Hoy
no voy a explayarme demasiado, primero porque les voy a hablar de algo que es
casi imposible de describir con palabras, y segundo porque su disponibilidad en
el mercado es tan corta que hay que salir a buscarlo cuanto antes. De qué se
trata?...de la “manga”. Es una variedad de mango pero que se diferencia de éste (el común, que venden en todos lados)
por ser muchísimo más dulce y por no tener fibras. La textura es increíblemente
cremosa y no se puede asimilar a la de ninguna fruta que yo haya probado en mi vida.
El sabor es parecido al del mango común pero más delicado y, por si fuera poco,
el carozo (o hueso) es muy finito, con lo cual, tiene muy poco desperdicio. La
piel suele ser verde con manchitas negras, y el tamaño puede variar de los 300
grs al kilo, por unidad. Yo conseguí unas chiquitas y me cobraron las 3 por $10
en la verdulería de un supermercado chino (Lacroze y Cramer), pero no sé si aún
tienen. Su temporada es muy corta, y puede darse en enero o febrero, pero nunca
llega a durar más de un mes, así que no esperes más y salí a buscar este
manjar, probalo, cerrá los ojos y, por unos segundos, dejate transportar al
paraíso.
Recetas, lugares, datos útiles y consejos para aprovechar al 100% tu cocina y disfrutar a pleno del mundo de la gastronomía.

jueves, 10 de enero de 2013
"Manga", un pedacito del paraíso en nuestras manos
viernes, 4 de enero de 2013
Budín de zanahoria y castañas
Hace unos días,
alguien que probó este budín me pidió que subiera la receta al blog, así que
aquí respondo a su pedido. De paso, aprovecho para contarles que he hecho
recetas de budines con todo tipo de verduras (zuchini, remolacha, calabaza) y
todas quedan buenísimas, muy húmedas y aromáticas, y además ayudan a incorporar
vegetales a la dieta diaria, cosa que es muy importante y muchos pasan por
alto.
Para empezar tenés que
licuar o procesar 1 y ½ taza de zanahoria rallada con 1 mitad de durazno en
almíbar, 2 huevos, ½ taza de aceite de girasol, ½ taza de azúcar común y 1/2
taza de azúcar negra. Colocás la mezcla en un bol y le agregás 1 y ½ taza de
harina, con ½ cda. de polvo leudante, 1 cda. de canela, ½ cda. de jengibre en
polvo (si te gusta el clavo de olor le podés poner un poquito también), y por
último ½ taza de castañas de cajú (u otra fruta seca que tengas a mano). Lo
ponés en un molde enaceitado y enharinado y lo cocinas por unos 45 minutos
aprox.
Las tazas que yo usé
son grandes (tipo “mug”), si usás una taza más chica agregá un poco más de cada
cosa.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)