lunes, 1 de junio de 2015

Pizza vegana con “pseudo-queso de papa”

Sí, sí, ya sé, suena raro lo de queso de papa, no?...y es que en realidad no es queso, porque no parte de la base de ningún lácteo, aunque el resultado final es sorprendemente similar al de un queso cremoso o una muzzarella. Hoy les voy a pasar dos recetas (base y queso para la pizza) y varias ideas para utilizarlas. Empezamos por el “pseudo-queso”. Las cantidades son aproximadas y dependen de la cantidad de queso que quieran hacer, pero para tener una idea, vamos a partir de 500 grs. de papa. Cocinamos la papa con cáscara, al vapor o hervida (también puede ser al horno envuelta en aluminio), y cuando está bien tierna la pelamos. Le agregamos sal, pimienta, un chorrito de jugo de limón, 100 cc de aceite de oliva y 2 cdas. de agua natural. Licuamos o mixeamos y vamos a ver que se empieza a formar una crema bien elástica, como un queso cremoso derretido que hace “hilos”, eso significa que está listo. Si lo queremos un poco más fluído le agregamos unas gotas más de agua.
Para la base de la pizza tenemos que cocinar una parte de arroz yamaní con 2 y ½ partes de agua hasta que la absorba por completo. Va a quedar muy al dente, es lo que necesitamos. Una vez cocido lo dejamos enfriar y le agregamos 1 cda. de aceite de oliva y una cdita. de sal, procesamos un poco, sin que llegue a hacerse una crema, y con la ayuda de las manos humedecidas formamos la base presionando sobre una pizzera enaceitada. El grosor dependerá del gusto de cada uno, pero no las hagan muy finitas porque se pueden endurecer mucho. Una vez formada la base la vamos a cocinar en horno suave unos 15 a 20 minutos, hasta que veamos que se dora levemente y se despega del molde. La cubrimos con salsa de tomate y con el pseudo-queso de papa, espolvoreamos con orégano y volvemos al horno hasta dorar. Les juro que queda buenísima!...


Otras ideas:
  •       El pseudo-queso lo pueden usar para berenjenas o zapallitos rellenos, para terminar un risotto, o saborizarlo y servirlo frío como un untable.
  •       Con las bases de arroz yamaní se pueden hacer tartas, sándwichs, canapés o galletas.
  •        Las bases de arroz yamaní se pueden conservar perfectamente en el freezer. 

martes, 26 de mayo de 2015

Al Zein, un nuevo viaje a Medio Oriente

Después de un tiempito sin reseñar ninguna salida gastronómica, hoy vuelvo con una mis pasiones, la cocina de medio oriente. Si bien Al Rayán era el preferido indiscutible por su excelente relación precio-calidad, Al Zein, en Las Cañitas, está muy cerca de compartir, y porque no, robarle el podio. Hace rato que tenía ganas de probar su comida, y hace unos días finalmente lo hice. No fuimos a cenar a su salón de restaurant porque no ofrecen bebidas alcohólicas, y para mí una buena comida merece siempre ser acompañada por un buen vino, así que elegimos el vino en casa, y partimos en busca de nuestros shawarmas. 
Al Zein tiene un salón no muy grande, y pegado está el sector de comidas para llevar y delivery. El menú no es muy extenso, pero suficiente para caer en la tentación. 



Todas las porciones son enormes y los precios súper accesibles. Vean la lista actualizada al día de hoy. 

El shawarma (la estrella del lugar) puede ser de carne vacuna, de pollo, o mixto, en su versión sándwich o al plato. Pedimos uno de cada uno y una porción de postre similar al backlava pero relleno de crema pastelera. 



Todo estaba buenísimo, los sabores, el tamaño, la presentación. Por $200 comimos más que bien. En la próxima visita haremos un surtido de entradas frías y calientes y les contaré al respecto.

