Todos sabemos que el peceto es un corte de carne muy magro y
que por ello debe cuidarse mucho su punto de cocción ya que puede llegar a
resultar extremadamente seco. Para no correr riesgos, esta vez opté por una
cocción lenta, ¿cómo?...muy fácil. En una cacerola grande (tiene que entrar el
peceto entero, yo tenía dos de 1 kg cada uno) puse un chorrito de aceite de
oliva, sellé la carne por todos sus lados y la condimenté con sal y pimienta. Después
agregué dos cebollas cortadas groseramente, dos hojas de laurel, tres cdas, de
aceto balsámico y la cubrí con vino tinto. La tapé y la cociné a fuego mínimo
por dos horas. Cada media hora fui girando la carne para que se cocine parejo.
A medida que pasaba el tiempo iba tomando colorcito hasta que quedó súper
tentadora. Cuando ya estuvo casi lista le agregué unas arvejas previamente
cocidas. Yo lo acompañe con verduras asadas, pero vos elegí la guarnición que
más te guste.
Ah!, si preferís, podés cocinarlo en el horno, en una fuente profuda y tapado con papel aluminio. El resto del proceso es igual. Recetas, lugares, datos útiles y consejos para aprovechar al 100% tu cocina y disfrutar a pleno del mundo de la gastronomía.

jueves, 28 de junio de 2012
Peceto tiernizado al vino tinto
domingo, 24 de junio de 2012
Tiramisú sin mascarpone
Así como el año pasado para el día de la madre preparé “Lemon
Pie” (el postre preferido de mamá), esta vez le tocó al “Tiramisú” para el día
del padre (aunque todavía no estoy segura de si es éste o el sambayón con
nueces su preferido, pero ese lo dejamos para otro momento).
Después de años de hacer varios intentos fallidos por
encontrar una combinación de quesos que se asemeje al sabor y la consistencia
del “Mascarpone” (que, por la cantidad que debería usar para un postre
familiar, mi bolsillo no me aconseja comprar), descubrí que la mejor opción es
conseguir una buena ricota cremosa y procesarla, hagan la prueba, no se van a
arrepentir.
Lo primero que tenemos que hacer es separar la yemas de la
claras de 4 huevos. Colocamos las yemas
con 50 grs. de azúcar en un recipiente apto para el fuego y las llevamos a
fuego bajo o baño maría batiendo enérgicamente hasta que se empalidezcan y
tomen una consistencia espesa. Las retiramos y las reservamos.
Para preparar el relleno mezclamos 1kg de ricota (procesada)
con 100 grs. de azúcar, agregamos las yemas y por último las claras batidas a nieve con 50 grs de azúcar,
las cuales vamos a incorporar en forma envolvente para que la preparación quede
lo más aireada posible. Reservamos esta “crema de queso” en la heladera.
Después vamos a cubrir la base de una fuente o molde
(aproximadamente de 30 por 20, donde se presentará el postre) con vainillas,
colocando la parte azucarada hacia abajo. Mojamos las vainillas con un café
bien fuerte y sin azúcar, controlando que todas queden muy bien embebidas.
Distribuimos sobre ellas la mitad del relleno y volvemos a cubrir con vainillas
y a remojarlas muy bien con el café. Finalmente terminamos con una última capa
de relleno. Llevamos a la heladera y en el momento de servir espolvoreamos con
café molido o cacao amargo (si te gusta podés usar capuchino en polvo). Lo
ideal es hacer el postre con un día de antelación, ya que adquiere una mejor
consistencia y se concentran más los sabores.
Rinde entre 10 y 15 porciones
jueves, 21 de junio de 2012
Hoy, menú de vago...
Por qué menú de vago?...porque este plato es ideal para
esos días en que no tenés ganas de hacer nada. ¿Y de qué se
trata?...simplemente, de papas rellenas. Es rápido, rico, rendidor y admite
miles de variantes. Sólo hay que elegir papas que tenga una forma que permita
apoyarlas en una asadera sin que se caigan. Mientras las cocinás, enteras y con
cáscara (hervidas, al vapor, en horno, o microondas), vas a buscar en la
heladera todo lo que te resulte tentador (verduras, quesos, fiambres, etc…).
