Todo este
tema de andar incursionando en el mundo crudivegano hizo que mi curiosidad y
mis ganas de hacer pruebitas de laboratorio se exacerbaran. La semana pasada
fui a comprar papaya y mientras esperaba para pagar ví varios sobrecitos con
diferentes condimentos entre los cuales llegué a divisar uno que decía “ají
amarillo picante”. Obviamente, lo primero que vino a mi cabeza fue “comida
peruana” y al instante, “papas a la huancaína”, y por qué no hacer una
huancaína crudivegana?... acto seguido, ya tenía el sobrecito en mi casa. Para
quienes no las conocen les cuento que las papas a la huancaína son papas
cocidas en rodajas acompañadas por esta salsa o crema hecha a base de ají
amarillo, queso, leche, aceite, cebolla, ajo y galletas molidas (puede variar
según el cocinero, pero éstos son los ingredientes básicos). Como el
crudiveganismo no admite productos cocidos o de origen animal, lo único que
pude respetar de la receta fue el ají amarillo (yo conseguí seco en polvo, pero
se puede comprar fresco y secarlo en deshidratador o en el horno a muy baja
temperatura), la cebolla, el ajo y el
aceite, el resto fue pura imaginación. Tenía que encontrar un sabor similar al
queso: levadura en copos; otro parecido a la leche: castañas de cajú activadas (remojadas por 2 horas) y licuadas; y la textura de las galletas molidas que se la aportaron las mismas
castañas. Conclusión: activé por 1 hora ½ taza de castañas de cajú, las puse en
el vaso de la licuadora o mixer y agregué agua hasta cubrir, 2 cdas. soperas de
levadura nutricional, 2 cditas. chicas del polvo de ají amarillo (pica
muuucho), 1 chorro de aceite de girasol, 1 diente de ajo, ½ cebolla morada, jugo
de medio limón (para aportar un poco del ácido que le daría el queso), sal y
una cdita. de cúrcuma (para acentuar el color). Lo licué hasta que quedó una
crema bien lisa. Las cantidades son aproximadas porque depende de cuán picante
te guste y qué textura necesites según para qué la vayas a usar. Con papas
queda buenísima, pero también va perfecto como aderezo de ensaladas, para untar
el pan de un sándwich, y tal como hicieron hace unos días en casa los carnívoros, para
reemplazar la típica salsa de yogurt del shawarma .
Recetas, lugares, datos útiles y consejos para aprovechar al 100% tu cocina y disfrutar a pleno del mundo de la gastronomía.

lunes, 4 de mayo de 2015
Salsa Huancaína crudivegana
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lunes, 27 de abril de 2015
Tarta arrollada de verdura y queso
Hoy dejamos
de lado el crudivorismo y volvemos a prender el horno. Había acelga, berenjena,
ricota y muzzarella; había hambre y ganas de comer rico; no había tiempo…el
resultado?...este rollo súper fácil de verdura y queso, que no es ni más ni
menos que una especie de tarta arrollada, como para variar un poco la
presentación y que nuestros ojos “coman” algo distinto…sí, leyeron bien, para
mí no solo se puede besar con la mirada, también se puede comer…
Bueno,
basta de poesía y manos a la obra. Primero preparé la masa mezclando 250 grs de
harina (mitad común, mitad integral), 1 huevo, 6 cdas. de aceite y agua en
cantidad necesaria para formar un bollo. Amasé hasta lograr una textura lisa y
dejé descansar mientras preparé el relleno. Para el relleno piqué 1 atado de
acelga y lo mezclé con 1 berenjena
(ambas cocidas), 2 tazas de ricota, 250 grs de muzzarella y 2 huevos.
Condimenté con sal, pimienta y ajo en polvo. Para el armado estiré la masa en
forma rectangular lo más fina posible, la espolvoreé con pan rallado y puse el
relleno en uno de los extremos. La enrollé metiendo los bordes hacia adentro
(como cuando se hacen arrolladitos primavera o strudel). Puse el rollo en una
placa enaceitada y le hice unos tajos en la superficie para que no se explote
en el horno. Lo pinté con aceite y lo
cociné unos 45 minutos, hasta que lo ví doradito. Lo podés servir caliente como
principal o dejar que se enfríe y cortar en rodajas más finas para presentar en
una picada o como entrada.