Al Zein está en Arce 488, su teléfono es 4775-1402. Abre todos los días, todo el día, menos los lunes al mediodía. Solo aceptan efectivo y el delivery es hasta 30 cuadras. 

domingo, 10 de mayo de 2015

Galletas crocantes de coco sin harina

Hoy te cuento que con 3 ingredientes podés hacer unas galletas súper crocantes, livianas y deliciosas ( y una vez más ATP). ¿No me creés?...hacé la prueba: licuá 1 banana madura con 4 cdas. de azúcar de mascabo o integral, a ésto agregale 6 cdas. de coco rallado (yo usé 3 de coco rallado y 3 de bagazo que me quedó después de hacer leche de coco). Extendé la mezcla sobre una plancha antiadherente o una placa lubricada, dejándola de medio dedo de espesor. Para la cocción podés optar por el deshidratador, si querés una versión cruda (tardan unas 8 hs, dando vuelta a medio tiempo); o por el horno convencional, cuidándolas mucho porque se cocinan enseguida. Las podés saborizar con vainilla o ralladura de limón. Conservalas en frascos herméticos para que se mantengan crocantes, aunque no creo que te duren mucho…



lunes, 4 de mayo de 2015

Salsa Huancaína crudivegana

Todo este tema de andar incursionando en el mundo crudivegano hizo que mi curiosidad y mis ganas de hacer pruebitas de laboratorio se exacerbaran. La semana pasada fui a comprar papaya y mientras esperaba para pagar ví varios sobrecitos con diferentes condimentos entre los cuales llegué a divisar uno que decía “ají amarillo picante”. Obviamente, lo primero que vino a mi cabeza fue “comida peruana” y al instante, “papas a la huancaína”, y por qué no hacer una huancaína crudivegana?... acto seguido, ya tenía el sobrecito en mi casa. Para quienes no las conocen les cuento que las papas a la huancaína son papas cocidas en rodajas acompañadas por esta salsa o crema hecha a base de ají amarillo, queso, leche, aceite, cebolla, ajo y galletas molidas (puede variar según el cocinero, pero éstos son los ingredientes básicos). Como el crudiveganismo no admite productos cocidos o de origen animal, lo único que pude respetar de la receta fue el ají amarillo (yo conseguí seco en polvo, pero se puede comprar fresco y secarlo en deshidratador o en el horno a muy baja temperatura), la cebolla, el ajo  y el aceite, el resto fue pura imaginación. Tenía que encontrar un sabor similar al queso: levadura en copos; otro parecido a la leche: castañas de cajú activadas (remojadas por 2 horas) y licuadas; y la textura de las galletas molidas que se la aportaron las mismas castañas. Conclusión: activé por 1 hora ½ taza de castañas de cajú, las puse en el vaso de la licuadora o mixer y agregué agua hasta cubrir, 2 cdas. soperas de levadura nutricional, 2 cditas. chicas del polvo de ají amarillo (pica muuucho), 1 chorro de aceite de girasol, 1 diente de ajo, ½ cebolla morada, jugo de medio limón (para aportar un poco del ácido que le daría el queso), sal y una cdita. de cúrcuma (para acentuar el color). Lo licué hasta que quedó una crema bien lisa. Las cantidades son aproximadas porque depende de cuán picante te guste y qué textura necesites según para qué la vayas a usar. Con papas queda buenísima, pero también va perfecto como aderezo de ensaladas, para untar el pan de un sándwich, y tal como hicieron hace unos días en casa los carnívoros, para reemplazar la típica salsa de yogurt del shawarma . 


lunes, 27 de abril de 2015

Tarta arrollada de verdura y queso

Hoy dejamos de lado el crudivorismo y volvemos a prender el horno. Había acelga, berenjena, ricota y muzzarella; había hambre y ganas de comer rico; no había tiempo…el resultado?...este rollo súper fácil de verdura y queso, que no es ni más ni menos que una especie de tarta arrollada, como para variar un poco la presentación y que nuestros ojos “coman” algo distinto…sí, leyeron bien, para mí no solo se puede besar con la mirada, también se puede comer…

Bueno, basta de poesía y manos a la obra. Primero preparé la masa mezclando 250 grs de harina (mitad común, mitad integral), 1 huevo, 6 cdas. de aceite y agua en cantidad necesaria para formar un bollo. Amasé hasta lograr una textura lisa y dejé descansar mientras preparé el relleno. Para el relleno piqué 1 atado de acelga  y lo mezclé con 1 berenjena (ambas cocidas), 2 tazas de ricota, 250 grs de muzzarella y 2 huevos. Condimenté con sal, pimienta y ajo en polvo. Para el armado estiré la masa en forma rectangular lo más fina posible, la espolvoreé con pan rallado y puse el relleno en uno de los extremos. La enrollé metiendo los bordes hacia adentro (como cuando se hacen arrolladitos primavera o strudel). Puse el rollo en una placa enaceitada y le hice unos tajos en la superficie para que no se explote en el horno.  Lo pinté con aceite y lo cociné unos 45 minutos, hasta que lo ví doradito. Lo podés servir caliente como principal o dejar que se enfríe y cortar en rodajas más finas para presentar en una picada o como entrada.


