Después de probar varias recetas con harina de garbanzos y no lograr el resultado esperado, decidí empezar a husmear en las cocinas de las pizzerías del barrio para descubrir el secreto de la fainá. Para mi sorpresa la fórmula perfecta no es ni más ni menos que ir hasta el supermercado y comprar una bolsita de premezcla. Sí pegadito al horno donde cocinan cientos de pizzas por noche, había una bolsa de 10 kilos de premezcla de la misma marca que venden en góndola para el público al por menor.
Si bien en el paquetito trae las indicaciones para hacerla, yo te voy a dar algunos consejos extras para que te salga igualita a la de las pizzerías.
Para empezar, colocá el polvo en un bol y agregá, de a poco, 600 cc de agua, mezclando con batidor para que no se formen grumos. Condimentá con sal, bastante pimienta y ajo en polvo (sin miedo, queda muy suave después de la cocción). La mezcla hay que dejarla reposar un par de horas o una noche en la heladera antes de cocinarla. Pasado el tiempo de reposo, en una pizzera (no muy grande) colocá un buen chorro de aceite y llevala al horno (que tiene que estar bien caliente) por 2 o 3 minutos. La sacás y le volcás enseguida la mezcla (cuando la saques de la heladera dale unas vueltitas porque la parte más densa suele decantar). Llevala con cuidado al horno y cocinala hasta que se dore. Lo ideal es hacerla un buen rato antes de comerla, porque en el momento que sale del horno, el interior suele estar medio "chirle". Yo, por ejemplo, la hago al mediodía para comerla a la noche. Ayer hice ésta...
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