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viernes, 24 de abril de 2015
Dulce de leche y chocotorta para todos…Veganos, celíacos y crudívoros de fiesta!
Ahora le
tocó el turno a los dulces, y qué dulces!...Dos clásicos de la mesa argentina,
el dulce de leche y la chocotorta, ambos en versión crudivegana, o sea, como
digo yo, ATP (apto para celíacos, vegetarianos, veganos y omnívoros). Además,
son una excelente alternativa para que los chicos vayan incorporando de a poco
ciertos alimentos saludables que sin “disfrazar”, resultaría casi imposible,
como los dátiles.
Empecemos
por el dulce de leche. Primero remojamos 1 taza de dátiles sin carozo por 1
hora. Mientras también remojamos ½ taza de castañas de cajú . Pasada la hora
ponemos todo en la licuadora, agregamos extracto o esencia de vainilla y un
chorrito de agua. Licuamos todo y agregamos agua si fuera necesario hasta
lograr la consistencia que nos gusta (la cantidad dependerá si lo queremos para
untar o para armar una torta).
Para la
chocotorta conviene que el dulce esté consistente, podés agregar un poco más de
castañas si querés. Como reemplazo de las galletitas se podrían usar galletas
de cacao deshidratadas, pero la idea es complicarnos lo menos posible, así que
yo mezclé el bagazo de la leche de almendras (es el resto después de colarla)
con un poco de miel y cacao amargo. Las cantidades son a gusto y el bagazo lo
podés reemplazar por cualquier fruta seca molida. Hay que procesar hasta formar
una pasta y con eso vamos armando capas de masa y de dulce de leche alternadas.
Yo lo terminé con coco fresco rallado, pero podés espolvorear nueces, cacao o
coco seco. Lo llevas a la heladera por un par de horas y listo!
lunes, 20 de abril de 2015
Bocaditos de espinaca crudiveganos
Dado que un
colega muy generoso tuvo la gran idea de prestarme un deshidratador, voy a
aprovechar el tiempo que dure su compañía para explotarlo al máximo. Para los
que no tienen idea del uso del deshidratador, les cuento que sirve para cocinar
alimentos a muy baja temperatura (lo ideal es no superar los 43°C) lo cual
mantiene intactos todos sus nutrientes. Recetas crudiveganas hay muchas, pero
como a mí me gusta experimentar, decidí usar lo que tenía a mano y prepara unos bocaditos de verdura
bien simples como para debutar. Para eso
piqué a cuchillo 1 atado de espinaca, le agregué una zanahoria grande rallada,
2 cdas. de aceite de oliva, 200 grs de semillas de girasol molidas y 100 grs de
semillas de lino molidas (parte de cualquiera de las semillas se puede
reemplazar por almendras, nueces o cajú, que le aportan todavía más sabor).
Condimenté con muchas especias, armé bocaditos, los dispuse sobre la bandeja y
los llevé al deshidratador por 3hs, dándolos vuelta a mitad de tiempo.
Los
saqué cuando me pareció que estaban sequitos por fuera y emanaban un muy buen
aroma, pero cuando los probamos los notamos un poco amargos, y ahí me dí cuenta
que les faltaba un poco de cocción, así que vuelta al deshidratador por una
horita más, como todo en la vida, es cuestión de prueba y error. No piensen que
esta receta es solo para crudívoros, se pueden cocinar tranquilamente en horno
convencional y aunque algunos nutrientes mueran en el camino, siempre va a ser
una opción súper saludable para servir en una picada, o en tamaño más grande,
como hamburguesa. Pueden agregar verdeo, tomates secos, remolacha rallada o lo
que más les guste.
Les cuento
que el objetivo de tener el horno es ensayar recetas para el local nuevo que
estamos por abrir, así que trataré de subir todas las pruebas que haga con
todos los aciertos y errores para que vayamos aprendiendo juntos.
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lunes, 13 de abril de 2015
Tarta fácil de manzana, sin cocción y con mucho sabor
Volviendo
a la línea de recetas crudiveganas, hoy me voy para el lado de los dulces y les
cuento sobre este postre que es rico, fresco, nutritivo y apto para todo
público, omnívoros, veganos, crudiveganos y celíacos. Además se hace en pocos
minutos y te saca de cualquier apuro.
