Me gusta mucho
transformar las ensaladas en platos principales, y para eso es muy común que
uno recurra al agregado de pollo, atún, arroz, huevo, lentejas, etc…Hace un
tiempo se puso de moda la quínoa, pero la realidad es que en Argentina todavía
es un producto caro y aunque sea súper saludable, hay muchas otras opciones que
favorecen nuestra salud, y también nuestra economía, una de ellas es el mijo.
El mijo es un cereal que no contiene gluten, tiene alto contenido en fibra, magnesio,
fósforo, hierro, vitaminas del grupo B, zinc, yodo y vitamina E. Por si esto fuera
poco, es un gran alcalinizante del organismo, y es ideal para personas con
problemas digestivos, ya que es muy fácil de asimilar.
Para cocinarlo yo
primero lo remojo entre media y una hora y lo enjuago para quitar impurezas.
Después lo llevo al fuego con 2 y1/2 partes de agua (si lo quiero más
apelmazado para hacer hamburguesas o budines, le pongo 3 partes de agua) y lo
dejo hervir hasta que se consuma todo el líquido.
Para la ensalada de hoy, lo
dejé enfriar y lo mezclé con tomate concassé, albahaca, palta, ralladura y jugo
de medio limón, y la terminé con unos cubos de zapallo kabutia asados y una
buena cucharada de aceite de oliva virgen extra (“arbequina” para más dato).
¿Dónde comprar mijo? En cualquier dietética o feria de tu barrio.
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