martes, 27 de noviembre de 2012

"Galidón", uno más para la "lista negra"


En el barrio de Nuñez, más precisamente en Udaondo y Av. Libertador, está ubicado “Galidón”. Es uno de esos restaurants que siempre que paso digo: “…algún día tenemos que venir…”, pero ese día nunca llega, hasta hace un par de semanas que decidí  reservar una mesa y probar. El cartel de su frente lo anuncia como “grill, pasta & fish” (parrilla, pasta y pescado), pero la realidad es que el 90% de los clientes piden parrilla, y después de mi experiencia entendí el porqué. Éramos tres y pedimos un plato cada uno, sin entradas, porque, a juzgar por el tamaño de las parrilladas de las mesas vecinas, creímos que los platos serían muy abundantes, cosa que fue relativa, son porciones justas para uno, yo diría “demasiado” justas. Comimos una ensalada de pollo, tomate, rúcula, aceitunas negras y tomates secos ($52, rica pero escueta), un wok  de pollo, con vegetales y fideos ($55, pasable) y sorrentinos de calabaza con salsa caprese ($59, ricos, pero con demasiado tomate y pocos boconccinos).



Como todavía quedaba espacio en nuestros estómagos decidimos probar la tarta tibia de manzana con helado y frutos rojos ($37, pequeña, masa blanda y rara).


El cubierto sale $13 y no se justifica, una panera completa pero tradicional y una crema muy fea para untar. Ah!, otro punto en contra, me ofrecieron aceto y oliva para la ensalada, pero el aceite que me trajeron era de girasol y cuando se lo dije al mozo me contestó que era el único que tenían. La atención es buena, pero no alcanza para superar la mediocridad que prima en el resto de los aspectos. Definitivamente yo no vuelvo, pero si por esas cosas de la vida te toca visitarlo, optá por la parrilla, parece que es lo único que los mantiene en pie.

lunes, 19 de noviembre de 2012

¿“Sopa inglesa” o “Sopa argentina”?…las cosas por su nombre


Es verdad que sobre gustos no hay nada escrito y que no existe una única receta para ningún plato de cocina, pero hay ciertas preparaciones tradicionales cuyos ingredientes esenciales deben respetarse para no perder el espíritu de la misma. Uno puede cambiar los ingredientes de una receta original, y de hecho muchas veces el resultado es mejor, pero no sería correcto seguir llamando al plato por su nombre si es que su “esencia” se perdió con ese cambio. Bueno, lamentablemente en Argentina se cometió ese grave error cuando se incorporó en la carta de postres la famosa “sopa inglesa”. La ofrecen las pizzerías más tradicionales y algunas confiterías y, si bien cada cual tiene su versión, lo más común es que se trate de un bizcochuelo muy embebido con alguna bebida alcohólica y con dos cortes de relleno, uno de crema chantillí y otro de dulce de leche, coronado por más crema y con una cereza, frutilla o durazno en almíbar de decoración. Yo les voy a contar, a grandes rasgos, un poco de la historia de su origen y ahí van a entender por qué digo que no podemos llamar “sopa inglesa” a lo que nos venden como “sopa inglesa”.

Su nombre original en italiano es “zuppa inglese”, sopa por lo húmedo de la masa e inglesa por que la idea fue tomada del “triffle” que era un postre inglés de la época isabelina, originalmente compuesto de una base de masa suave, mojada en vino dulce (como madeira, oporto o similar), enriquecida con trozos de frutas o frutas del bosque, y cubierta con crema pastelera, siendo como el trifle una forma de aprovechar las sobras de los ricos pasteles de la época. En algunas zonas de Italia se reemplazó la fruta fresca por fruta abrillantada, pero el resto de los ingredientes (bizcochuelo aireado, bebida alcohólica, crema pastelera) siguen siendo denominador común de este postre. La importancia de la crema pastelera llega a tal punto que algunos dicen que se llama “sopa inglesa” porque los italianos le llaman “inglesa” a la crema pastelera. No estoy segura de esto último, pero sí de que la crema chantillí no tiene nada que ver con la “sopa inglesa” y el dulce de leche menos aún (de más está aclarar que “nuestro” dulce de leche no puede ser parte de ninguna receta original que no sea argentina).

