miércoles, 27 de abril de 2016

Salsa bechamel libre de glúten y sin lácteos



Sé que suena raro, pero cuando la pruebes vas a ver que realmente se puede lograr una bechamel con pocos ingredientes, sin féculas ni lácteos, y casi igual a la tradicional. Yo la hice con arroz yamaní pero se puede hacer con arroz blanco y el resultado va a ser el mismo. Para empezar tenés que cocinar el arroz hasta que esté bien tierno, no importa si se pasa un poco, después lo vas a licuar. Aparte rehogás una cebolla con unas gotas de aceite apenas. Ponés en la licuadora 2 tazas de arroz cocido, la cebolla rehogada, 2 cdas. de aceite de girasol, 1 diente de ajo, sal, pimienta, nuez moscada y 1 taza de agua. Licuás (podés usar un mixer de mano también) y vas agregando agua hasta llegar a la consistencia que necesites para tu receta. El único secreto es que licuar bien para que no se noten los granos de arroz…nada más. La podés usar en las mismas preparaciones que la bechamel original, incluso para gratinar…


lunes, 25 de abril de 2016

Sopa de zapallo y vegetales asados con leche de coco



Llegó el frío y las sopas empezaron a invadir las cocinas. La verdad es que yo no soy muy fanática de los caldos y las sopas, pero un día, haciendo unas pruebas para otra receta, llegué a una especie de “crema” de zapallo kabutia y leche de coco demasiado rica, yo diría, casi adictiva, y me dí cuenta de que agregándole un poco de líquido, tal vez podía empezar a replantearme mi relación con la sopa. Fue inevitable, ahora no puedo dejar de comerla, hasta fría en verano es deliciosa. Les cuento cómo hacerla y ya les digo que sobre esta base pueden agregar las verduras que quieran y cambiar el sabor para ir variando.
Yo prendo el horno y aprovecho para cocinar todos los vegetales ahí, pero también los pueden hacer al vapor. Para dos porciones generosas cocino 1 cebolla entera, 1 morrón rojo chico, 2 dientes de ajo, ½ zapallo kabutia grande. Una vez que está todo cocido pongo en una olla limpia (sin nada de aceite) los ajos, el morrón pelado y sin semilla, la cebolla, 1 tomate crudo pelado y sin semillas y llevo al fuego. Dejo que todo se dore unos segundos, y cuando se empieza a pegar le agrego sal, para que sude un poco,  el zapallo cocido y un vaso de agua. Condimento con cúrcuma, comino y pimienta y dejo cocinar todo por 10 minutos a fuego bajo. Después agrego ½ vaso de leche de coco, proceso o licúo y voy agregando agua hasta lograr la consistencia que me guste. Termino con un poco de ralladura de limón y listo!. Algunas veces le agrego un poco de coliflor para suavizar los sabores y les juro que queda genial…ni se enteran que lo tiene. Para quienes les gusta acompañar con algo de "textura", les recomiendo unas semillas de girasol tostadas o deshidratadas y procesadas con cúrcuma, más rico y nutritivo que el pan.
Esta misma sopa, pero sin el agua, solo con la leche de coco puede ser un puré que se sirve como guarnición y queda muuuy bien con pescados y mariscos.


