La receta que comparto
hoy está dedicada exclusivamente a quienes tienen la posibilidad de usar un
deshidratador, porque no creo que funcione con el horno convencional, aunque
imagino que podríamos probar…pero no estoy segura del resultado. Se trata de
una masa del estilo de la de un “creppe”, que se puede usar para hacer
canelones, lasagnas, rolls, o para comer de
a pedacitos como un snack. Es muy fácil y lleva sólo 3 ingredientes:
zuchini, espinaca y aceite de oliva. Para hacerla licué 2 zuchinis medianos (o
uno grande) con 1 atado de espinaca y 2/3 tazas de aceite de oliva. Solo
condimenté con una pizca de sal, pero podés ponerle hierbas, especias, o
espirulina si querés enriquecerla aún más. Cuando quedo una pasta homogénea (no
agregues agua!!!), la volqué en la lámina antiadherente y la esparcí con la
espátula dejándola de unos 3 a 4 mm de espesor. Recuerden que al deshidratarse
y evaporar su humedad va a perder volumen así que no la hagan muy fina porque
se va a quebrar. La llevé al deshidratador por unas 4 horas y la fui
controlando. Te vas a dar cuenta que está lista cuando la despegues fácil, si
al despegar una punta ves que todavía queda residuo de masa en la lámina,
todavía le falta un poquito, la lámina tiene que quedar limpia. Una vez terminada
la dejás enfriar y vas a ver que queda súper flexible. La podés conservar en
heladera hasta 5 días sin problemas.
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