Ahora le
tocó el turno a los dulces, y qué dulces!...Dos clásicos de la mesa argentina,
el dulce de leche y la chocotorta, ambos en versión crudivegana, o sea, como
digo yo, ATP (apto para celíacos, vegetarianos, veganos y omnívoros). Además,
son una excelente alternativa para que los chicos vayan incorporando de a poco
ciertos alimentos saludables que sin “disfrazar”, resultaría casi imposible,
como los dátiles.
Empecemos
por el dulce de leche. Primero remojamos 1 taza de dátiles sin carozo por 1
hora. Mientras también remojamos ½ taza de castañas de cajú . Pasada la hora
ponemos todo en la licuadora, agregamos extracto o esencia de vainilla y un
chorrito de agua. Licuamos todo y agregamos agua si fuera necesario hasta
lograr la consistencia que nos gusta (la cantidad dependerá si lo queremos para
untar o para armar una torta).
Para la
chocotorta conviene que el dulce esté consistente, podés agregar un poco más de
castañas si querés. Como reemplazo de las galletitas se podrían usar galletas
de cacao deshidratadas, pero la idea es complicarnos lo menos posible, así que
yo mezclé el bagazo de la leche de almendras (es el resto después de colarla)
con un poco de miel y cacao amargo. Las cantidades son a gusto y el bagazo lo
podés reemplazar por cualquier fruta seca molida. Hay que procesar hasta formar
una pasta y con eso vamos armando capas de masa y de dulce de leche alternadas.
Yo lo terminé con coco fresco rallado, pero podés espolvorear nueces, cacao o
coco seco. Lo llevas a la heladera por un par de horas y listo!
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