jueves, 9 de mayo de 2013

Lenguado "ensemillado"


Lamentablemente en nuestro país es muy bajo el porcentaje de consumo de pescado, y no es porque escasee, solo se trata de falta de costumbre, o más bien, de cultura. Podría estar horas hablando sobre este tema,  y seguramente en breve les compartiré mi opinión, pero hoy solo voy a dejarles una receta para que prueben una forma distinta de consumir pescado, dejando de lado el ceviche, el sushi o el típico filet de merluza a la romana.
Elegí lenguado porque lo conseguí súper fresco, en el barrio chino, y a un excelente precio. El lenguado tiene la ventaja de ser muy magro, como la mayoría de los pescados blancos, y de sabor sumamente suave. La única contra es que se puede secar demasiado si se pasa de cocción, por eso es muy común consumirlo crudo (en ceviches o tiraditos) o acompañado de alguna salsa (“lenguado al roquefort", plato típico de cantina). Yo decidí “ensemillarlo”, o sea, empanarlo con semillas, lo cual le aporta muchísimo sabor, nutrientes, y mantiene la humedad al cocinarlo. El procedimiento es igual que cuando empanamos milanesas, simplemente reemplacé el pan rallado por una mezcla de semillas de sésamo, girasol y lino (previamente molidas o machacadas) con un poco de avena arrollada (las proporciones son a gusto). Si no te animás a tanta cantidad de fibra junta podés bajar la dosis de semillas y usar un poco de pan rallado. Pasás los filets por huevo o clara sola (condimentado con sal y pimienta), después por la mezcla de semillas y los ponés en una placa con rocío vegetal. Cocinás en horno fuerte hasta que estén bien dorados. Quedan muuuuy crocantes y con ese sabor increíble que le aportan las semillas tostadas. Aunque no seas muy amante del pescado, tenés que probar esta receta, ¿dale?.

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