Cuando las papas están cocidas, les cortás una capa de la parte superior (como
sacando una tapa), y retirás la pulpa, dejando ½ cm adherida a la piel para que
mantenga la forma y contenga el relleno. Hacés un puré con la pulpa que
retiraste y lo mezclás con los ingredientes que hayas elegido. Yo, esta vez,
hice cuatro variedades: con acelga, repollitos y queso untable; con calabaza y
muzzrella; con aceitunas picadas y con jamón y queso. Rellenás cada una de las
papas, y, si te gusta, cubrís con queso. Las llevás al horno por 20 a 25
minutos, o hasta que estén bien doradas, y listo!
domingo, 17 de junio de 2012
"Tierra Callada", una joyita recién llegada de Mendoza
Aquellos
que me conocen bien saben que si yo recomiendo algo, ya sea un lugar, un producto
e incluso, una persona, es porque, antes de hacerlo, me tomé el trabajo de
investigarlo, testearlo y descartar hasta el último atisbo de duda sobre su
calidad. Bueno, esta vez le tocó a “Tierra Callada”, un vino recién llegado de
Mendoza que, para mi sorpresa, no solo cumplió sino que superó ampliamente mis
expectativas. “Tierra Callada” es el sueño cumplido de un par de amigos que se
dejaron llevar por las ganas y decidieron invertir en el maravilloso mundo de
la industria vitivinícola. Como resultado obtuvieron dos varietales, Malbec y
Cabernet Sauvignon (ambos 100%) de excelente calidad. Los vinos fueron
elaborados en el Valle de Uco, de forma totalmente natural, sin agregado de
sustancias químicas, fermentados con levaduras naturales de las uvas. Para
quienes entienden un poco del tema, les puedo decir que son vinos jóvenes que
se caracterizan por tener un perfecto equilibrio entre la acidez y los taninos.
En el Malbec se destaca el aroma, donde
predomina la cereza y su sabor es suave y redondo. El Cabernet resulta un poco
más complejo, con más personalidad y con una acidez más marcada, tanto en el
aroma como en el sabor. Y para quienes no están muy seguros de entender lo que
acabo de describir, basta con decirles que son vinos muy “amables” para el
paladar y que va a gustar a cualquiera que sepa disfrutar de un buen vino
tinto. El Malbec, que es un poco más suave, resulta ideal para quienes están
dando sus primeros pasos en la degustación de vinos. La única contra que tienen
es que, al ser vinos tan exclusivos, no se consiguen fácilmente , pero a no
desesperar porque yo tengo “línea directa” con la “Finca Don Emilio”
(responsable de la producción de esta “joyita”), así que si quieren darse un
gustito solo tienen que contactarme.
Como “perlita”
no puedo dejar de mencionar que “Tierra Callada” ha sido comparado, en catas
realizadas por profesionales del rubro, con otros vinos de alta gama similares,
resultando superiores a los de las marcas reconocidas y con gran trayectoria en
el mercado.
martes, 12 de junio de 2012
Lo de Franck Dauffouis, la mejor panadería y pastelería francesa en Buenos Aires
A una cuadra de Parque Centenario, en la esquina de Ambrosetti
y Franklin, Franck Dauffouis nos deleita con lo mejor de la panadería y
pastelería francesa. Él, nacido en Lusanger, un pequeño pueblo de Bretaña,
amasa, cocina y muchas veces atiende a los clientes. El local es muy chico pero
la oferta de exquisiteces es muy variada: baguettes, focaccias, panes
integrales, con pasas, nueces y semillas, croissants, pan de chocolate, scons,
budines, mini tortas, etc…y la estrella del lugar: el croissant de almendras,
que, en mi opinión, es muy superior al del resto de la competencia. Abunda la
crema pastelera, aunque también hay opciones con dulce de leche, para adaptarse
al gusto local.
Todo está hecho con pura manteca, y eso se nota en el aroma
que inunda el ambiente.Es imposible describir con palabras la sensación que produce un mordisco de alguna de sus creaciones, así que solo me queda decirles que vayan, y temprano!
Franck Dauffouis queda en Ambrosetti 901. Horario de
atención: de martes a sábados de 7.30 a 19.30; domingos de 7.30 a 18. Teléfono:
4982-1967.
