jueves, 25 de julio de 2013

Sabores del Edén, parte I...


Después de unas semanas sin dar señales de vida vuelvo al ruedo para contarles mi experiencia gastronómica por el nordeste de Brasil. Me fui solo diez días, pero pareció una eternidad, tanto que mi paladar y mi estómago aún no logran re-adaptarse a Buenos Aires.

Estuve tres días en Fortaleza y una semana en Jericoacoara, un pueblito de pescadores a 300 km de Fortaleza. Antes de contarles a cerca de los platos que probé les hago un breve paneo de la cultura culinaria de esta región nordestina, como para vayan entrando en tema (y se les vaya haciendo agua la boca).

-          Vayan a donde vayan y pidan lo que pidan, jamás les va a faltar en la mesa una buena porción de arroz, solo o con feijón (poroto). El arroz para ellos es como el pan para nosotros, es más, en la carta de algunos restaurants ni aparece el arroz en la descripción de los platos, dan por hecho que está incluído.

-          Comer pescados o mariscos cuesta lo mismo o menos que comer carne, pollo, pastas o pizza. Todos los productos del mar son excelentes y súper frescos.

-          Dado que están muy cerca del Ecuador tienen frutas tropicales y exóticas todo el año. Cuáles? Mamón, mango, ananá, melón, sandía, banana, acerola, graviola, guayaba, cajú, açaí, entre otras.

-          Los platos siempre son muy abundantes, a veces con un plato comen dos, y si dice para dos, lo más probable es que coman tres.

-          Nunca se cobra cubierto, pero sí, en la mayoría de los lugares, cobran un 10% adicional como propina obligatoria.

-          Los precios son muy accesibles, yo los voy a poner en reales, y calculen que en este momento es real cotiza a $2,5, más el 20% si se paga con crédito, habría que multiplicar por 3.

Empecemos la recorrida por Fortaleza...

Fortaleza es una ciudad enorme, con lo cual la oferta gastronómica es muy amplia, aunque si estás cerca del mar, para mí lo mejor es comer en alguno de los barcitos que están sobre la playa. Un pescado a la parrilla con ensalada y “baião” (arroz con porotos), cuesta unos R25, para dos. La cerveza de 600cc, R3,75 (siempre bien helada, por suerte!) y la caipirinha, R3,75.
 

Otra opción es el filet de róbalo frito, con ensalada, arroz y macaxeira (mandioca frita), también para dos, por R18.  Evidentemente la fritura estaba muy bien hecha porque yo no consumo fritos jamás y no me cayó para nada pesado.

 
 

En los últimos años se desarrolló un polo gastronómico en el barrio de “Varjota”, donde hay opciones para todos los gustos y presupuestos (sushi, pasta, pizza, carne, comida regional, etc…), pero lo ideal es elegir algún restaurant tradicional, así que allá fuimos. Como veníamos comiendo y tomando bastante, decidimos probar un pollo grillado con vegetales al vapor (que llegó con la infaltable porción de arroz), muy bien servido y con muchas verduras (R32 para dos de buen comer), y por el mismo precio había pescados con diferentes salsas, también para compartir.

Para ir terminando con la ciudad de Fortaleza no puedo dejar de mencionar el Mercado de Beira Mar,  que se ubica sobre la playa todos los días de 17 a 22,  donde podés encontrar ropa, calzados, artesanías y productos típicos como la cachaça, las castañas de cajú, solas o con miel y sésamo (una perdición, créanme!), salsas picantes, frutas pasas, cocadas, etc...

 
Y el mercado de Peixe, en la playa de Mucuripé, que abre desde la mañana hasta las 5 de la tarde. Ahí hay unos 50 puestos donde vos podés elegir el pescado o marisco que vas a comer, recién sacado del mar, te lo llevás y en un lugarcito aparte te lo cocinan cómo vos quieras. Hay mesas y sillas para comer ahí mismo y guarniciones y bebidas para sumar.



 

Otras cosas que no hay que dejar de probar son los camarones, la langosta, las patitas de cangrejo, la moqueca (guiso de pescado, mariscos o raya, con leche de coco y aceite de dendé) o las “bolinhas de bacalao”, unas mini croquetas deliciosas.

Para la próxima les doy un paseo por los sabores de Jericoacoara…

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