Aquí les dejo una foto de la sopa inglesa que sirven en la pizzería “Santa María”, en Chacarita. Es muy rica, tiene una mezcla de crema con dulce de leche,  pero dista mucho de lo que debería llamarse “sopa inglesa” (sin ofender a los amigos de “Santa María” que hacen una de las mejores pizzas de Buenos Aires).

martes, 13 de noviembre de 2012

Gengi´s house, una caricia para el paladar, el cuerpo y el bolsillo....

El mes pasado leí un artículo sobre un lugar, de cocina tipo “lejano oriente” (ellos se hacen llaman “grill mongol”, pero es muy pero muy parecida a la comida china tipo cantonesa) donde se podía comer  sano, rico, rápido y barato, y por supuesto enseguida me dije: tengo que ir. El comentario venía de una fuente confiable así que no lo dudé y el sábado pasado reservé mesa para tres. El sistema es muy diferente a lo que uno está acostumbrado y, aunque la atención es un poco informal, el servicio es muy ágil. Para empezar te dan un plato hondo (parece chico pero es muy profundo) para que vos llenes a tu gusto con variedad de carnes (pollo, cerdo o vaca), verduras de todo tipo (zanahoria, choclo, cebolla, brotes de soja, brócoli, calabaza, etc…), hongos, tofu y frutas.


Después le das el plato a una persona que lo completa con fideos (de arroz, al huevo o integrales) o arroz, según lo que vos prefieras y algunas salsas y condimentos a tu gusto. Una vez lleno el plato (no tengas miedo de llenarlo muy bien porque ellos tienen mucha habilidad para colocar encima los fideos y que no se caigan, es casi un arte) pasa al sector de cocción. Aquí viene lo mejor, todo se cocina en una gran plancha circular cuya temperatura está a un paso del infierno, y sin utilizar ningún tipo de materia grasa, tan solo un poco de agua para ayudar, si es necesario.


La cocción en sí no tarda mucho más de cinco minutos y el resultado es asombroso, todo queda a punto, jugoso y crocante a la vez, y muy pero muy rico. Además en la mesa tenés salsa de soja, semillas de sésamo y salsa agridulce con jengibre a tu disposición sin cargo extra.




El precio del plato es único ($42) y no cobran cubierto (si las pedís, te traen tostaditas de pan blanco). La bebida sin alcohol está $15 y hay cerveza (porrón desde $18) y vinos (de $30 el chico más barato). Si el lugar se llena, la atención puede entorpecerse un poco, pero en todo momento son muy amables y atentos.  El lugar está muy bien ambientado, aunque no lo recomiendo para una salida romántica o algo por estilo.

Abre todos los días, tienen desayunos y meriendas y aceptan tarjetas.

Gengi´s House está en Riobamba 1179.

miércoles, 31 de octubre de 2012

Ñoquis de berenjena

Creo que ya mencioné en más de una ocasión que una de mis comidas preferidas son los ñoquis. Sí, algo que parece tan simple, pero que puede resultar un total fracaso si no se tienen en cuenta pequeños detalles tales como la proporción de harina, el condimento inicial de la masa o el punto exacto de cocción. He probado varias recetas y combinaciones, pero debo reconocer que la clásica de papa es insuperable. Esta vez decidí darle un toque diferente y, en lugar de condimentarlos con alguna hierba o especia, remplacé parte de la papa por pulpa de berenjena, ¿el resultado?, buenísimo, quedan muy sabrosos y súper livianos. Te paso la receta y te aconsejo que no dejes de hacerlos, son riquísimos y si tenés niños en la familia, resultan una excelente forma de incorporar verduras en su dieta.