Para la base hay que procesar: 1 taza de
fruta seca (nueces, almendras, cajú, o lo que tengas a mano), 1 taza de
semillas de girasol, 2 cdas. de pasas de uva previamente remojadas, 1 cda. de
miel, 1 cda. de coco rallado, unas gotas de vainilla y ralladura de 1 naranja.
Se va a formar una pasta con la que vas a forrar la base de una tartera. Para
el relleno tenés que rallar 4 o 5 manzanas (verdes o rojas, según la quieras
más dulce o más ácida) y una vez ralladas hay que colarlas para retirar todo el
jugo, tiene que quedar bien seco. Mezclá las manzanas con el jugo de ½ limón,
canela y si la querés más dulce, un poco de edulcorante, no azúcar porque va a
largar mucho líquido y se va a desarmar. Cubrí la base con el relleno de
manzanas y llevá a la heladera hasta el momento de consumir. Al relleno le
podés agregar frutas secas o disecadas picadas y la ralladura de algún cítrico
para realzar el sabor.
La de la foto es individual, pero con las cantidades que te pasé hacés una grande.
miércoles, 8 de abril de 2015
Granola súper fácil para celíacos
Hoy escuché a alguien decir que preparar granola sin T.A.C.C. era una complicación, porque había que buscar la manera de reemplazar los típicos cereales (avena, copos de trigo, o de salvado) por frutas secas y semillas, lo cual resulta caro y no siempre lo tenemos a mano. La idea me quedó dando vueltas en la cabeza y cuando llegué a mi casa decidí experimentar con lo que tenía y resulta que con ingredientes económicos, ricos y al alcance de todos, en 5 minutos preparé una granola increíble! ¿Cómo?...muy fácil: mezclé copos de maiz (busquen los aptos para celíacos), semillas de girasol y semillas de sésamo (poco sésamo, porque está caro y además se quema rápido), agregué miel (para una taza de mezcla de secos, 1 y 1/2 cdas. soperas de miel) y llevé todo al fuego en una ollita. Mezclé constantemente por unos minutos hasta que empezó a dorarse y el líquido de la miel se evaporó por completo, y listo!!!. Podés agregarle frutas secas, maní o frutas disecadas.
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lunes, 6 de abril de 2015
San Juan y sus tesoros (parte 3)
Finalmente
llegamos a lo más esperado, la pregunta del millón: ¿dónde comer en San Juan?.
En primer lugar les digo que hay mil opciones, y por todos los barrios. Además,
lo más interesante no son solo los productos autóctonos con los que se cocina
(aceite de oliva, aceitunas, verduras súper frescas, membrillos, frutas secas y
demás), sino el servicio y la calidad que se ofrece. Antes de pasar a las fotos
y platos les voy a enumerar las principales razones por las que comer en San
Juan resulta un verdadero placer:
1) Los precios son un 30% más bajos que
en Bs As, o más. Como referencia les puedo decir que una Stella Artois de litro
no pasa de $45
2) Hay gaseosa y agua de 1,5 lits en
todos lados
3) Las porciones son súper abundantes
vayas donde vayas y no escatiman en la cantidad y calidad de guarniciones y
aderezos
4) Todos los platos se pueden acompañar
con diferentes guarniciones de verduras y ensaladas, y los vegetales son
fresquísimos
5) Todas las pizzerías trabajan con
horno a leña (incluso las del shopping)
6) Rara vez cobran cubierto, y si lo hacen,
no pasa los $10 y se justifica con panera y algo para acompañar
7) El servicio siempre es correcto y
amable
Ahora sí,
no los voy a aburrir demasiado, algunas fotos y aclaraciones, no creo que
necesiten mucho más…
Empezamos
por el restaurant del hotel donde nos alojamos, que abre mediodía y noche,
todos los días (excepto domingos a la noche) y recibe a huéspedes y público en
general. No cobran cubierto, sirven una
panera completa con panes y grisines, y vinos casi a costo. Hay mucha variedad
de platos (carnes, pescados, pastas, ensaladas especiales) y de postres. La
calidad excelente y los precios muy accesibles (ensaladas completas, con pollo,
quesos, etc…entre $45 y $60; pastas con salsas especiales promedio de $70;
carnes o pescados con guarnición entre $70 y $85).
