martes, 16 de agosto de 2016

"Restaurant Maschwitz", una grata sorpresa en el camino



El finde pasado fuimos a pasear para la zona norte, ruta 9,  para el lado de Escobar y Maschwitz. La idea principal era conocer el nuevo emprendimiento “Torrepueblo”, un barrio que pretende emular a La Toscana (en Italia). No está mal, pero tampoco vale la pena el viaje solo para ver eso; una construcción diferente, con una plaza central muy pintoresca, algunos locales gastronómicos y una feria de artesanías y productos locales. En fin, después del breve paseo, siendo la hora cercana al almuerzo y con ganas de justificar la salida, decidimos buscar algún lugar tranquilo para comer bien. Una opción era el Mercado de Maschwitz, pero un domingo, con clima de primavera, sabíamos que iba a ser un caos, así que lo descartamos enseguida. Yo dije, agarrá la colectora y algo va a aparecer. Mmmm…bueno, había unos cuantos lugares pero ninguno nos convencía, así que nos metimos directamente en Maschwitz, por lo que suponíamos era la avenida principal  (Avda. Villanueva) y después de ir y venir, estacionamos en una cuadra donde había dos locales, ambos restaurant y parrilla. Optamos por el que nos pareció un poco más pintoresco, dentro de la sencillez que caracteriza a los restaurants de pueblo. Oh sorpresa!...hicimos la mejor elección de los últimos tiempos. El lugar se llama “Restaurant Parrilla Maschwitz”. Es sencillo, pero se respira un ambiente muy cálido y familiar. Ahora vamos a lo que nos compete. La carta ofrece pizzas, minutas y parrilla. No cobran cubierto y te sirven tostadas saborizadas y mayonesa de perejil para la previa, y con los principales, pan fresco. Las ensaladas son un caso aparte. Abundantes, frescas, ($35 cada una) y para destacar los aderezos: ambos de primera marca! Ni en las mejores parrillas de Capital ví esas botellas servidas en la mesa, un lujo!...muchos deberían aprender.   


  
Para empezar pedimos chorizo ($35) y morcilla ($30), ambos enormes, crocantes por fuera y tiernos por dentro. 

Para seguir, una porción de vacío ($125), una porción de pechito ($115). Las carnes con una cocción impecable, se deshacían en la boca. La porción de pechito constaba de unas 10 “ribs” y un trozo de manta pura carne. 





Las bebidas sin alcohol chicas $30, hay bebida de 1,5 lts. Y la atención excelente, una sola camarera para todo el lugar, son dos salones grandes, y tuvo todo bajo control, sin perder la amabilidad ni un segundo. Para terminar, les comento que aceptan tarjetas.



Cómo llegar?, ruta 9, ramal Escobar, la salida de Maschwitz, hacia la derecha, debe ser km 42 aprox. Desemboca en  Avenida Villanueva, hacen 2 o 3 cuadras y la van a ver a mano derecha. Igual si lo buscan en google maps aparece.

lunes, 8 de agosto de 2016

Cremoso de papaya y leche de coco



Amo comer helado, y por temas de salud hace unos años decidí cambiar el healdo industrial por el casero, hecho a base de frutas. Como en invierno me dá un poco de frío comerlo, me gusta hacer mousses con las frutas. Muchas veces uso las semillas de chía para espesarlas, pero debo reconocer que puede resultar una textura un poco extraña, más para quienes no están acostumbrados. Así que hice a la prueba de usar agar-agar, y quedó genial. Solo licué 200 grs de papaya con 200 cc de leche de coco, vainilla y ralladura de limón. Disolví 5 grs de agar-agar en 50 cc de agua fría y 50 cc de leche de coco. Llevé todo alfuego y cuando rompió hervor le agregé el licuado y lo cociné por 1 minuto. Yo lo endulcé con un poco de stevia, pero si la fruta está muy dulce ni siquiera es necesario. Lo dejé enfriar y lo volí a licuar hasta que logré una textura súper cremosa. Les aseguro que no tiene nada que envidiarle a un yogur o postre lácteo. Lo pueden combinar con granola, o para rellenar una tarta, o para comer así solito…sea como sea es delicioso. 


