Este dato que les voy a pasar es para todos los amantes del queso y para aquellos a los que les gusta cuidares un poquito, aunque les digo a los que no consumen cosas bajas calorías, que prueben este queso, porque no se van a arrepentir. Se trata del “Neufchatel light”, de Tregar (tiene una textura parecida a la de los port salut untables, pero menos gomoso). No es nuevo, pero no he visto, al menos en mi entorno, mucha gente que lo consuma. Yo lo probé hace un par de años y lo elijo frente a todas las opciones similares que hay, ¿por qué?, te cuento: como ya mencioné, tiene la textura ideal, es untable, cremoso pero no gomoso; tiene un sabor levemente salado, que se podría asemejar a un brie, pero muchísimo más suave; se puede usar en el desayuno, como parte de una picada o para preparaciones calientes; y lo que realmente hace la diferencia es su composición nutricional. Tiene casi las mismas calorías y tenor graso que un queso blanco (que es mucho más insípido), sí, 38 calorías y 2 gr. de grasa por porción de 30 grs., frente a casi 60 calorías y 4,5 gr. de grasa que aportan en promedio, el resto de los untables light que hay en el mercado (tipo por salut o Finlandia light). El único problema es que no en todos lados lo venden, pero en COTO lo conseguís seguro.
Recetas, lugares, datos útiles y consejos para aprovechar al 100% tu cocina y disfrutar a pleno del mundo de la gastronomía.

martes, 24 de enero de 2012
Salud y sabor, un hallazgo en la góndola de los quesos
"Aquellos Años", un clásico de la Costanera venido a menos
La verdad es que “La Costanera” no es una zona gastronómica a la que vayamos muy seguido, pero todos los meses de enero mi papá recibe una invitación de “Aquellos Años” (antes “Los Años Locos”) para ir a comer, por lo que, una vez por año, visitamos este restaurant, que solíamos frecuentar mucho más asiduamente durante mi infancia. Recuerdo que, si bien nunca fue una opción económica, siempre se destacó por la abundancia y la calidad de sus cortes de parrilla y sus ensaladas especiales. Bueno, lamentablemente al día de hoy ya nada es “destacable”. Cobran $12 por el servicio de mesa, el cual consta de una panera completa, manteca y una copa de champagne, bien, si no fuera porque el champagne estaba caliente (antes incluían también una empanada o un buñuelo de acelga como cortesía, ya no).
Para empezar pedimos una ensalada “Catalina” (muzzarella, tomate, aceitunas negras, albahaca y crutones) $38, correcta, lástima que el mozo decidió aderezarla por su cuenta y yo considero que un lugar de tal nivel lo que corresponde es traer los aderezos a la mesa y que comensal los dosifique a su gusto (de hecho, es importante ver la marca y la calidad, en especial de los aceites).
Como platos principales elegimos una porción de vacío “del fino”, $78, perfecto el punto de cocción, nada de grasa, rico sabor, pero no era vacío (si tengo que adivinar diría que era un excelente bife de cuadril), y su tamaño no justificaba el precio; y un solomillo de cerdo con salsa de ciruelas y puré de batata, $78. El solomillo bien cocido, el puré con demasiada manteca (trataron de tapar el sabor medio rancio de la batata y fue peor) y la salsa deliciosa, pero aún estoy buscando las ciruelas. Lo compartimos entre dos mujeres, aunque en realidad el plato era para uno.
Para terminar eligieron una “Tatín de peras” con frutos rojos y helado de crema ($30), y digo “eligieron” porque yo no me sumé al postre, ya me imaginaba lo que se venía, y no me equivoqué. Nunca ví algo tan mal logrado. Obviamente no era una tatín, sino una simple tarta, con masa avejentada y húmeda, una fruta insípida por arriba y algo amargo y seco en el medio que no pudimos dilucidar. Los frutos rojos eran solo moras y la canela que decoraba era demasiado artificial.
Cuando le comentamos al mozo, de buena manera, que estábamos un tanto disconformes con el postre, hizo caso omiso, puso cara de ofendido, y nos ofreció otra copa de champagne (como para refrescar el momento supongo). Bueno, al menos ésta sí estaba fría, lo mejor de la noche!.
miércoles, 18 de enero de 2012
Mouse de chocolate
Hoy, en honor a los amantes del chocolate, les voy a contar como hacer una mouse "intensa" de chocolate. Lleva algunos pasos, pero no es para nada difícil y les aseguro que el resultado es más que bueno, una mouse con mucho sabor a chocolate y de textura super aireada. Manos a la obra...
