martes, 9 de agosto de 2011

Atenas parte II: sus restaurants

El primer lugar que conocimos fue un pintoresco restaurant ubicado en las afueras de Atenas, más precisamente frente al Templo de Poseidón; enmarcado en un paisaje único, en la cima de una montaña, rodeado por el mar Egeo. El Templo está en medio de la nada misma, por lo que creímos que al ser el único establecimiento en la zona nos iba a resultar caro, pero nos llevamos una grata sorpresa. Comimos pulpo grillado, una gran ensalada griega (tomate, pepino, olivas negras, cebolla y queso feta), y unos bocaditos de queso de cabra fritos, todo acompañado por pan de sésamo y una jarra de agua helada y gastamos menos de 30 (éramos 4, y comimos  bien).





Antes de seguir, vale la pena aclarar que en la mayoría, sino en todos, los restaurants de Atenas, comas  lo que comas, te traen a la mesa una jarra de agua sin cargo, y hay que aprovecharla porque es de muy buena calidad. A la tardecita fuimos a pasear por los barrio de “Psiri” y “Monasteriki”, donde hay dos o tres cuadras llenas de restaurants donde podés cenar a los pies de la Acrópolis, que cuando cae el sol se ilumina completamente creando un ambiente casi mágico. Tengo que reconocer que no fue fácil elegir un lugar, y menos después de aguantar casi una hora de acoso por parte de los mozos que tratan de convencerte a los gritos de que te quedes a comer allí; pero finalmente nos quedamos en “Diodos”, y no nos equivocamos. Nos avisaron que muchos platos eran para compartir, así que pedimos uno de “Gyros” de cerdo y un mix de mariscos. Los “Gyros” vienen acompañadas por tomates, cebollas, y una crema de queso con pepino rallado, muy rica. El mix de mariscos incluia calamares, pulpo, langostinos, rabas, tomate, pepino, papas con aceite de oliva y otra crema de queso deliciosa. Casi no pudimos terminar los platos, y una vez dispuestos a pagar, llegó de sorpresa el postre como invitación de la casa, una base de sémola muy humedecida con almíbar, una crema pastelera super suave, y una cubierta finísima de merengue italiano espolvoreada con canela (de la mejor), increíble. Acompañamos el “banquete” con un vino blanco típico de la zona, muy frutado, y la infaltable jarra de agua helada, y gastamos 40, con propina incluida.


miércoles, 3 de agosto de 2011

Atenas parte I : los sabores de sus calles

Podría pasar horas escribiendo sobre la cocina griega, no solo porque es una de mis preferidas, sino porque en los casi 5 días que estuve probé de todo y no hubo absolutamente nada que me disguste o me caiga mal, ni siquiera las preparaciones fritas, teniendo en cuenta que hace años que no forman parte de mi dieta cotidiana. Todos los aromas que salen de los restaurants o puestos de comida callejeros son agradables. Comer en Atenas es aún más barato que en Roma, y la calidad de los ingredientes es también superior así como la atención de la gente en general. Para empezar, en el vuelo de Roma a Atenas, que era Low Cost  de AEGEAN (la línea nacional de Grecia),  nos sirvieron una cena completa que constaba de un pancito con queso untable marca “President”, un plato de pastas con tomate, aceitunas y queso de cabra, ¡sí, de cabra!, un postre típico relleno de nueces y bebida a elección (yo elegí vino tinto y me dieron mi botellita individual).  

