Bagel, relamente no es mi pan preferido, pero debo reconocer que en este último tiempo se ha puesto muy de moda, y debe haber más de uno preguntándose cuál es su secreto. La masa tiene un sabor neutro, pero su textura y las semillas decorativas le dan un toque interesante.
Les voy a dar la fórmula para que lo hagan en su casa, ya que no es para nada difícil, pero lleva unos cuantos pasos a tener en cuenta.
Las proporciones para la masa son las mismas que para la pizza (por kilo de harina, 50 grs de levadura, 500 cc de agua, 1 pocillo de aceite neutro, 1 cda de sal). Lo importante es que el bollo debe quedar suave pero firme (un poco más firme que para la pizza). Una vez tomada la masa, se forman bollitos de 180 grs cada uno (tienen que ser lindos bollitos, porque de eso depende la forma final del pan). Los dejamos levar hasta que doblen su volumen y luego con un dedo, les hacemos un agujero en el centro (sin aplastar el bollo). Movemos el dedo como para que quede una especie de rosquita y volvemos a dejar levar. Mientras preparamos una olla con agua y la llevamos a hervor. Cuando las “rosquitas” están infladitas las llevamos con cuidado al agua, pasados 30 segundos las damos vuelta con la ayuda de una espumadera y las dejamos unos 20 segundos más. Las retiramos y las pasamos por semillas (sésamo, lino, amapola, chía…etc…). Los colocamos en una placa enaceitada y los cocinamos en horno moderado hasta que se despeguen de la placa, no deben dorarse mucho.
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