Separar las yemas de las claras de 3 huevos chicos o 2 grandes. Colocar las yemas en un bol o cacerolita y batir con 2 cdas. de azúcar a fuego mínimo o baño maría, hasta que se tornen casi blancas. Aparte, derretir 150 grs de chocolate para taza con 50 grs de crema (en microondas o a baño maría). Batir 150 cc de crema a medio punto (un poquito menos que para chantillí) con 1 cda. de azúcar . Agregar el batido de yemas al chocolate, integrar bien y de a poco mezclar esto con la crema batida. Tener en cuenta que el chocolate no esté muy caliente. Por último incorporar, en forma envolvente, las claras batidas a nieve con 2 cdas. de azúcar. Enfriar en heladera 2 horas, como mínimo, antes de consumir.
Podés conservarla en el freezer y así disfrutar de un helado de chocolate buenísimo.
jueves, 12 de enero de 2012
Berenjenas en escabeche, en 10 minutos...
Para seguir con la idea de simplificar el proceso de algunas preparaciones tradicionales que hace unos años solían no ser tan simples, hoy te paso mi versión de las berenjenas en escabeche, en 10 minutos, ¿no me creés?…mirá…
Lavá 1 kg de berenjenas y quitales el cabito. Cortá en rodajas de un dedo de espesor y luego por la mitad. Cocinalas en el microondas (en recipiente tapado) hasta que se empiecen a ablandar, mezclando cada dos minutos (no creo que les lleve más de 6 u 8 minutos, porque si no se pasan). Aunque te parezca que están un poco duras, no sigas, porque con el vinagre que les agregues después se van a ablandar aún más. Escurrilas y condimentá con vinagre blanco (una ½ taza, pero es a gusto), sal, pimienta, laurel, comino, ají molido, pimentón y un par de ajos enteros. Guardalas en frasco de vidrio cubiertas con aceite de girasol, ojo!, bien cubiertas, porque si queda algo sin embeber tiende a formarse hongo. Una vez frías, tapalas.
Yo recomiendo conservarlas en heladera y esperar al menos un día antes de consumirlas, para que se tomen mejor los sabores.
lunes, 9 de enero de 2012
El lechoncito a la parrilla del tío Andrés
Muchos de ustedes habrán tenido la suerte de disfrutar un rico lechón en navidad o año nuevo, pero yo fui más afortunada aún porque el finde pasado no solo comí un lechoncito (lechoncita en realidad) más que fresco, cocinado a minutos de ser sacrificado, sino que tuve el honor de que lo hiciera mi tío Andrés. Eso es sinónimo de “manjar”, el cuero dorado y súper crocante y el interior, una manteca, pocas veces probé algo tan delicioso en mi vida. No creo que jamás pueda hacer yo algo parecido, pero al menos para intentarlo, le pedí todos los consejos necesarios y aquí los comparto. Ojo!, las primeras fotos no son aptas para “impresionables”, vegetarianos o afiliados a asociaciones de defensa de los animales, así que después no digan que no les avisé.
Empecemos por el principio, elegir el animal y clavar el cuchillo en el lugar indicado, después sostenerlo boca abajo hasta que se desangre y largue su último suspiro (o chillido).
Después hay que sumergirlo en una olla con agua hirviendo para pelarlo, realmente es más fácil de lo que parece. Se le sacan las pesuñas y se hace una incisión a lo largo para sacar todas las vísceras. Se lava muy bien y está listo para la parrilla.
El ayudante tan dispuesto de remera marrón es mi padre, que creo que estaba tratando de sumar algún puntito extra para ver si a la noche le tocaba una yapa, pero mi estrategia fue mucho mejor, me senté al lado de la tabla donde se cortaba, y así tuve mi auto servicio toda la noche.
A diferencia de las vacas, cuya carne necesita al menos un día de reposo antes de cocinarse, los lechones y los corderos es mejor asarlos así fresquitos, se cocinan más rápido y la carne resulta mucho más tierna.
Cuando la brasa está lista se acomoda de forma tal que debajo de las costillas no queden brasas para que los huesos no se quemen. El momento de darlo vuelta es cuando ya está todo bien dorado y al levantarlo parece que va a quebrarse. Acá todavía le faltaba un poquito (para uno de 8 o 9 kilos, limpios, se calculan unas 2 horas del primer lado y de 40 a 50 minutos del segundo).
