Esta vez no
voy a darte una receta sino pequeños consejos para hacerte más fácil tu vida en
la cocina. Vas a ahorrar tiempo, plata, calorías y disgustos, así que prestá
mucha atención.
Cebollas multiuso
Cortá las
cebollas en pluma y colocalas en un a asadera, agregá un poco de sal y tapalas
con papel aluminio. Cociná en el horno removiendo cada 10 o 15 minutos hasta
que estén completamente tiernas y “dulzonas”. Si te gusta, al final de la
cocción agregá un poco de vino blanco o cognac y cociná destapado por unos
minutos más. Una vez listas corregí el punto de sal. Estas cebollas te sirven para ensaladas,
rellenos, salsas, mezcla de hamburguesas, como acompañamiento de alguna carne,
sandwichs, etc…Conservalas en la heladera en un frasco hermético. Son
deliciosas y súper sanas, porque no
llevan ningún tipo de materia grasa en su cocción.
Hojas de brócoli
La próxima
vez que compres brócoli ni se te ocurra tirar las hojas, no sabés lo ricas que
son. Las cocinás como si fuera acelga, pero el resultado es una verdura de un
sabor mucho más suave y delicado.
Azafrán en hebras
Si tenés de
la suerte de conseguir azafrán en hebras no lo desperdicies agregándolo así
como viene en tus comidas. Para que el azafrán suelte todo su aroma y color es
necesario tostarlo levemente primero, ¿cómo?, muy fácil: ponés las hebras en
una cuchara o un pequeño recipiente y lo colocás sobre la llama, en unos
segundos vas a ver que las hebras empiezan a “moverse”, retiralas antes de que
se quemen y en ese mismo momento hidratalas con unas gotas de agua, ahora sí
están listas para usar.
Frutas secas en el freezer
Cuando
tengas muchas frutas secas y sepas que no las vas a usar todas en un futuro
inmediato, no dejes que se pongan rancias, guardalas en el freezer y andá
sacándolas a medida que las necesites, se conservan hasta un año perfectas.
Sal saborizada
Todos los
restos de polvo que te vayan quedando en los especieros podés agregarlos al
salero y así tener siempre a mano una sal más “divertida” para agregar a tus
platos.
Albahaca siempre fresca
Hay algunas
formas de conservar las hojas de albahaca sin que se pongan mustias o se oxiden
en pocas horas, pero la realidad es que al cabo de unos días, inevitablemente, ésto
va a suceder. Te recomiendo picar la albahaca, colocarla en un frasco de vidrio,
cubrirla con aceite y conservarla en la heladera. Dura hasta dos meses sin
problemas y sirve para aderezar pastas, pizzas, ensaladas, quesos, o lo que más
te guste.