Hoy más que
una receta les comparto una idea. Cuando quieran hacer una tarta y no tengan a
mano una masa o las ganas suficientes como para hacerla, basta con elegir una
buena papa y transformarla. Yo para una tartera chica (unos 18 cm) usé una papa
de casi 500 grs., en base a eso hagan sus cálculos. La cociné con piel hasta
que estuvo bien tierna. La pisé, le agregué ½ huevo y condimenté con sal,
pimienta y nuez moscada (si te gusta le podés agregar 1 cda. de queso rallado).
Después volqué ese puré sobre el molde previamente enaceitado y con mis manos
lo fui estirando hasta cubrir toda la base.
Rellené con verdura y muzzarella y la cociné en horno fuerte por 20 a 25
minutos. Los últimos 5 minutos la puse en la base del horno y así la papa se
doró y formó una costrita crocante increíble. Es una opción distinta, liviana,
fácil, rica y una vez más, apta para celíacos.
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