¿Condimentos?, sal por todos lados antes de ir al fuego, y en el momento de darlo vuelta, se frota con vinagre blanco todo el cuero para que quede crocante. Insisto, no les puedo explicar lo que es. Y lo mejor de todo es que ya ni me acuerdo las veces que me serví, pero al otro día me sentía liviana como una lechuguita, increíble. Gracias tío!!!
martes, 3 de enero de 2012
Mi mesa de diciembre, ideas para todo el año...
Cuando llega diciembre no puedo dejar de empezar a imaginar mi mesa de navidad y fin de año. Cuando era chica nos juntábamos en la casa de mis tías abuelas, y llegábamos a ser alrededor de treinta personas. Ellas eran tres y cocinaban para todos, aunque siempre alguno llevaba algo para completar. Obviamente que nunca faltaban los clásicos y alguna que otra especialidad de familia. Desde que las reuniones se hacen en mi casa, yo le agregué mi toque personal, pero siempre siguiendo la misma idea, abundancia y variedad, para que todos queden contentos. Alguna vez he hecho alguno de los clásicos (lengua a la vinagreta, vitel toné, huevos rellenos, matambre arrollado, etc…), pero en estos últimos años decidí salir de la rutina y entrar un poco por la variante. Lo primero que hacemos, junto con mi mamá, es decidir el plato principal, que puede ser pavita (compramos la “Sadía” que queda buenísima y se hace casi sola), o cortes de cerdo o carne vacuna (carré, peceto o pastrami casero), sea lo que sea, siempre los servimos a temperatura ambiente, ni locas estamos con el horno prendido hasta último momento. En base a esa elección y, teniendo en cuenta de no usar ingredientes repetitivos, empiezo a crear el menú de entradas. Al igual que para otras reuniones, me gusta que hayas muchas “cositas ricas” como patés, escabeches, arrolladitos y bocaditos, combinando quesos, fiambres y verduras. Trato de que sean cosas fáciles de hacer y servir, y lo más importante, que sean variadas. Nunca pueden faltar las tostaditas y algún pan casero. Con los años también notamos que a la hora de preparar las guarniciones lo mejor es servir cada verdura por separado (zanahoria, repollo, remolacha, tomate, choclo, papa, hojas verdes, etc…) y que cada uno se arme su propia ensalada en el plato, así nos evitamos el: “…uhh, pero esa ensalada tiene tal cosa que no me gusta…”. Yo personalmente trato de tener todo listo, cocinado y porcionado, con antelación, para poder sentarme a la mesa y olvidarme por un rato de la cocina. Te cuento y te muestro cómo armé las entradas para navidad y fin de año, porque estoy segura que vas a adoptar alguna para tu próxima reunión. Para el 24: berenjenas en escabeche (las hago en microondas, pronto subo la receta), paté de tomates secos, guacamole, arrollado de queso azul, rolls de jamón cocido con ricota y hierbas, y algunos fiambres que aún conservamos de nuestro viaje por Europa. Para acompañar, tostadas de focaccia y pan integral con semillas.
Para el 31: canapés con base de papa (sí, papa, ideal para escapar de la típica tostada), ensalada capresse(también la podés hacer en forma de pinchos con muzzarella, un tomate cherri y rociada con aceite de albahaca), mejillones a la provenzal, y las infaltables berenjenas, que son un éxito.
jueves, 29 de diciembre de 2011
"Casi" pan dulce, sin levadura, facilísimo.
Esta es una versión muy mía del pan dulce, que surgió frente a la necesidad de una alternativa menos dificultosa y más rápida que la tradicional. Es ideal para quienes tienen poco tiempo o no están acostumbrados a trabajar con levadura. Hice una mezcla de varias recetas y logré excelentes resultados, un “pseudo pan dulce” tipo budín, muy húmedo, lleno de frutas y con los sabores originales de la navidad. Con lo fácil que es, todavía estás a tiempo de hacerlo para disfrutar en año nuevo. Ésta es la receta: en una procesadora o licuadora colocar una manzana verde en cubos, 220 grs de azúcar blanca, 110 grs de azúcar negra, 3 huevos, 120 cc de aceite, 80 cc de almíbar de alguna fruta en lata o de vino dulce, 80 cc de cognac o whisky, 1 cda. de agua de azahar y 2 cdas. de miel. Procesar hasta que se integre todo. Pasar la mezcla a un bol y agregarle 300 grs de harina con 2 cdas. de polvo leudante y 2 tazas de frutas a gusto (secas, glaseadas, pasas, etc…). Cocinar en horno moderado por 1 a 1 y ¼ hs. Estas cantidades te rinden para un molde circular de 24 cm o dos budineras nro. 4.
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