Sé que lo que están a punto de leer es un atentado contra la cultura gastronómica española, pero no todos tienen la destreza de cocinar una tortilla sin que se desarme o se queme, y hay muchos cuya salud no les permite disfrutarla sin culpas, por eso creé esta receta para que nadie tenga que privarse de este manjar, y sin resignar una pizca de sabor.
Para empezar corté 2 cebollas grandes en pluma (tiritas) y las cociné en el horno tapadas con papel aluminio hasta que estuvieron bien tiernas (solo le puse un poco de rocío vegetal en la base, y una pizca de sal). Aparte, corté 1 kilo de papa en rodajas finas y las cociné en microondas, tapadas, hasta que se ablandaron pero sin llegar a hacerse puré (recordá que siempre que cocines en el microondas tenés que mezclar cada tanto para que la cocción sea pareja). Por último mezclé la papa con la cebolla, agregué 5 huevos grandes y condimenté con sal, pimienta y perejil picado. Volqué la preparación en una asadera a la que le puse un papel con rocío vegetal en la base, y la cociné por 40 minutos en horno medio, hasta que se doró y quedó firme (el punto de cocción depende de tu gusto, la podés dejar más jugosa). Las cantidades son aproximadas, y si te gusta le podés agregar morrones asados.
Yo la hice en un molde cuadrado y la serví como bocadito de entrada, a todos les encantó y nadie sospechó que estaba hecha en el horno, y sin casi nada de materia grasa en todo su proceso.
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