lunes, 30 de julio de 2018

Crackers rápidas de lino: súper crocantes, sin horno y glutenfree


Siguiendo con la misma línea del pan que hice la semana pasada, sin gluten y sin horno, me la jugué por algo más tentador, y superé mis propias expectativas. Con solo 2 ingredientes, lino y agua,  hice unas crackers mega crocantes que no te puedo explicar con palabras lo buenas que están. 
Cómo? Muy fácil: mezclé 2 cucharas soperas de semillas de lino enteras con 2 cucharadas soperas de semillas de lino molidas a polvo. Cubrí con agua (el mismo volúmen y medio dedo más) y dejé reposar por 20 minutos. Pasado ese tiempolo mezclé y revisé que tuviera una textura chirle, tipo mayonesa o algo untable (si es necesario se agrega un poco más de agua). En una sartén antiadherente puse una gotita de aceite y extendí la mezcla formando una capa bien finita. Con el fuego a mínimo la dejé cocinar hasta que estuvo seca y se desprendió de la sartén, la dí vuelta y dejé que termine de secarse, cuidando que no se queme. La retiré y la dejé enfriar. Es importante dejarla reposar unos minutos, porque en caliente no está crocante. 
Condimentos? Yo no lo puse, pero podés elegir alguna especia o hierba seca para darle tu toque personal.


miércoles, 18 de julio de 2018

Increíble pan a la minuta: 100% semillas, 0% glúten, 0% origen animal

Hoy vengo con un descubrimiento de esos taaan brillantes que te dan ganas de gritarlos a los cuatro vientos. Debo reconocer que la idea surgió por una receta ajena. Alguien publicó la foto de un “pan fit de semillas” y se veía muy tentador. No pude resistirme a esperar a que comparta la receta y traté de imitarla según lo que mis ojos podían captar. A simple vista se notaba que tenía huevo, y me dije: ¿por qué no reemplazar el huevo y hacer una versión apta para todos?, y así fue. La verdad es que con todas las restricciones alimentarias que la gente se impone, hoy por hoy, hacer una preparación libre de gluten y de ingredientes de origen animal nos ahorra muchas explicaciones y caras largas. Y si a eso le sumamos que no tenemos que amasar ni prender el horno, es el combo ideal.

Sin más preámbulos les cuento cómo lo hice. 

En un bol mezclé 6 cdas. de semillas de lino molidas, 1 cda. de semillas de lino enteras, 2 cdas de semillas de girasol, 1 cda. de semillas de sésamo, 1 cda. de semillas de chía, 2 cdas. de aceite de oliva y 2 pizcas de sal. A eso le agregué unos 125 cc de agua y lo dejé reposar 10 minutos. Pasado ese tiempo lo mezclé y le agregué unas gotas más de agua hasta que se formó una masa con consistencia de pasta densa (similar a un batido de budín). Lubriqué una sartén antiadherente y con la ayuda de una cuchara mojada extendí la masa hasta cubrir toda la superficie, dejándola de ½ cm de espesor aprox. Cociné a fuego mínimo hasta que estuvo levemente dorada, la dí vuelta y cociné del otro lado. Lo retiré de la sartén y lo corté al medio. Lo podés usar al instante o guardar en la heladera hasta 5 días y tostar un poco en el momento de consumirlo.


PD: Ah!...finalmente la otra persona compartió la receta y efectivamente tenía huevo.


miércoles, 11 de julio de 2018

Streusel de ricota y nuez

Sé que el nombre suena complicado y raro, pero realmente cuando lean y hagan esta receta van a ver que es súper simple y no se van a cansar de hacerla.
En Alemania el “streusel” podría equivaler a lo que acá conocemos como “crumble”, un crocante de harina, azúcar y manteca que se usa para cubrir diferentes preparaciones. Lo bueno de esta torta es que tanto la cubierta como la base se hacen a partir de este “granulado”, por lo que ni siquiera necesitás palote para estirar la masa.
Empecé preparando el relleno, para lo que mezclé 750 grs de ricota con 3 huevos, 150 grs de azúcar, unas gotas de vainilla y ralladura de limón. Reservé en la heladera.
Para la masa puse en un bol 375 grs de harina, 125 grs de azúcar y 175 grs de manteca. Con la punta de los dedos formé un arenado. Agregué ½ tza denueces picadas. Finalmente hice un hueco en el centro y agregué un huevo. Si dejar de “arenar” integré el huevo hasta que quedó un granulado grueso. Volqué la mitad de esa mezcla en una tortera desmontable (de 28 o 30 cm es lo ideal), y fui aplastando con la mano hasta forrar toda la base, y formando un borde de 1 dedo de altura aprox. Agregué el relleno de ricota y para terminar fui espolvoeando el resto del granulado asegurándome de cubrir toda la torta. 
Cociné en horno moderado por unos 40 minutos, hasta que estuvo levemente dorada.


Con el mismo procedimiento podés variar el relleno, por ejemplo con puré de manzanas o una mezcla de frutas disecadas.