Aquí les dejo algunas fotos como para ponerlos en clima.
martes, 5 de junio de 2012
Zapallo "kabutia", ¿todavía no lo probaste?
Hace
unos años que el zapallo “kabutia” se comenzó a vender en nuestro país. Su
nombre real es Tetsukabuto, de ahí su “apodo”, aunque también se lo conoce como
zapallo japonés, debido a su país de origen. Por su tamaño y, muchas veces,
forma rara, algunos no se animan a comprarlo, pero no saben lo que se pierden.
Cuando el “kabutia” es bueno resulta mucho más rico, seco y dulce que el
zapallo anco, y el sabor es algo inigualable. ¿Cómo elegir uno bueno?, más allá de que el azar nos puede jugar
una mala pasada, hay un par de datos que pueden servir para no equivocarse: el
color debe ser verde bien oscuro, casi negro, y no muy brilloso (si tiene
alguna mancha naranja, mejor, porque eso significa que le dio el sol). Tiene
que tener un peso importante respecto de su tamaño, lo cual nos dice que tiene
mucha pulpa y pocas semillas. Y por último, no tiene que tener olor a humedad.
Yo desde que lo conocí no quiero saber más nada con otro tipo de zapallo y confieso que soy fanática, puedo comerlo todos los días y a cualquier hora.
Te dejo unas fotos para que lo reconozcas y te animes la próxima vez que pases por la verdulería...
Yo desde que lo conocí no quiero saber más nada con otro tipo de zapallo y confieso que soy fanática, puedo comerlo todos los días y a cualquier hora.
¿Cómo
usarlo?, hay infinitas opciones, te propongo las más simples:
-
Hervido:
sin semillas y con cáscara (es imposible de pelar en crudo), en 30 minutos está
listo para sacar la pulpa con una cuchara y disfrutar un puré de zapallo súper
sabroso.
-
Asado:
podés cocinarlo entero en el horno o cortarlo al medio y envolverlo en papel de
aluminio. Lleva bastante tiempo de cocción, pero queda muy seco y con excelente
sabor.
-
Asado
en “gajos”: podés cortar “gajos” de dos o tres dedos de grosor (como
medialunas), ponerlos en una fuente con un hilo de aceite y un poco de sal,
tapar con papel de aluminio y cocinar hasta que esté tierno (unos 30 a 40
minutos). Sirve como acompañamiento o
para agregar en ensaladas.
-
Dulce
de zapallo: una vez hecho puré lo podés cocinar mezclado un 70% de su peso de
azúcar y hacer un rico dulce para el desayuno, o agregar agar agar y hacer
dulce sólido (como si hicieras el de batata).
Te dejo unas fotos para que lo reconozcas y te animes la próxima vez que pases por la verdulería...
domingo, 3 de junio de 2012
Pollo al cognac con frutos secos, miel y especias
Si te sobró un poco de pollo y te
aburriste de agregarlo en la ensalada o convertirlo en relleno de empanadas, hoy
matamos dos pájaros de un tiro, cocinamos un plato “gourmet” en diez minutos y rematamos
esos sobrantes que empiezan a resultar molestos adentro de la heladera.
Primero cortamos el pollo en dados. En una sartén u olla (si
es antiadherente, mejor) ponemos a tostar frutos secos a gusto (nueces,
almendras, castañas, maní, pasas de uva, orejones, o los que tengas a mano) y
cuando empiezan a despedir un aroma bien tentador los retiramos y reservamos.
Ahí mismo ponemos unas gotas de aceite de oliva y doramos una cebolla picada
groseramente. Agregamos el pollo, los frutos, dos cdas. de miel y medio vaso
generoso de cognac. Cuando evaporó el alcohol condimentamos con especias:
canela, clavo, jengibre, coriandro, pimienta de Jamaica, etc…las mezclas de
especias que se venden listas sirven también. Cocinamos unos minutos para que
se conjuguen todos los sabores y listo el pollo!...Te cuento que yo, esta vez,
no le agregué cebolla, y quedo riquísimo igual. ¿Para acompañar?, a mi me gustó
con trigo candeal, pero puede ser arroz, trigo burgol, o verduras a elección.
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Platos principales,
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