lunes, 25 de julio de 2016

Galletas de avena y nuez 100% veganas



Hace un tiempo compartí una receta de este tipo de galletas, en la que para reemplazar al huevo usaba semillas de lino activadas. Algunos me decían que se les complicaba moler las semillas porque era poca cantidad, o que no estaban seguros de cuánto tiempo activarlas. Es por eso que seguí haciendo pruebas y llegué a una receta 100% vegana sin la necesidad de usar lino u otro aglutinante. Se trata solo de mezclar ingredientes y el resultado es fabuloso, súper crocantes y sin nada que envidiarle a las tradicionales, que suelen llevar manteca y huevo, y en general caen un poco pesadas.
Manos a la obra!. En un bol mezclá 170 grs de azúcar (de mascabo o integral) con 100 cc de aceite de girasol. Cuando el azúcar está bien disuelta agregá 50 cc de jugo de naranja, un chorrito de esencia de vainilla y saborizá con ralladura de cítricos a gusto. Aparte mezclá 250 grs de avena con 100 grs de harina integral, ½ cda. de polvo leudante y 50 grs de nueces picadas. Incorporá los secos a los líquidos y mezclá hasta formar una masa que puedas moldear con las manos sin que se te pegotee. Armá montoncitos sobre una placa lubricada o con una plancha antiadherente, aplastalos un poco y enfriá por unos 20 a 30 minutos en heladera o freezer (es para que no se deformen durante la cocción). Cocinalas en horno medio por unos 15 minutos, cuidando que no se doren demasiado para que no se pongan amargas….y a disfrutar!.
Tené en cuenta que en caliente va a parecer que están blandas, pero en cuanto se enfrían quedan geniales.


lunes, 18 de julio de 2016

Estofado de garbanzos estilo marroquí




Y sí, en esta época del año los platos de olla son los más tentadores. Para salir un poco de la rutina del guiso de lentejas, la polenta y el puchero, decidí irme un poco para el lado de medio oriente, y más precisamente Marruecos, donde los garbanzos, las especias y las frutas disecadas son moneda corriente. No seguí una receta en particular, simplemente cerré los ojos, me imaginé un mercado marroquí y dejé que sus imágenes y aromas guíen mis manos. Afortunadamente el resultado final fue delicioso. 

Para empezar rehogué ajo, cebolla, zanahoria, morrón y tomates sin piel y sin semillas, todo picado groseramente. Cuando todos estuvo bien sudado, agregué un poco de extracto de tomate (o kétchup, sí!...no es un pecado y queda perfecto!) , garbanzos ya cocidos y cubrí con agua (los garbanzos pueden estar remojados y cocinarse en esa misma olla con los vegetales). Condimenté con sal y un par de cucharadas generosas de masala (o baharat o cualquier mezcla de especias que te guste, ideal que tenga comino, canela y clavo). Ahí mismo sumé unos orejones de damasco previamente remojados y picados, y unas pasas de uva. Tapé y dejé cocinar por 1 y ½ hora, hasta que todos los sabores se concentraron y la preparación espesó y quedo “cremosa”. Unos 20 minutos antes de terminar la cocción agrgué cubos de zuchini. El tiempo de cocción es relativo, cuanto más tiempo, más espeso y más sabroso, obviamente.

Yo lo acompañé con cous cous, pero combina muy bien con cualquier grano o cereal de tu preferencia.


lunes, 11 de julio de 2016

Budín vegano de zanahoria, coco y nuez



Después de varios intentos fallidos, logré desarrollar una receta de budín de zanahoria vegano que no tiene nada que envidiarle a la tradicional que lleva huevos y manteca. Realmente es muy fácil, sano y delicioso. Además, para los que tienen niños, es una mandera diferente de sumarles verduras a la dieta diaria.
Para hacerlo simplemente puse en un bol ½ taza de azúcar de mascabo, ½ taza de aceite girasol, ½ taza de jugo naranja natural y lo saboricé con ralladura de naranja, vainilla y canela (le pueden agregar jengibre y clavo de olor, si les gustan los sabores especiados). Mezcle bien todo y le agregué 1 taza de zanahoria rallada fina, 1 y ½ taza de harina integral, ½ taza de coco rallado (yo usé el bagazo que me sobró después de hacer leche de coco, y queda perfecto!) y ½ cda. de polvo leudante. Terminé con ½ taza de nueces picadas.  Volqué la mezcla en una budinera enaceitada y enharinada y cociné en horno moderado por unos 50 minutos.
Esta misma preparación sirve para hacer en forma de torta o muffins.