lunes, 25 de julio de 2016

Galletas de avena y nuez 100% veganas



Hace un tiempo compartí una receta de este tipo de galletas, en la que para reemplazar al huevo usaba semillas de lino activadas. Algunos me decían que se les complicaba moler las semillas porque era poca cantidad, o que no estaban seguros de cuánto tiempo activarlas. Es por eso que seguí haciendo pruebas y llegué a una receta 100% vegana sin la necesidad de usar lino u otro aglutinante. Se trata solo de mezclar ingredientes y el resultado es fabuloso, súper crocantes y sin nada que envidiarle a las tradicionales, que suelen llevar manteca y huevo, y en general caen un poco pesadas.
Manos a la obra!. En un bol mezclá 170 grs de azúcar (de mascabo o integral) con 100 cc de aceite de girasol. Cuando el azúcar está bien disuelta agregá 50 cc de jugo de naranja, un chorrito de esencia de vainilla y saborizá con ralladura de cítricos a gusto. Aparte mezclá 250 grs de avena con 100 grs de harina integral, ½ cda. de polvo leudante y 50 grs de nueces picadas. Incorporá los secos a los líquidos y mezclá hasta formar una masa que puedas moldear con las manos sin que se te pegotee. Armá montoncitos sobre una placa lubricada o con una plancha antiadherente, aplastalos un poco y enfriá por unos 20 a 30 minutos en heladera o freezer (es para que no se deformen durante la cocción). Cocinalas en horno medio por unos 15 minutos, cuidando que no se doren demasiado para que no se pongan amargas….y a disfrutar!.
Tené en cuenta que en caliente va a parecer que están blandas, pero en cuanto se enfrían quedan geniales.


lunes, 18 de julio de 2016

Estofado de garbanzos estilo marroquí




Y sí, en esta época del año los platos de olla son los más tentadores. Para salir un poco de la rutina del guiso de lentejas, la polenta y el puchero, decidí irme un poco para el lado de medio oriente, y más precisamente Marruecos, donde los garbanzos, las especias y las frutas disecadas son moneda corriente. No seguí una receta en particular, simplemente cerré los ojos, me imaginé un mercado marroquí y dejé que sus imágenes y aromas guíen mis manos. Afortunadamente el resultado final fue delicioso. 

Para empezar rehogué ajo, cebolla, zanahoria, morrón y tomates sin piel y sin semillas, todo picado groseramente. Cuando todos estuvo bien sudado, agregué un poco de extracto de tomate (o kétchup, sí!...no es un pecado y queda perfecto!) , garbanzos ya cocidos y cubrí con agua (los garbanzos pueden estar remojados y cocinarse en esa misma olla con los vegetales). Condimenté con sal y un par de cucharadas generosas de masala (o baharat o cualquier mezcla de especias que te guste, ideal que tenga comino, canela y clavo). Ahí mismo sumé unos orejones de damasco previamente remojados y picados, y unas pasas de uva. Tapé y dejé cocinar por 1 y ½ hora, hasta que todos los sabores se concentraron y la preparación espesó y quedo “cremosa”. Unos 20 minutos antes de terminar la cocción agrgué cubos de zuchini. El tiempo de cocción es relativo, cuanto más tiempo, más espeso y más sabroso, obviamente.

Yo lo acompañé con cous cous, pero combina muy bien con cualquier grano o cereal de tu preferencia.


lunes, 11 de julio de 2016

Budín vegano de zanahoria, coco y nuez



Después de varios intentos fallidos, logré desarrollar una receta de budín de zanahoria vegano que no tiene nada que envidiarle a la tradicional que lleva huevos y manteca. Realmente es muy fácil, sano y delicioso. Además, para los que tienen niños, es una mandera diferente de sumarles verduras a la dieta diaria.
Para hacerlo simplemente puse en un bol ½ taza de azúcar de mascabo, ½ taza de aceite girasol, ½ taza de jugo naranja natural y lo saboricé con ralladura de naranja, vainilla y canela (le pueden agregar jengibre y clavo de olor, si les gustan los sabores especiados). Mezcle bien todo y le agregué 1 taza de zanahoria rallada fina, 1 y ½ taza de harina integral, ½ taza de coco rallado (yo usé el bagazo que me sobró después de hacer leche de coco, y queda perfecto!) y ½ cda. de polvo leudante. Terminé con ½ taza de nueces picadas.  Volqué la mezcla en una budinera enaceitada y enharinada y cociné en horno moderado por unos 50 minutos.
Esta misma preparación sirve para hacer en forma de torta o muffins. 


lunes, 4 de julio de 2016

Berenjenas en conserva

Hace unos años publiqué una receta de berenjenas en escabeche donde les proponía cocinarlas en microondas para ahorrar tiempo. Bueno, la verdad es que con el tiempo entendí que el microondas no es la mejor opción para cocinar, y si bien lo uso para salir de apuros, cada vez es con menos frecuencia. Además, comprobé que, en este caso, el tiempo de cocción es el mismo usando el microondas que el fuego, así que decidí recurrir a la vieja usanza. 
Prefiero decir que son berenjenas en conserva y no en escabeche, porque muchas veces para el escabeche se utiliza aceite en la cocción, y éste no es el caso. Para hacerlas pongo en una olla 1 litro de agua con 1 litro de vinagre, y cuando hierve le agrego las berenjenas cortadas en rodajas de 1 cm aprox. con piel. Pasados unos 10 a 15 minutos, cuando empiezan a ponerse un poco translúcidas, apago el fuego y las paso a un bol sin nada de líquido. Las condimento con sal, un par de dientes de ajo, laurel, orégano, ají molido, comino y pimentón. Las coloco en un frasco de vidrio y, una vez lleno, les pongo aceite de girasol hasta cubrirlas por completo. Dejo enfriar, tapo y listo!...Conviene esperar uno o dos días antes de consumirlas para que se conjuguen todos los sabores.


martes, 21 de junio de 2016

Mermelada de damascos sin azúcar y sin cocción!