En el desayuno del hotel nos servían pan casero con manteca y mermelada, budín de naranja (exquisito, hecho con aceite de oliva), jamón, queso, jugo, algo de fruta y uno de los días tuvimos la suerte de encontrarnos con un bol inmenso  lleno de yogurt griego, un verdadero placer. Además de los restaurants (en los cuales ya me voy a detener más adelante), hay muchos puestos ambulantes o pequeños fast food que ofrecen especialidades griegas: sandwichs de queso feta y olivas negras, o una especie de empanada gigante  hecha con una masa riquísima que no sé bien como describir (creo que podría decir que es entre una masa philo y una de struddel) rellenas con queso, panceta, verdura, pollo, etc…Todo en un promedio de 2, y quedás pipón pipón. Por ese mismo precio podés optar por un “gyro”, para nosotros sería el “shawarma”. Si hablamos de bebidas puedo asegurarles que nunca en mi vida ví tanta adicción al café como en Atenas, 8 de cada 10 personas tienen en su mano un vaso lleno de “capuchino freddo” (café, hielo, azúcar y crema), y digo “adicción” porque lo pagan casi igual que un plato de comida (entre 2 y 3, dependiendo del lugar). Para acompañar el café o como un simple tentempié se venden unos panes, con forma de rosca de unos 15 cm de diámetro), de una masa muy suave, levemente dulce, cubiertos (muuuuy cubiertos) con semillas de sésamo, excelentes (0,50). Y para ir terminando con esta primera parte no puedo dejar de mencionar la fruta y verdura fresca: kilo de cerezas (desde 1,49), kilo de tomate (desde 0,50),duraznos o damascos (0,99 el kilo), dátiles (4 el kilo); y podés conseguirlos en algunos puestos de las plazas o en el mercado central, que queda a escasa cuadras de la zona más turística de la ciudad. El queso típico de la gastronomía griega es el queso feta y pude encontrarlo en comercios o supermercados a solo 11 el kilo, sin palabras.

sábado, 30 de julio de 2011

Primer destino: Roma

Antes que nada debo admitir que esta ciudad era la que menos me interesaba conocer, pero después de dos días de caminarla de punta a punta, confieso que no me arrepiento de haber desembarcado allí. Sé que prometí contar todas mis experiencias culinarias en detalle, pero no puedo dejar de mencionar el encanto de sus callecitas de piedra, sí son igual o más lindas que cómo las vemos en las películas, y en especial la zona del “Trastevere” (detrás del río Tíber), donde cada una o dos cuadras hay pequeños bebederos encajados en antiguas piedras que te permiten disfrutar libremente del agua que es muy fresca y potable. Si hablamos de platos típicos, además de la pasta y la pizza, están los paninni (sándwich de pan crocante y aireado, con diversos rellenos) que podés conseguir en cualquier puesto callejero o restaurant al paso entre 3 y 4 . Yo tuve la suerte de ir a un lugar de venta de “pizza al taglio” (pizza al corte) donde pude probar pizza de papa, de muzarella, cuatro quesos y un paninni de tomate, berenjena y muzarella, ni más ni menos que de búfala (las porciones extra large depizza, entre 2 y 3 -lo que se ve en la foto es 1/3 de la porción- , y el paninni, 3 ).

Por la noche decidimos ir a un restaurant de comida típica romana y optamos por los menúes que por  10 o 13 euros incluían entrada (pasta en sus diversas formas), plato principal (omelette de zuchinni, vegetales grillados, “tripa” o mondongo a la romana, un queso ahumado y grillado con jamón crudo), postre (flan o panna cotta) y bebida (1 copa de vino, agua y pan sin límite). Un verdadero acierto.


No puedo dejar de mencionar el helado, cualquier “Gelattería” es artesanal, no existen helados de mala calidad en Roma. Por 2 te ofrecen un  cucurucho (o vasito de plástico) de hasta 3 sabores y podés acompañarlo con crema si querés (incluida en el precio). El sabor y la cremosidad del helado no tienen punto de comparación con los nuestros.

Antes de ir al aeropuerto para seguir viaje teníamos que hacer un poquito de tiempo, y la opción más cercana fue un “Mc café” ubicado en frente a la “Plaza de la República” donde tomamos unos capuchinos excelentes acompañados con croissants extra-large y un muffin de chocolate super intenso (entre 1,5 y 1,80 euros el café con el bocado). Sin duda la relación calidad-precio-cantidad es muchísimo mejor que en nuestros pagos.

domingo, 26 de junio de 2011

Aventura gastronómica por Europa

En unos pocos días comienzo una pequeña recorrida por Europa y desde el momento en que empecé a planear este viaje no puedo para de pensar en todos los platos y recetas típicas que voy a probar en cada pequeño rinconcito. Sé que para aquellos amantes de la cocina y su historia, este tipo de experiencias son inolvidables y es por eso que quiero compartirla, a través de relatos y fotos, tratando de trasmitir la esencia de los ingredientes, las preparaciones y los mitos que rodean a las diferentes comidas. Roma, Atenas, Barcelona, Vigo, Lugo, Porto, Granada, Madrid, éstos son algunos de los puntos que seguro voy a visitar, y prometo contarles todos los detalles, incluso los precios, para quienes estén por encaminarse hacia algún destino similar.
Estén atentos porque  la aventura comienza muy pronto…

