Dado que un
colega muy generoso tuvo la gran idea de prestarme un deshidratador, voy a
aprovechar el tiempo que dure su compañía para explotarlo al máximo. Para los
que no tienen idea del uso del deshidratador, les cuento que sirve para cocinar
alimentos a muy baja temperatura (lo ideal es no superar los 43°C) lo cual
mantiene intactos todos sus nutrientes. Recetas crudiveganas hay muchas, pero
como a mí me gusta experimentar, decidí usar lo que tenía a mano y prepara unos bocaditos de verdura
bien simples como para debutar. Para eso
piqué a cuchillo 1 atado de espinaca, le agregué una zanahoria grande rallada,
2 cdas. de aceite de oliva, 200 grs de semillas de girasol molidas y 100 grs de
semillas de lino molidas (parte de cualquiera de las semillas se puede
reemplazar por almendras, nueces o cajú, que le aportan todavía más sabor).
Condimenté con muchas especias, armé bocaditos, los dispuse sobre la bandeja y
los llevé al deshidratador por 3hs, dándolos vuelta a mitad de tiempo.
Los
saqué cuando me pareció que estaban sequitos por fuera y emanaban un muy buen
aroma, pero cuando los probamos los notamos un poco amargos, y ahí me dí cuenta
que les faltaba un poco de cocción, así que vuelta al deshidratador por una
horita más, como todo en la vida, es cuestión de prueba y error. No piensen que
esta receta es solo para crudívoros, se pueden cocinar tranquilamente en horno
convencional y aunque algunos nutrientes mueran en el camino, siempre va a ser
una opción súper saludable para servir en una picada, o en tamaño más grande,
como hamburguesa. Pueden agregar verdeo, tomates secos, remolacha rallada o lo
que más les guste.
Les cuento
que el objetivo de tener el horno es ensayar recetas para el local nuevo que
estamos por abrir, así que trataré de subir todas las pruebas que haga con
todos los aciertos y errores para que vayamos aprendiendo juntos.
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