El mazapán
que incluye la receta lo pueden comprar en cualquier casa de repostería, o
hacerlo en casa procesando 60 grs. de almendras peladas con 50 grs. de azúcar
impalpable y ½ clara de huevo (se conserva en la heladera hasta el momento de
utilizar.
Para empezar
hacemos una esponja con 45 grs de levadura fresca, 1 cda. de azúcar, 1 cda. de
harina y dos cdas. de leche tibia, que dejamos descansar por 10 minutos tapada.
Aparte ponemos en un bol 425 grs. de harina y 100 grs. de almendras peladas y
molidas a polvo. Hacemos un hueco en el centro y agregamos 200 grs. de manteca,
100 grs. de mazapán, 1 huevo, 1 cda. de azúcar, la esponja de levadura, ralladura de naranja, esencia de vainilla y
dos o tres gotas de agua de azahar (es optativa). Amasamos muy bien hasta formar un bollo tierno
y liso (las proporciones son exactas, así traten de no agregar harina extra,
salvo la necesaria para despegar la masa de sus manos o de la mesada). Dejamos
levar por una hora en un lugar cálido, van a ver que crece mucho. Desgasificamos
la masa y agregamos 100 grs. de pasas de uva (previamente remojadas en 3 cdas.
de ron, whisky o cognac) y 250 grs. de frutas secas tostadas (la variedad que
más les guste). Amasamos nuevamente para integrar las frutas y dividimos en dos bollos que vamos
a dejar levar tapados hasta que dupliquen su volumen. Pasado ese descanso
estiramos los bollos en forma rectangular y los enrollamos. Los colocamos sobre
una placa con papel enmantecado en la base, dejamos descansar nuevamente y
luego los cocinamos en horno moderado por unos 45 minutos. Para que la cocción
sea pareja, ponemos una placa con agua en el piso del horno y así generamos
vapor. Retiramos y dejamos enfriar. Yo los decoré con glasé y cerezas, pero eso
va en el gusto de cada uno. Conviene hacerlo al menos un día antes de
consumirlo para que se conjuguen bien todos los sabores.
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