lunes, 27 de noviembre de 2017

"Cervecería Lopez", un clásico que se queda en el intento....

Hace tiempo que teníamos ganas de volver a un clásico del barrio, Cervecería Lopez. Lo conocí de chica, y pasé muchos años sin visitarlo, aunque según los comentarios ajenos, mantenía la excelente relación precio-calidad de siempre. Bueno, en mi opnión, no es así. Si bien los precios están dentro de la media, ningún plato se destacó y hubo varias cosas para el olvido durante a noche.
De entrada pedimos dos empanadas para probar, ambas de buen tamaño, pero tibias. La de carne cortada a cuchillo con relleno de “estofado”, y la de verdura con un sabor raro, indefinido y poco agradable.

Como principales unos canelones de ricota y nuez con salsa mixta, pollo y verdeo; y una brochette mixta con ensalada. La ensalada muy bien, fresca y para ser de guarnición, abundante. A la brochette no le saqué foto porque no la merecía.

                                 

                                   

Otra vez ambos platos tibios, y el pollo de la brochette completamente crudo, no jugoso, crudo!. Lo mandamos a cocinar y cuando llegó el pollo estaba bien pero el lomo era una suela de zapato. Mientras esperamos la cocción, los canelones se fueron enfriando, así que mandamos también a calentar una parte. Tardaron más de 15 minutos en traer el pedacito de canelón y llegó recalentado en el mismo plato, que, obviamente, estaba todo pegoteado. Impresentable.

                                   
Aún así decidimos probar un postre: flan casero. En general fue lo mejor de la noche, porción abundante, buen sabor, un poco dulce en exceso, y con la “telita” abajo que le deja un final raro, pero se puede disfrutar igual.

                                 

Tomamos un agua sin gas y una pinta de cerveza  tirada y gastamos entre tres $780. Ah!, pedimos cerveza negra y no había (se llama cervecería y no tienen variedad!).
No es caro, pero lo barato no compensa la mediocridad de lo que ofrecen.
No les paso data, porque yo no lo recomiendo.


lunes, 25 de septiembre de 2017

Limón y coco, un bocado de felicidad…


Estos bocaditos tienen su base en una receta de torta “chiffón”. Como saben, nunca me conformo con lo tradicional, y me cuesta seguir recetas al pie de la letra, así que decidí innovar y el resultado fueron estos trocitos de felicidad plena, a los que nadie se pudo resistir.

Cómo los hice?....muuuy fácil: mezclé 5 huevos con 1 y ½ tazas de azúcar. A eso le agregué ½ taza de aceite neutro (pueden usar de girasol o de coco), ½ taza de jugo de limón, ralladura de 2 limones, ¾ tazas de harina, ½ tza de coco rallado y 1 cdita. de polvo leudante. Incorporé todo con batidor de mano, lo volqué en una placa lubricada y enharinada y lo cociné en horno medio por unos 35 minutos, hasta que se puso firme. Ojo por que tiende a dorarse mucho por el azúcar, si es necesario a mitad de cocción le bajan el fuego o lo tapan con aluminio. Antes de cortarlo lo dejé enfriar bien, y lo conservé en heladera.


miércoles, 19 de julio de 2017

Pan a la sartén, sin levadura, sin horno, sin amasado, un sueño hecho realidad

Mil veces me crucé con gente que me dice que le encantaría hacer pan casero, pero que nunca amasaron, o no saben cómo usar levadura, o que, simlpemente, no tienen tiempo. Bueno, hace unos días hice una prueba y superé ampliamente mis expectativas, y les aseguro que cuando les pase la fórmula unos cuantos van a ver su sueño cumplido. Ya sabemos que en muchos lugares del mundo, en especial en Medio Oriente, es típico encontrar panes chatos ideales para sandwich: pan árabe, pan pita, naan, lavash, etc…El tema es que algunos de ellos requieren cierta “pericia” para que el resultado sea bueno. Entonces, después de pasear mis pensamientos por todas esas recetas, volví a un principio básico, cuanto más simple, mejor. Así que mezclé 3 cdas. de harina integral con 3 cdas. de harina común, 1 cdita. de polvo leudante y 1 cdita. de sal. Hice un hueco en el centro y agregué 3 cdas. de aceite de girasol y agua tibia hasta tomar una masa blanda que no se me pegoteó en las manos. La dividí en dos bollitos de unos 85 grs. cada uno y dejé descansar por 5 minutos (sí!, solo 5 minutos). Estiré cada bollito con el palo de amasar (usé harina extra para que no se pegue) de medio cm aproximadamente y los cociné en una sartén con fuego medio, unos 3 a 4 minutos de cada lado, hasta que se doraron levemente. Para cortarlos les sugiero usar un buen cuchillo de pan bien afilado, porque casi no tienen miga y se pueden romper.

Yo me hice este increíble sandwich de brócoli con “pseudo” queso de papa…Ustedes vayan pensando rellenos y les juro que antes de que terminen de decidirse van a tener listos unos cuantos panes…