Con las cantidades que te voy a dar salen cuatro porciones generosas.

Para empezar hay que cocinar casi 1 kilo de papa con su cáscara (tienen que quedar 700 grs de papa cocida pelada). Una vez tiernas, pelarlas y pisarlas hasta hacerlas puré. Dejar enfriar. Aparte cocinar 2 o 3 berenjenas (al horno o al vapor, para que no absorban agua) y obtener 300 grs. de pulpa sin piel. Procesar la pulpa con 1 huevo y agregar al puré de papa, condimentar con sal, pimienta y nuez moscada (condimentar en forma “exagerada”, porque al agregar la harina todo se neutraliza). Incorporar 300 grs de harina con 1 cdita. de polvo leudante. La cantidad de harina puede variar según el tipo de papa y el tamaño del huevo, pero nunca debe exceder el 30% de los ingredientes húmedos. Tomar un bollo tierno y formar rollitos para luego cortar los ñoquis. Agregar harina solo si es necesario (para que no se peguen en la “ñoquera” o en la mesada). Cocinar en agua hirviendo con sal y retirar una vez que suben a la superficie. Podés acompañarlos con la salsa que más te guste, pero yo te aseguro que con cualquier salsa a base de tomate van a quedar increíbles.


jueves, 25 de octubre de 2012

Pequeños secretos...


Esta vez no voy a darte una receta sino pequeños consejos para hacerte más fácil tu vida en la cocina. Vas a ahorrar tiempo, plata, calorías y disgustos, así que prestá mucha atención.

Cebollas multiuso

Cortá las cebollas en pluma y colocalas en un a asadera, agregá un poco de sal y tapalas con papel aluminio. Cociná en el horno removiendo cada 10 o 15 minutos hasta que estén completamente tiernas y “dulzonas”. Si te gusta, al final de la cocción agregá un poco de vino blanco o cognac y cociná destapado por unos minutos más. Una vez listas corregí el punto de sal.  Estas cebollas te sirven para ensaladas, rellenos, salsas, mezcla de hamburguesas, como acompañamiento de alguna carne, sandwichs, etc…Conservalas en la heladera en un frasco hermético. Son deliciosas y súper sanas,  porque no llevan ningún tipo de materia grasa en su cocción.

Hojas de brócoli

La próxima vez que compres brócoli ni se te ocurra tirar las hojas, no sabés lo ricas que son. Las cocinás como si fuera acelga, pero el resultado es una verdura de un sabor mucho más suave y delicado.

Azafrán en hebras

Si tenés de la suerte de conseguir azafrán en hebras no lo desperdicies agregándolo así como viene en tus comidas. Para que el azafrán suelte todo su aroma y color es necesario tostarlo levemente primero, ¿cómo?, muy fácil: ponés las hebras en una cuchara o un pequeño recipiente y lo colocás sobre la llama, en unos segundos vas a ver que las hebras empiezan a “moverse”, retiralas antes de que se quemen y en ese mismo momento hidratalas con unas gotas de agua, ahora sí están listas para usar.

Frutas secas en el freezer

Cuando tengas muchas frutas secas y sepas que no las vas a usar todas en un futuro inmediato, no dejes que se pongan rancias, guardalas en el freezer y andá sacándolas a medida que las necesites, se conservan hasta un año perfectas.

Sal saborizada

Todos los restos de polvo que te vayan quedando en los especieros podés agregarlos al salero y así tener siempre a mano una sal más “divertida” para agregar a tus platos.