Hace rato que vengo viendo unos damascos disecados muuuy tentadores, súper carnosos y brillantes en un local de mi barrio. La semana pasada me rendí ante la tentación y los compré, ya con una idea en la cabeza: mermelada. No tenía receta, así que me guié por el instinto y el resultado fue genial. Hacer mermelada con fruta disecada tiene muchas ventajas: no necesita cocción, por lo que se hace muy rápido y mantiene las propiedades de la fruta; no hay que agregarle azúcar ni otro tipo de endulzante, por lo que es sanísima; podés hacerla todo el año, no tenés que esperar a que tu fruta preferida esté de temporada.
Lo único que hice fue remojar 2 tazas de damascos secos durante 12 horas (si están muy secos pueden tardar un poco más), hasta que estuvieron bien tiernos. Pasado este tiempo los escurrí, les agregué un par de dátiles sin carozo (son optativos, sólo para aumentar el brillo y el dulzor) y procesé todo incorporando solo un par de cucharadas del líquido de remojo. Eso es todo…y a disfrutar!!!!

Obviamente podés hacerlo con cualquier otra fruta disecada, duraznos, peras, ciruelas, higos, etc…


lunes, 13 de junio de 2016

Dátiles, dulce y sana tentación...(con receta de yapa)



Hasta hace un tiempo muchos asociaban los dátiles a la época de las fiestas de fin de año, como las pasa de uva o los higos secos. En realidad hoy por hoy se consiguen todo el año, y cada vez son más consumidos, en especial por todos aquellos que llevamos una alimentación saludable. Su sabor y su textura no tienen absolutamente nada que ver con la de otras frutas disecadas, como las pasas, los higos, las ciruelas, los duraznos y los damascos. Cuando son buenos y están bien maduros, parecen una mermelada, y no es exagerado eh!.Dependiendo de la variedad, pueden ser más o menos dulces, y su sabor puede ir de algo frutado a algo más “lácteo”, como manteca o dulce de leche…una delicia. La principal producción se concentra en medio oriente, donde hay cientos de variedades, lamentablemente acá llegan solo 2 o 3. Los que más se consiguen son los “Medjool”, oscuros, grandes y más frutados, y los “Deglet Nour”, color más tirando a ámbar, un poco más chicos y con un sabor que recuerda a un caramelo “butter toffee” (son los de la foto)



Los dátiles, además de ser deliciosos, tienen muchas propiedades:

-        Aportan energía: unas 300 kcal cada 100 grs. En la antigüedad, los habiantes del desierto han llegado a sobrevivir meses alimentándose solo de dátiles.
-        Tienen vitamina A, B, D, Ey K, potasio, cobre, magnesio, calcio y hierro: gracias a lo cual favorecen el sistema inmunológico, el desarrollo muscular, el sistema nervioso y previenen la anemis.
-        Alto contenido de fibra: no solo favorece la función intestinal, sino que ayuda a regular los niveles de colesterol. Si bien tienen un gran contenido de azúcar, son un alimento con bajo índice glucémico. De hecho, muchas investigaciones concluyeron en que un consumo promedio de 100grs diarios, no aumenta los niveles de azúcar en la sangre y reduce los triglicéridos; sí que, si nos moderamos, todos podemos consumirlos.
-        Regulan el PH: son alcalinizantes, contrarestan el estado de acidez del organismo.

Son ideales para reemplazar el azúcar o la miel en preparaciones dulces, o para comer solos en lugar de una golosina cuando tu goloso te sale de adentro.

Y para terminar les cuento un dato curioso, y un poco triste: promediando lso años 50, en Argentina, más precisamente en “Quines”, provincia de San Luis, se comenzó a gestar un proyecto para el desarrollo de la producción de dátiles en el país. Hubo una gran inversión, y hasta se construyó un centro de investigación. Con los años y los cambios políticos, todo quedó en la nada, y en 1993 se remató el predio (pueden leer la historia en http://www.eldiariodelarepublica.com/sanluis-sugente/Los-Datiles-en-Quines-las-mil-y-una-noche-20150720-0016.html).
Actualmente, en “Patquía”, provincia de La Rioja, hay gran cantidad de palmeras datileras, que dan muy buenos frutos, pero lamentablemente no hay un plan de comercialización, y es por eso que los dátiles que llegan al mercado son 100% extranjeros. Perdón si ofendo a alguno, pero ésto es una muestra más de la gravísima falta de administración de los recursos en Argentina, tanto por parte del Gobierno, como de las empresas privadas; y no sigo porque no quiero amargarme ni amargarlos….A comer dátiles, para endulzar el paladar y el alma!

Yapa: trufas en 5 minutos!

Procesá una taza de dátiles sin carozo y mezclalos con coco rallado y alguna fruta seca piacada hasta que se forme una “masa” que no se te pegue en las manos. Formá bolitas, pasalas por coco o cacao amargo y listo!!! Las podés saborizar con vainilla y alguna ralladura cítrica.