lunes, 18 de abril de 2016

Mousse de chocolate, clásico de clásicos



Como pasa con la mayoría de los clásicos de  la cocina, hay miles de recetas de mousse de chocolate, y seguramente cada una tendrá ese secreto que la hace única. Bueno, yo les voy a contar mi versión, que, si bien conlleva unos cuantos pasos, todos son muy simples y rápidos, te diría que en menos de una hora podés tener listo este manjar y con solo 4 ingredientes: chocolate, crema, huevos y azúcar. Cómo?...así de fácil…Primero tenés que separar las yemas de las claras de 3 huevos. Colocar las yemas en un bol apto para el fuego y batir con 2 cdas. de azúcar a fuego mínimo o baño maría, hasta que se tornen casi blancas y un poco espumosas (no dejes de mezclar nunca porque se te puede empezar a cuajar el fondo y te queda como un omelette). Aparte, derretí 150 grs de chocolate para taza con 100 grs de crema (en microondas o a baño maría). Por otro lado batí 150 cc de crema a medio punto (un poquito menos que para chantillí), junto con 1 cda. de azúcar. Agregá el batido de yemas al chocolate, integrá bien y de a poco mezclá ésto con la crema batida. Tené en cuenta que el chocolate no esté muy caliente porque en el contacto con la crema fría se te haría un granizado. Por último incorporá, en forma envolvente, las claras batidas a nieve con 2 cdas. de azúcar. Enfriá en heladera 2 horas, como mínimo, antes de consumir, o 1 hora en el freezer si estás con apuro. Si querés saborizarla con alguna bebida “espirituosa” se agregás al chocolate una vez derretido. Y te digo un secreto al oído:…rallale mandarina o naranja y vas a ver que al probarla tu mente se trasladará automáticamente hacia Mar del Plata y sus alfajores… 


martes, 12 de abril de 2016

Risotto de “lo que te sobró”, rico, fácil y liviano



Así como en la vida, en la cocina nada se tira, todo se transforma. Es muy común que cuando preparamos arroz, ya sea como guarnición o para comer algo rápido, nos sobre y termine olvidado en la heladera hasta apelmarzarse al punto tal de que su único destino posible sea el tacho de basura. Bueno, saben que yo no soy partidaria de los desperdicios, y menos en los tiempos que corren, así que hace tiempo que decidí empezar a convertir ese resto de arroz en una especie de risotto improvisado, y realmente el resultado es algo delicioso, como la myoría de los “reciclados culinarios”. Lo único que hago es volcar el arroz en una olla o sartén, agregar un poco de caldo o agua y calentar a fuego mínimo, revolviendo constantemente hasta que absorba todo el líquido y tome textura cremosa. Se le pueden agregar verduras, trocitos de pollo, etc…y para terminarlo podés optar por manteca y queso, que sería su versión clásica, o ir por el camino más saludabe y solo usar aceite de oliva. En este caso yo le agregué rúcula, ralladura de limón y aceite de oliva virgen extra.
Se puede hacer con cualquier variedad de arroz, pero lo ideal son los de grano corto, que tienen más almidón. Si es integral, que sea japónica (el que se conoce como yamaní), el que usé yo.


sábado, 2 de abril de 2016

Torta de manzana, pera, coco y almendras sin gluten



Lo dije mil veces y no me canso de repetirlo, amo la alquimia en la cocina, la incertidumbre de jugar con la imaginación sin saber qué va a pasar, y después, la plenitud de ver que tu instinto no falló y lograste crear algo maravilloso.  
Esta torta no necesita mucho preámbulo, solo un par de aclaraciones sobre los ingredientes. En primer lugar, van a ver que uso una parte de “trigo sarraceno”, antes de que se asusten les cuento que se le llama “trigo” pero en realidad es un pseudo-cereal, como la quinoa, por lo que no contiene gluten. Se consigue entero y como harina, pero se puede reemplazar por fécula de maíz o cualquier otra harina sin gluten. Por otro lado, yo usé harina de almendras (en realidad bagazo que me sobró de la leche), pero en caso de no tener a mano, pueden reemplazarla por la misma cantidad de coco rallado.
Ahora sí, manos a la obra.
Para empezar puse en un bol 1 taza de azúcar de mascabo, ½ taza de aceite de girasol y 2 huevos (en lo posible orgánicos), mezclé bien con batidor de mano y saboricé con vainilla, ralladura de jengibre y de limón. Agregué 1 manzana y 1 pera grandes bien picadas y terminé con los secos: 1 taza de coco rallado, ½ taza de harina o bagazo de almendras, ½ taza de harina de trigo sarraceno y ½ cda. sopera de polvo leudante. Volqué la preparación en un molde lubricado y espolvoreado con coco y la cociné en horno moderado por unos 35 minutos.
El resultado es una torta deliciosa, súper húmeda y liviana, para celíacos y para todo goloso que ande suelto por el planeta.