canela, y le incoporás 3 y ¾ tazas de harina con 1 cda. sopera de polvo leudante. Finalmente, agregás 1 taza de nueces picadas (o la fruta seca que más te guste) y dividís la preparación en dos budineras grandes, enmantecadas y enharinadas. Los tenés que cocinar en horno medio por 1 hora o un poquito más. Como siempre, hacé la prueba del palillo para verificar si está listo.
 

Si hay pequeños en tu casa podés reemplazar la fruta seca por trocitos de chocolate, los va a tentar mucho más y es una buena forma de que incorporen más verdura en su dieta.

miércoles, 21 de agosto de 2013

"Sabino", un intento fallido...


Sabino es uno de esos lugares que promete mucho pero queda en el intento. La ambientación es muy bonita, predomina la madera, aunque parece más bien una cabaña del sur, más que una taberna tipo Vasca, que es como se presentan. En la carta hay una gran variedad de pintxos (que serían las tapas para los madrileños), sandwichs, ensaladas y algunos platos elaborados. Al leer el menú, todo suena muy tentador, pero cuando llega a la mesa las expectativas se cubren a medias, y por el precio que cobran, no invita a volver.

Para empezar pedimos dos pintxos, uno de cordero braseado y uno de pollo al puerro. Ambos eran una especie de “guisado” servido sobre una tostada. El de cordero ($28), estaba casi incomible por el sabor fuerte de la carne, incluso tenía aroma como a establo. El de pollo ($26) estaba muy rico, aunque no dejaba de ser un poco de pollo con puerro y crema.

 
 
Como platos principales elegimos una ensalada “Sabino” ($80), que anunciaba hojas verdes, aceitunas negras, hongos, salmón rosado y reducción de aceto; y un marmitako de abadejo ($95) cuya descripción textual era: postas de abadejo en cocción de salsa de pimientos del piquillo con aliño de aceite de oliva y ajo asado acompañado por patatas bravas. Bueno, empecemos por la ensalada, las hojas, aceitunas y hongos estaban perfectos y en abundancia; ahora, el salmón a simple vista parecía ahumado, lo cual hubiera sido un problema para alguien que no come pescado crudo (ya que decía rosado, no ahumado), pero al probarlo no tenía gusto a nada, ni a ahumado, ni a salmón, en fin, deben cambiar el proveedor o revisar su forma de conservación de la mercadería fresca. Además la reducción de aceto brillaba por su ausencia y los condimentos que había en la mesa dejaban mucho que desear, el aceite no era oliva puro y el “pseudo-aceto” tenía gusto a tutifruti. El marmitako por su parte estaba rico, pero en la salsa no se apreciaba el sabor de los pimientos (parecía una salsa de tomate bien sabrosa), el aliño de ajo nunca lo encontramos y las “patatas bravas” eran unas rodajas de papa que de bravas solo tenían el nombre.

Por las dudas no nos arriesgamos a pedir postre.

La copa de vino más barata está $38, una exageración; y cuando consulté si tenían sidra la camarera me respondió: “…no estoy segura si queda, pero igual la que teníamos era de manzana…”, ¿?. La atención fue buena, pero ese tipo de ignorancia en un restaurant que cobra esos precios es totalmente inaceptable.

Les paso la dirección para que si un día pasan por la puerta, sigan de largo…Sabino está en Baez 401 (esquina Chenaut), Las Cañitas.

miércoles, 14 de agosto de 2013

Clásico de clásicos, pionono...


Hoy, un clásico de clásicos, pionono. Sí, ya sé, lo primero que pensás es que la receta más simple consiste en ir a comprarlo al súper, pero te aseguro que una vez que lo hagas, nunca más vas a querer volver al industrial. ¿Por qué?, varias razones: lo podés hacer del tamaño que necesites, nunca se te va a quebrar cuando lo enrolles,  tenés la opción de saborizarlo, y lo más importante, es mucho más rico!. Si seguís los pasos que te cuento a continuación, es imposible que te quede mal, así que manos a la obra.