Ensalada Cesar reversionada...
Ravioles caseros con salsa blanca (y muuucho queso)
Ensalada completa con pollo
Costillitas de cerdo con salsa agridulce
Trucha al roquefort con papas al natural
Panqueque de manzana quemado al Rhum (pura manzana!)
A la hora
de comer pizza nos recomendaron varios lugar, nosotros elegimos Pepe Pizza y no
nos equivocamos. Las pizzas medianas son como las grandes nuestras, vienen
cortadas en 6 pero las porciones son XL. La masa fina, dorada, perfecta la
proporción, masa, salsa, queso. Pedimos una de muzzarella con albahaca (vean lo
que es esa albahaca!), una de fugazzetta, 1 Imperial Stout de litro y un agua
sin gas, y gastamos $225 entre los tres.
Si la idea
es una buena parrilla hay muchas, y la mayoría ofrece la modalidad “diente
libre” (léase, “tenedor libre” en porteño). Nosotros fuimos a “Bigotes”. El
cubierto cuesta $130 en incluye parrilla libre, con mollejas incluídas!, papas
fritas y una mesa de ensaladas excelente!.
Si bien no incluye el postre, a
mitad de la noche agregaron una bandeja enorme llena de uvas para aservirse
junto con las verduras, así que nada mejor que un buen racimo de uvas para
terminar la cena, y de yapa!
En pleno
centro está el restaurant “Remolacha” que tiene una carta muy variada a precios
accesibles, pero yo no estoy segura de recomendarlo, si bien no comimos mal,
hubo algunos problemas con el servicio y el lugar en sí que no me terminar de
convencer, tal vez será cuestión de darle otra oportunidad en la próxima
visita.
En el patio de comidas del “Paseo Libertad” (Shopping en las afueras de la ciudad) hay muchas opciones, y no solo es económico, sino que el servicio y la atención son tan buenos que te olvidás del concepto “fast food” por un rato. Vos pedís y pagás tu comida en un mostrador y después te sentás en la mesa que quieras. Los camareros te llevan el pedido cuando está listo, en platos de loza y cubiertos tradicionales (nada de plástico, excepto los vasos) y hasta una panera sin cargo extra. Los platos son hechos al momento y a la vista, ricos, frescos, abundantes, insisto, no tiene nada que ver con la experiencia de comer en un shopping de Bs As.
En materia
de helados no pueden dejar de visitar la clásica “Portho Gelatto”, la mejor
heladería, no solo de San Juan, sino de las que probé últimamente. El helado es
más que cremoso, tienen muchos sabores originales, y también algunos clásicos
que en ciertos lugares quedaron en el olvido como el Pistacho. Obviamente el
precio es muy bueno, el vaso mediano, que trae casi ¼ de helado cuesta $34, y
hay vasos chicos por $18, como el que ven en la foto de un solo sabor.
Y dejé para
el final lo que, para mí, fue el mejor descubrimiento de la ciudad en materia
gastronómica: “Soychu”. Soychu es un lugar de comida vegetariana, donde se
puede comprar comida para llevar $57 el kilo, o comer ahí mismo en su salón por
el mismo monto $57, pero libre. Si decidís comer ahí la bebida se paga aparte,
$15 agua mineral, $30 jugos naturales en botella de 500cc. Además no cobran
servicio de mesa y te sirven una panera con pan de salvado riquísimo que
elaboran ellos mismos. Las opciones de comida son muchísimas y todas
deliciosas: ensaladas, legumbres, cereales, pasteles, pizzas y empanadas
integrales, milanesas y hamburguesas, pastas, guisos, y mucho más!. Además
tienen un almacén donde venden productos naturales y panadería y pastelería
integral de elaboración propia (probamos varias cosas y todas excelentes!).
Hemos
llegado al fin de esta aventura y lo único que me resta por decir es que lo que
pude mostrarles yo es solo una pequeña parte de todo lo que San Juan tiene para
ofrecer, anímense y vayan a descubrir San Juan y sus tesoros.
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