Una vez más, las pequeñas sobras que se fueron acumulando en la heladera (post- fiesta) dieron origen a un plato rápido, fácil y, lo más importante, riquísimo. Para remplazar la masa usé lonjas de zuchini que corté y cocine hasta que estuvieron tiernas, pero sin llegar a hacerse puré (al horno o microondas). Como relleno mezclé un poco de mousse de salmón ahumado (podés ver la receta en “Entradas”) con champignones y ciboulete picado. Y para terminar le puse una mezcla de los trozos de quesos que tenía olvidados por ahí (cremoso, muzarella, brie). Como ya estaba todo cocido, solo lo llevé unos 15 minutos al horno para que se caliente, se fusionen todos los sabores, se gratine y quede así de tentador…
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