viernes, 24 de abril de 2015

Dulce de leche y chocotorta para todos…Veganos, celíacos y crudívoros de fiesta!

Ahora le tocó el turno a los dulces, y qué dulces!...Dos clásicos de la mesa argentina, el dulce de leche y la chocotorta, ambos en versión crudivegana, o sea, como digo yo, ATP (apto para celíacos, vegetarianos, veganos y omnívoros). Además, son una excelente alternativa para que los chicos vayan incorporando de a poco ciertos alimentos saludables que sin “disfrazar”, resultaría casi imposible, como los dátiles.

Empecemos por el dulce de leche. Primero remojamos 1 taza de dátiles sin carozo por 1 hora. Mientras también remojamos ½ taza de castañas de cajú . Pasada la hora ponemos todo en la licuadora, agregamos extracto o esencia de vainilla y un chorrito de agua. Licuamos todo y agregamos agua si fuera necesario hasta lograr la consistencia que nos gusta (la cantidad dependerá si lo queremos para untar o para armar una torta).


Para la chocotorta conviene que el dulce esté consistente, podés agregar un poco más de castañas si querés. Como reemplazo de las galletitas se podrían usar galletas de cacao deshidratadas, pero la idea es complicarnos lo menos posible, así que yo mezclé el bagazo de la leche de almendras (es el resto después de colarla) con un poco de miel y cacao amargo. Las cantidades son a gusto y el bagazo lo podés reemplazar por cualquier fruta seca molida. Hay que procesar hasta formar una pasta y con eso vamos armando capas de masa y de dulce de leche alternadas. Yo lo terminé con coco fresco rallado, pero podés espolvorear nueces, cacao o coco seco. Lo llevas a la heladera por un par de horas y listo!

lunes, 20 de abril de 2015

Bocaditos de espinaca crudiveganos

Dado que un colega muy generoso tuvo la gran idea de prestarme un deshidratador, voy a aprovechar el tiempo que dure su compañía para explotarlo al máximo. Para los que no tienen idea del uso del deshidratador, les cuento que sirve para cocinar alimentos a muy baja temperatura (lo ideal es no superar los 43°C) lo cual mantiene intactos todos sus nutrientes. Recetas crudiveganas hay muchas, pero como a mí me gusta experimentar, decidí usar lo que tenía  a mano y prepara unos bocaditos de verdura bien simples como para debutar.  Para eso piqué a cuchillo 1 atado de espinaca, le agregué una zanahoria grande rallada, 2 cdas. de aceite de oliva, 200 grs de semillas de girasol molidas y 100 grs de semillas de lino molidas (parte de cualquiera de las semillas se puede reemplazar por almendras, nueces o cajú, que le aportan todavía más sabor). Condimenté con muchas especias, armé bocaditos, los dispuse sobre la bandeja y los llevé al deshidratador por 3hs, dándolos vuelta a mitad de tiempo.

 Los saqué cuando me pareció que estaban sequitos por fuera y emanaban un muy buen aroma, pero cuando los probamos los notamos un poco amargos, y ahí me dí cuenta que les faltaba un poco de cocción, así que vuelta al deshidratador por una horita más, como todo en la vida, es cuestión de prueba y error. No piensen que esta receta es solo para crudívoros, se pueden cocinar tranquilamente en horno convencional y aunque algunos nutrientes mueran en el camino, siempre va a ser una opción súper saludable para servir en una picada, o en tamaño más grande, como hamburguesa. Pueden agregar verdeo, tomates secos, remolacha rallada o lo que más les guste.








Les cuento que el objetivo de tener el horno es ensayar recetas para el local nuevo que estamos por abrir, así que trataré de subir todas las pruebas que haga con todos los aciertos y errores para que  vayamos aprendiendo juntos.