En realidad
no estaba muy segura de cómo “rotularlas”, porque son como unos trocitos de
masa muy finitos y crocantes ideales como “snack”, para remplazar el pan en las
comidas, acompañando algún dip o queso untable, y hasta para la hora del mate.
Son muy, pero muy fáciles y además, súper rendidoras. Con la receta que te voy
a dar sale un bol chico lleno, pero te recomiendo, una vez que lo hayas
probado, hacer el doble o triple de cantidad, porque si se guardan en envases
herméticos, duran muchísimo tiempo. Solo hay que mezclar 2 cdas. soperas de
harina común con 2 cdas. soperas de salvado de trigo, 1 cdita. de polvo
leudante y 1 cdita. de sal. Agregar 1 cda. de aceite y 2 o 3 cdas. de agua
hasta formar un bollo. Estirar con la ayuda de un palote y un poco de harina
extra hasta que quede bien finita (como si fuera masa para pastas). Pinchar con
un tenedor, cortar de la forma que más te guste, y cocinar en placa limpia,
horno fuerte, por unos 15 minutos o hasta que estén sequitas (no se tienen que
llegar a dorar). Dejar enfriar y guardar.
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