lunes, 28 de septiembre de 2015

Ensalada tibia de mijo



Me gusta mucho transformar las ensaladas en platos principales, y para eso es muy común que uno recurra al agregado de pollo, atún, arroz, huevo, lentejas, etc…Hace un tiempo se puso de moda la quínoa, pero la realidad es que en Argentina todavía es un producto caro y aunque sea súper saludable, hay muchas otras opciones que favorecen nuestra salud, y también nuestra economía, una de ellas es el mijo. El mijo es un cereal que no contiene gluten, tiene alto contenido en fibra, magnesio, fósforo, hierro, vitaminas del grupo B, zinc, yodo y vitamina E. Por si esto fuera poco, es un gran alcalinizante del organismo, y es ideal para personas con problemas digestivos, ya que es muy fácil de asimilar.
Para cocinarlo yo primero lo remojo entre media y una hora y lo enjuago para quitar impurezas. Después lo llevo al fuego con 2 y1/2 partes de agua (si lo quiero más apelmazado para hacer hamburguesas o budines, le pongo 3 partes de agua) y lo dejo hervir hasta que se consuma todo el líquido. 
Para la ensalada de hoy, lo dejé enfriar y lo mezclé con tomate concassé, albahaca, palta, ralladura y jugo de medio limón, y la terminé con unos cubos de zapallo kabutia asados y una buena cucharada de aceite de oliva virgen extra (“arbequina” para más dato). ¿Dónde comprar mijo? En cualquier dietética o feria de tu barrio.

martes, 22 de septiembre de 2015

Pastrami, tiempo, paciencia, y a comer!!!

El pastrami es una preparación donde la carne se cura previo a ser cocinada, y eso dá como resultado una carne tiernísima que casi se deshace con las manos, y super sabrosa. Es ideal para principiantes, porque nunca falla y lo único que se necesita es tiempo y paciencia.
Hace unos años publiqué una receta básica y sin foto, esta vez vá con todos los secretos y foto incluída.


El mejor corte es la tapa de asado, tiene que ser la que tiene forma rectangular, no la que viene enrollada. Vamos a calcular unos 2 kgs de carne para la receta básica, y partir se puede multiplicar las cantidades según la necesidad de cada uno. Para empezar tenemos que sacar la grasa visible y colocar la carne en un recipiente hermético con 4 cdas. de sal gruesa, 3 cda de azúcar, 2 dientes de ajo, un par de hojas de laurel y cubrirla completamente  con agua. La llevamos, tapada, a la heladera por 5 a 7 días antes de cocinarla. A la mitad de tiempo, conviene darle una vuelta para que el marinado sea parejo. Pasado el reposo, la enjuagamos bien y la colocamos en una fuente junto con los ajos, bastante  pimentón (en su mayoría dulce, con un toque de picante), sal y cubrimos con vino tinto. Tapamos con papel de aluminio y cocinamos en horno bajo por dos a tres horas (para chequear el punto tenemos que insertar una cuchara y se tiene que cortar fácilmente).
Se puede comer caliente o frío. Es ideal para hacer sandwichs, acompañada con un buen aderezo a base de mostaza.

domingo, 6 de septiembre de 2015

Pan con masa madre…segunda vuelta



Como les prometí hacer un par de semanas, hoy les cuento sobre mi experiencia con la masa madre pasados unos cuantos días de haber hecho la original.
Después de haber hecho los dos primeros panes la conservé en la heladera y una vez por semana le agregué una cucharada de harina para “alimentarla”. Ayer a la noche la saqué para que tome temperatura ambiente y reviva el fermento y hoy a la mañana la usé para hacer un pan integral, esta vez con agregado de semillas de girasol.
El proceso de elaboración fue el mismo de la vez pasada, pero ahora le agregué un 10% de harina común y  tardó mucho menos en levar y la miga quedó un poco más aireada. El sabor también mejoró, bajó la acidez y el gusto a fermento fue más leve también.
Creo que más allá del pequeño porcentaje de harina blanca que agregué, lo importante  es que la masa madre fue tomando fuerza, y realmente el resultado del paso del tiempo fue increíblemente bueno.
No sé cuánto durará, pero yo la voy a seguir alimentando y tengo la esperanza de poder seguir disfrutando de este milagro en mi cocina, por los siglos de los siglos.


martes, 1 de septiembre de 2015

Cuscús, el compañero ideal que nunca falla





El cuscús o también llamado cous cous, es un tipo de molienda de la sémola de trigo que tiene la particularidad de que no necesita cocinarse, solo hidratarse. Esto es una gran ventaja ya que en 10 o 15 minutos lo podés tener listo y preparar una comida con pinta de “sofisticada” si alguien te cae de improviso.
Para preparar un cuscús básico hay que calentar el mismo volumen de líquido (lo ideal es un caldo sabroso pero también puede ser agua con agregado de  sal,especias y hierbas) que de cuscús. Cuando el líquido llega a ebullición se agrega el cuscús, un chorrito de aceite de oliva o manteca, y se tapa. A los 15 minutos, al destaparlo, veremos que absorbió todo el caldo y está listo para comer. Puede servirse como parte de una guarnición de carnes y pescado, como entrada o principal acompañado con verduras y frutas secas.
La última vez que vino mi amigo Charly, gran cocinero y amante del buen comer (por algo somos amigos…), lo recibí con este cuscús acompañado de chauchas y berenjenas especiadas, zapallo caramelizado con nueces pecan y un poco de rúcula para refrescar el paladar. Resultado?...cuando terminamos de almorzar los platos quedaron tan limpitos que parecían recién sacados del lavavajillas…