Una vez
más, mis primos me trajeron membrillos de su quinta y, el mismo día que los
recibí y noté que estaban a punto, puse
manos a la obra (es inconfundible el aroma cuando están maduros). Además de
hacer un dulce increíblemente rico y natural, preparé jalea, una mouse de
membrillo y ciruelas, y una infusión.
Antes de
pasarles las recetas les cuento que el membrillo no solo es rico, sino que
tiene muchas propiedades que benefician nuestra salud, la principal es su gran
contenido de pectina. La pectina es un excelente aliado para luchar contra la
gastritis, ya que desinflama las paredes del aparato digestivo, y también ayuda
a regular la función intestinal. Aporta magnesio, vitaminas A y C y algunas del
grupo B, como el ácido fólico, así que las futuras madres deben tenerlo
presente en su dieta.
Ahora sí, a
ponernos en acción…
El primer
paso a seguir para las 4 recetas es lavar bien la fruta, cortarla al medio, y
hervirla por una media hora. Pasado ese tiempo, retirar los membrillos y
reservar el líquido de cocción. Ese mismo líquido, colado, lo podés tomar frío
o caliente con un poco de limón y miel, y resulta delicioso y muy digestivo.
Primer receta, lista!
Cuando los
membrillos perdieron temperatura, hay que pelarlos y retirar el corazón con las
semillas. No descartes nada, porque con las semillas vas a hacer la jalea. Una
vez que tenés la pulpa separada, la pesás, la procesás y la ponés en una olla
bien profunda con el mismo peso en azúcar. Yo usé azúcar de mascabo y quedo
buenísimo, si no te animás podés probar poniendo mitad mascabo y mitad común. Es importante que la olla sea profunda porque
el dulce salpica, y muuucho!!!. Ahora
solo es cuestión de paciencia, tenés que cocinar el dulce a fuego medio sin
dejar de mezclar en ningún momento, porque se pega y se quema enseguida. Vas a
notar que después de unos 40 minutos el dulce empieza a tomar un color
levemente rojizo, y a espesarse. Dependiendo de la cantidad, podés llegar a
tardar entre 1 y 2 horas hasta lograr el punto exacto para hacer dulce sólido,
lo que se llama “en pan”. Para darte cuenta del punto, además del color característico,
tenés que ver que el dulce se despega del fondo de la olla, es ahí cuando lo
retirás y lo ponés en el molde que le va a dar la forma. Lo enfrías y listo el
dulce! Si lo querés tipo mermelada para untar, lo cocinás menos tiempo.
Para la
jalea solo tenés que poner a hervir las semillas en abundante agua por unos 20
a 30 minutos, hasta que veas que el agua se tiñe de un color ámbar oscuro. La
colás, le agregás 1 kg de azúcar por litro de agua y la cocinás por unos 40 a
50 minutos hasta que toma un color rojizo. Para probar el punto retirás un
poco, lo dejás enfriar y tiene que quedar como una miel espesa. Lo envasás y lo
consumís como si fuera una mermelada.
Y llegó el
turno de la mousse. Simplemente separé una parte de la pulpa y la cociné al
vapor unos 15 minutos más, hasta que estuvo bien tierna. Le agregué unas
ciruelas secas, esencia de vainilla, ralladura de limón y miel. Procesé hasta
obtener una textura cremosa y ahí terminó mi cuarta y última receta. Esta
mousse o crema se puede comer sola, usar como relleno de torta o alfajorcitos,
y hasta me atrevo a decirte que sin la miel, y mezclada con batata, puede
resultar un acompañamiento ideal para una comida salada.
Me encantó, mañana comiezo, luego a les cuento
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