Albahaca siempre fresca

Hay algunas formas de conservar las hojas de albahaca sin que se pongan mustias o se oxiden en pocas horas, pero la realidad es que al cabo de unos días, inevitablemente, ésto va a suceder. Te recomiendo picar la albahaca, colocarla en un frasco de vidrio, cubrirla con aceite y conservarla en la heladera. Dura hasta dos meses sin problemas y sirve para aderezar pastas, pizzas, ensaladas, quesos, o lo que más te guste.

martes, 16 de octubre de 2012

Budín de algarroba

Hoy te voy a contar cómo hacer un budín de esos que todo el mundo te dice: “…está buenísimo, pero, ¿qué le pusiste?...”. No solo es riquísimo, sino que además es muy sano, porque está hecho con harina de algarroba. Antes de darte la receta, te dejo una breve reseña a cerca de donde se obtiene esta harina y cuáles son sus principales beneficios.

Las chauchas maduras (oscuras o claras, según la variedad) del algarrobo permiten obtener una harina muy dulce, con sabor bastante parecido al cacao y con muchas propiedades nutricionales y terapéuticas. En la composición de la harina de algarroba se destaca la presencia de un 40-50% de azúcares naturales (fructuosa, glucosa, maltosa y sacarosa). Esto evita la adición de azúcar, cosa que sí requiere el cacao por su sabor amargo. Posee mucho hierro (más que el hígado vacuno), calcio (más que la leche), magnesio, fósforo, cinc, silicio, manganeso y cobre, destacándose por su gran contenido de potasio y bajo contenido de sodio. A nivel vitaminas, tiene buena presencia de A, B1, B2, B3, C y D. Además no posee gluten (es apta para celíacos) y posee pocas grasas (3%), pero de excelente calidad. Otro aspecto importante de la algarroba es su riqueza en fibra, sea cuantitativa (13%) que cualitativamente (posee fibras solubles, como pectina y lignina). Esto aporta benéficos efectos a la flora intestinal. Otro componente importante de la algarroba es el tanino, antes considerado producto tóxico y hoy revalorizado dentro del grupo de los polifenoles, con virtudes antioxidantes y protectoras: evitan la formación de cancerígenas nitrosaminas, refuerzan los capilares, son antinflamatorios, antirreumáticos y benéficos para el corazón y los riñones.


Ahora que ya conocés un poco más sobre el ingrediente “estrella” de hoy, vamos a poner manos a la obra. Para empezar hay que mezclar 2 huevos con 1 taza de azúcar, ½ taza de aceite neutro y 1 manzana chica rallada. Perfumar con vainilla y ralladura de naranja y agregar 1 pote chico de yogur natural o de vainilla (de 125 grs), 1 taza de harina de algarroba y 1 taza de harina de trigo, con 2 cditas. de polvo leudante. Volcar en un molde de budín lubricado y enharinado y cocinar en horno moderado por 50 minutos a 1 hora (sí, tarda bastante porque es muy húmedo). Si te gusta, le podés agregar frutas secas.


miércoles, 10 de octubre de 2012

Masitas de queso...irresistibles...


Hoy te voy contar cómo hacer unas masitas de queso “adictivas”. Son como las que se venden en las confiterías por kilo (y que te las cobran como si estuvieran decoradas con oro), pero todavía más ricas. El único secreto está en la calidad del queso, tiene que ser de tipo duro (de rallar) pero muy sabroso, lleva poca cantidad, así que no escatimes con la calidad.
Son  muy simples. Solo tenemos que mezclar 160 grs de harina con 80 grs de queso rallado , 1 cdita de polvo para hornear y 1 cdita de pimentón o curry. Con estos secos y 100 grs de manteca fría, formamos un arenado. Agregamos 1 huevo y tomamos el bollo sin amasar demasiado. Dejamos descansar la masa en la heladera por ½ hora como mínimo. La estiramos de ½ cm de espesor y cortamos de la forma que más nos guste. Las pincelamos con agua y espolvoreamos con semillas, frutas secas picadas, sal gruesa, orégano o lo que tengamos a mano. Cocinamos en horno medio de 10 a 15 minutos, sin que se doren demasiado.