miércoles, 14 de agosto de 2013

Clásico de clásicos, pionono...


Hoy, un clásico de clásicos, pionono. Sí, ya sé, lo primero que pensás es que la receta más simple consiste en ir a comprarlo al súper, pero te aseguro que una vez que lo hagas, nunca más vas a querer volver al industrial. ¿Por qué?, varias razones: lo podés hacer del tamaño que necesites, nunca se te va a quebrar cuando lo enrolles,  tenés la opción de saborizarlo, y lo más importante, es mucho más rico!. Si seguís los pasos que te cuento a continuación, es imposible que te quede mal, así que manos a la obra.

Antes que nada te digo que con las cantidades que te paso, sale una placa de 25cm x 35cm, según el tamaño de tu molde, podés agregar huevos, siempre respetando las proporciones. Yo usé 3 huevos, 30 grs. de harina, 30 grs. de azúcar y 2 cdas. soperas de miel. La regla es muy fácil, por cada huevo son 10 grs de harina y 10 de azúcar, pero si lo querés más grueso, le agregás 10 grs más de harina y 10 de azúcar, al total de la preparación (no 10 más por cada huevo).

Primero hay que batir los huevos con el azúcar a punto letra, o sea hasta que puedas hacer un dibujo con el batido y se mantenga el trazo por unos segundos. Después, agregar la miel y unas gotas de vainilla (puede ser ralladura de algún cítrico también). Batir unos segundos más para integrar y dejar la batidora. Por último, agregar la harina con movimientos envolventes y volcar sobre una placa forrada con papel bien enmantecado (sin enharinar). Antes de llevar al horno, pasar un dedo por todo el borde, como haciendo un surco entre la masa y los laterales del molde, y cocinar en horno fuerte entre 10 y 12 minutos. Retirar y desmoldar sobre un paño. Con mucho cuidado sacar el papel y enrollar con el paño. Dejar entibiar un poco, sacar el paño y volver a enrollar pero esta vez con el papel.    
 

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