Antes que nada te digo que con las cantidades que te paso, sale una placa de 25cm x 35cm, según el tamaño de tu molde, podés agregar huevos, siempre respetando las proporciones. Yo usé 3 huevos, 30 grs. de harina, 30 grs. de azúcar y 2 cdas. soperas de miel. La regla es muy fácil, por cada huevo son 10 grs de harina y 10 de azúcar, pero si lo querés más grueso, le agregás 10 grs más de harina y 10 de azúcar, al total de la preparación (no 10 más por cada huevo).

Primero hay que batir los huevos con el azúcar a punto letra, o sea hasta que puedas hacer un dibujo con el batido y se mantenga el trazo por unos segundos. Después, agregar la miel y unas gotas de vainilla (puede ser ralladura de algún cítrico también). Batir unos segundos más para integrar y dejar la batidora. Por último, agregar la harina con movimientos envolventes y volcar sobre una placa forrada con papel bien enmantecado (sin enharinar). Antes de llevar al horno, pasar un dedo por todo el borde, como haciendo un surco entre la masa y los laterales del molde, y cocinar en horno fuerte entre 10 y 12 minutos. Retirar y desmoldar sobre un paño. Con mucho cuidado sacar el papel y enrollar con el paño. Dejar entibiar un poco, sacar el paño y volver a enrollar pero esta vez con el papel.    
 

miércoles, 7 de agosto de 2013

U.G.A.B. segunda vuelta, un viaje con los sentidos...


Ya de vuelta en Buenos Aires, decidí seguir viajando con los sentidos, y esta vez me fui para mi amado medio oriente.

Hace un tiempo les conté que fuimos a U.G.A.B. a comprar comida armenia para llevar y que la experiencia fue muy buena, así que ahora decidimos reservar para ir a cenar un sábado.

La organización es perfecta, como el salón es amplio las mesas están a la distancia correcta unas de otras, y cada camarero tiene asignado un sector, con lo cual es muy fácil ubicar al tuyo, aunque hay padres atentos en todo momento para que a nadie le falte nada (sí, padres, recuerden que las cenas son organizadas y manejadas por alumnos y familiares para recaudar fondos para el viaje de egresados a Armenia).

Las entradas frías están a la vista y son muy variadas, los platos parecen chicos pero les aseguro que cuando se empiezan a servir, resultan interminables.



 

 

 
 
Antes de pasar a detallar lo que comimos debo mencionar que de la mayoría de las cosas se puede pedir media porción, cobran el 60% del precio del plato completo, y es  ideal para probar un poco de todo sin gastar de más.

Pedimos una ensalada Belén (muy rica, y para nada aceitosa, $36)

Un  Subereg (delicioso, $40)
 

Medio Pasha Bereg con verdura (algo nuevo para mí, y que seguro repetiré, $24)

Medio Shish Kebab de Lomo (perfecto el punto de la carne, $36)

 

 
 

Medio Shish de cordero (eran 4 “bolas” de carne picada de cordero muy especiado, cubiertas con yogur y acompañadas de verduras y pan árabe, muuuuy sabroso, $31,20)

Para terminar, 1 porción de torta de higos (un poco seca esta vez, pero cuando está bien hecha es excelente, $24)

Acompañamos con un Callia Alta Shiraz ($40) y un agua mineral ($16).

Cobran $10 de cubierto y sirven pan árabe calentito. Un detalle: te reponen el pan caliente sin que lo pidas, Aleluya!!!

Importante: durante la cena hay un pequeño show de baile armenio interpretado por los alumnos y les digo que por unos instantes la música conjugada con los aromas hace que nuestros sentidos viajen hasta medio oriente y quieran quedarse ahí por un buen rato.

Repito los datos por si te perdiste la entrada anterior:

U.G.A.B está en Armenia 1322, teléfono 4773-2820/1522, y tanto el salón para cenar como la comida para llevar están en el subsuelo. Eso sí, sólo aceptan efectivo. Abren viernes y sábado por la noche.