Es cierto que la pastelería es un arte y por eso requiere tiempo, paciencia y dedicación, pero también es cierto que la imaginación es una gran aliada a la hora de salir de apuros, y aquí está la prueba: un postre buenísimo en solo 15 minutos. Los que me conocen bien saben que odio los alimentos “industrializados”, pero a veces no tengo alternativa y recurro a alguna ayudita de la góndola, esta vez le tocó al pionono. A mi madre se le ocurrió invitar amigos a cenar a último momento y tuve que improvisar “el dulce” de la noche, un arrollado de chocolate al café. El pionono puede ser casero o comprado, lo importante es el relleno. Para ello derretí 3 barritas de chocolate con 3 cdas. de crema y 2 cdas. soperas de café soluble. Aparte, batí el resto de la crema (usé 250 cc en total) con 2 cdas. de azúcar a punto casi chantillí. Incorporé el chocolate derretido al batido y le terminé de dar punto (ojo!, que no se corte). Humedecí el pionono con vino dulce ( o coñac, ron, whisky) , lo cubrí con la crema y lo enrollé. Yo lo decoré con merengue porque tenía hecho, pero se puede espolvorear con azúcar impalpable o cacao y queda perfecto. Lo ideal es hacerlo al menos 4 o 5 horas antes y conservarlo en heladera o freezer hasta el momento de servirlo.
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