Hace unos
meses (el 21 de junio más precisamente)
les conté como hacer una especie de focaccia rápida sin levadura. Resulta que
ese día hice más de una focaccia y guardé una en el freezer para tener algo a
mano cuando hay que improvisar y el tiempo nos corre. El día que decidí sacarla
me dí cuenta de que no era muy grande y en la mesa éramos muchos, y que todavía
no había desarrollado el don de multiplicar los panes, así que pensé cuál sería
la mejor forma de hacerla rendir. Así salieron estos biscottis increíbles, que
de tan buenos que estaban, igual desparecieron en segundos!
Simplemente
corté la focaccia bien finita, puse las rebanadas sobre una placa limpia y las
sequé en un horno bajo hasta que quedaron apenas doradas y bien crocantes.
Te
recomiendo hacer bastantes biscottis de una vez y si tenés la suerte de que te
sobre alguno, podés guardarlos en envases herméticos por un mes sin problemas.
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