jueves, 9 de junio de 2011

Terrina de salmón ahumado, brócoli y coliflor

Esta receta se me ocurrió para provechar un poco de todos los restos que quedaron del finde en la heladera, pero resultó tan fácil y rica que seguro la voy a repetir. Sé que los ingredientes que aparecen en el título pueden no ser del agrado de muchos, pero les aseguro que combinados en la proporción correcta logran un sabor más que placentero. Yo lo hice en forma de budín o terrina, porque quería evitar la harina, pero bien puede servir como relleno para una tarta. Lo único que hice fue mezclar 300 grs de ricota magra con 3 0 4 fetas de salmón ahumado (lo pueden picar o procesar), 2 tazas de brócoli , 1 taza de coliflor (ya cocidos), y 3 claras de huevo. Condimenté con sal, pimienta y nuez moscada y lo cociné por 30 a 40 minutos en horno moderado (hasta que se note firme). No solo es fácil y delicioso, sino que es muy sano y liviano, ideal para aquellos a quienes les gusta cuidar la salud, como a mí.

lunes, 6 de junio de 2011

Postre de chocolate y café en 15 minutos

Es cierto que la pastelería es un arte y por eso requiere tiempo, paciencia y dedicación, pero también es cierto que la imaginación es una gran aliada a la hora de salir de apuros, y aquí está la prueba: un postre buenísimo en solo 15 minutos. Los que me conocen bien saben que odio los alimentos “industrializados”, pero a veces no tengo alternativa y recurro a alguna ayudita de la góndola, esta vez le tocó al pionono. A mi madre se le ocurrió invitar amigos a cenar  a último momento y tuve que improvisar “el dulce” de la noche, un arrollado de chocolate al café. El pionono puede ser casero o comprado, lo importante es el relleno. Para ello derretí 3 barritas de chocolate con 3 cdas. de crema y 2 cdas.  soperas de café soluble. Aparte, batí el resto de la crema (usé 250 cc en total) con 2 cdas.  de azúcar a punto casi chantillí. Incorporé el chocolate derretido al batido y le terminé de dar punto (ojo!, que no se corte). Humedecí el pionono con vino dulce ( o coñac, ron, whisky) , lo cubrí con la crema y lo enrollé. Yo lo decoré con merengue porque tenía hecho, pero se puede espolvorear con azúcar impalpable o cacao y queda perfecto. Lo ideal es hacerlo al menos 4 o 5 horas antes y conservarlo en heladera o freezer hasta el momento de servirlo.

jueves, 2 de junio de 2011

Dulce de membrillo


No estoy muy segura acerca de cuál es la mejor época de los membrillos, algunos dicen que la recolección se da en el mes de septiembre, otros hablan del otoño, pero lo cierto es que ahora se consiguen en todos lados y muy buenos. A mí me trajeron  unos enormes, recién cosechados de la quinta de la mamá de Rodolfo,  mi primo político,  y no pude esperar ni un segundo para empezar a hervirlos y hacer un dulce espectacular. Les cuento, y les muestro, los pasos a seguir.
Primero tenemos que lavarlos y ponerlos a hervir por unos 10 a 15 minutos. No deben cocinarse, es solo para que resulte más fácil perlarlos. Una vez pelados, les retiramos las semillas (las podemos  usar para hacer jalea, pero no son necesarias para el dulce), procesamos la pulpa. La pesamos y la ponemos en una olla con el mismo peso en azúcar. Para un kilo de pulpa, agregamos un vaso de agua, y empezamos a cocinar. El dulce tiende a pegarse, por lo que vamos a tener que revolver con cuchara de madera en forma constante (sí, un embole, pero vale la pena).

Con el correr de los minutos, se va a ir poniendo más denso y va a tornarse cada vez más oscuro.


Es importante no pasarse de punto de cocción porque puede quedar demasiado duro. Cuando vemos que al pasar la cuchara se ve el fondo del recipiente, ya es hora de apagar el fuego. Lo pasamos a un recipiente apto para el calor y lo dejamos enfriar, después se puede desmoldar. Si te llegara a quedar muy consistente, no desesperes, lo mezclás con un poco de agua, lo disolvés al fuego unos minutos y asunto arreglado.