Las rabas perfectas, sequitas y bien tiernas en su interior; y las empanadas un manjar, masa súper casera, y rellenos bien diferenciados, muy sabrosos pero suaves. Como principales pedimos: filet de lenguado con crema de camarones y mejillones sobre colchón de vegetales ($55, lo comimos entre dos), espaguetis con mariscos ($40, puro marisco y los fideos caseros!), y mi hermano, que no es amante de los productos del mar, se decidió por una clásica suprema Maryland ($35, como Dios manda, interminable, y la banana no estaba blanda ni pasada). Acompañamos con un Etchart Privado Torrontés ($26) y esta vez obviamos el postre, pero habíamos probado las natillas en otra ocasión y eran dignas de recordar.
Obviamente la cocina española es la especialidad del lugar, cazuelas, arroces, mariscos, pulpos, pero también ofrecen parrilla y pastas y juzgar por lo que vimos y probamos, todo es más que recomendable. Eso sí, si van un viernes o sábado, no olviden reservar previamente.
Les dejo de recuerdo la pizarra para que vean otras opciones y para terminar una tentadora cazuela de mariscos recién salida de la hornalla.
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