1) Provoleta
Después de varios intentos fallidos para recrear ese manjar, crocante por fuera y cremoso por dentro, característico de todas las parrillas porteñas, decidí investigar el porqué de mi fracaso. La explicación es muy simple, la “Provoleta” es una marca registrada y no un tipo de queso. El mismo de denomina “Queso Provolone Hilado Argentino” y es fabricado por un solo productor, su inventor, Natalia Alba. El resto de las marcas son meras imitaciones, muchas veces llamadas “Queso Parrillero”, que no son provolone y tampoco de pasta hilada. Ahora bien, la “Provoleta” no se vende usualmente al público, ya que se distribuye directamente a las parrillas y restaurants; pero aún queda una gran quesería en la Avenida Mitre al 1100, Avellaneda, donde sí se puede conseguir al por menor y a un precio muy accesible.
2) Frutas secas
Hay productos que, comprados aún en poca cantidad, son un gran golpe al bolsillo, y las frutas secas son un perfecto ejemplo. En los supermercados es imposible adquirirlas, no solo por su alto precio, sino también porque no sabemos cuánto tiempo han estado envasadas, esperando que algún alma generosa decida hacer una inversión en ellas. Las naturistas son una buena opción, pero yo recomiendo visitar las distribuidoras de materias primas para confiterías y/o panaderías, donde se consiguen casi a precio de productor y sin necesidad de comprar de a toneladas.
3) Frutas y verduras frescas
En pleno barrio de Almagro, en el cruce de la Av. Corrientes y Pringles, se pueden conseguir las ofertas más inesperadas en materia de frutas y verduras, eso sí, hay que ir con paciencia y saber elegir. Muchas veces de un mismo producto hay 3 o 4 cajones diferentes, que según la calidad, varían su precio. Todas las semanas cambian las ofertas, así que a estar atentos porque siempre hay alguna para aprovechar.
4) ¿Jamón crudo a mitad de precio?
En el barrio de Chacarita, casi frente a la estación del Ferrocarril Urquiza, hay una distribuidora de quesos y fiambres, donde, además de infinidad de productos de almacén a muy buen precio, se pueden conseguir trozos de jamón crudo (lo que queda adherido al hueso después de fetearlo) al precio del fiambre más barato. Éstos “restos” de jamón son ideales para agregar en un guiso de lentejas, de mondongo o simplemente para hervirlos y hacer unos exquisitos sandwichs.
5) Mercado Boliviano en Liniers
En la calle José León Suarez, en pleno Barrio de Liniers, concentrados en tan solo dos cuadras, existen decenas de pequeños puestos y negocios que ofrecen productos típicos de la gastronomía boliviana (especias, papines, frutas, golosinas, etc…), y muchísimas cosas no tan típicas, a precios muy convenientes. Hay un local muy grande, a 1 y ½ cuadra de Rivadavia, donde se pueden conseguir semillas, harinas y condimentos a mitad de precio que en cualquier naturista porteña (semillas de girasol, chía, lino, sésamo, fécula de maiz, de mandioca, etc…y todo de excelente calidad). También hay una carnicería, una pescadería y un par de verdulerías con ofertas muy buenas para aprovechar. Están de lunes a sábados todo el día. También se pueden degustar comidas típicas preparadas en el momento (en la calle o en algunos locales).
5) Mercados Vs. Ferias
Hace ya un tiempo que se viene mencionando a los mercados como lugar para adquirir mercadería de buena calidad y fresca, pero se han olvidado de mencionar un detalle, “carísima”. Tanto el mercado de Belgrano (en la calle Juramento), como el Mercado del Progreso (en Primera Junta) tienen unos precios astronómicos.
La mejor opción para comprar productos de granja, carnes, pescados, frutas y verduras, son las ferias itinerantes. En todos los barrios hay una o dos, al menos un día a la semana. Se ubican en las plazas, y están desde las 8 de la mañana hasta la 1 o 2 de la tarde. Yo voy asiduamente, hace más de 5 años (los jueves), a la de la “Plaza San Miguel de Garicoits”, en Colegiales, y les puedo asegurar que desde que probé los pollosde Entre Ríos, del puesto de Alejandro (y familia), no he podido comer otro pollo. Ahora ampliaron la oferte y están ofreciendo cortes de cerdo, con un precio de entre un 30% y 40% más barato que en el supermercado o las carnicerías del barrio, y te lo pesan después de limpiarlo! Las frutas y verduras de Luis son las mejores, y si alguna no está buena, él mismo te recomienda no comprarla. Hay pescado siempre fresco, quesos y fiambres y hasta una naturista. Si todavía no visitaste la de tu barrio, entrá a esta página y enterate dónde tenés la más cercana: http://estatico.buenosaires.gov.ar/apps/contenido/archivos/10898.pdf
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