martes, 24 de abril de 2012

El pez por su "cola" muere...


Esta vez he decidido escribir no solo a título informativo, sino también en tono de protesta. Sí, protesto contra la gente que se cree que porque sus palabras son publicadas por uno de los diarios más leídos del país, tienen derecho a escribir cualquier cosa, sin informarse previamente, cayendo en errores descomunales.

Paso a contarles: la revista que acompaña la edición del diario “La Nación”, específicamente la del pasado domingo 22 de abril, publicó una nota sobre los beneficios del consumo de pescados azules. En la nota se hizo una breve descripción del tipo de grasa contenida en los mismos y de sus contribuciones a nuestra salud. Hasta ahí, todo perfecto. El problema comienza cuando, después de mencionar algunos ejemplos de este tipo de pescados, la autora del artículo intenta dar algunas recomendaciones sobre distintas opciones para incorporarlos en la dieta, entre las cuales sugiere comprar “Salmón blanco” porque es más económico, y claro!!!, ¿cómo no va a ser más económico si no es salmón?, y para colmo está lejísimos de la familia de los salmónidos y los pescados azules. 

Luego de mi despacho, procedo a dar el alegato correspondiente.

Para quienes no lo saben, lo que se conoce como “salmón blanco” o “salmón de mar”, cuyo nombre científico es  Pseudopercis semifasciata pertenece a la familia denominada “Pinguipedidae”, que nada tiene que ver con la de los salmónidos. Es un pescado que habita en el Océno Atlántico (por eso también se lo puede encontrar como salmón del Atlántico), a diferencia del salmón rosado, que vive en el mar pero remonta los ríos para desovar, y se encuentra en el Océano Pacífico. El salmón blanco además de no ser un salmónido, como ya mencioné, tampoco es un pescado azul, y la prueba más fehaciente de esto es la forma de su cola. Sí, tal cual leyeron. La mejor forma de distinguir un pescado azul es por su cola en forma de V, mientras que la de los pescados blancos tiene una forma de tipo semicircular, como pueden ver en las fotos.

Cola de pescados Blancos

Cola de pescados azules

Ahora les muestro una foto del salmón blanco y una del rosado, donde esto se aprecia perfecto.

“Falso” salmón blanco


Salmón rosado

Si van a la pescadería, y hay de las dos variedades, van a poder ver que tienen cierta similitud en la pigmentación de la piel (las manchitas en el lomo), y por eso es que “popularmente” se dice salmón blanco o de mar, aunque de salmón no tenga nada.

Para terminar, les voy a dejar una breve reseña de los beneficios de los pescados azules, y les digo que sin necesidad de recurrir al salmón rosado, que es una de las variedades más caras, pueden probar la palometa o la anchoa de banco que son deliciosas y admiten muchas formas de cocción: al horno, parrilla, en filet a la plancha, y hasta como relleno de tartas o empanadas, para salir un poco de la rutina de los enlatados. Otras variedades de esta familia son: trucha, anchoa, boquerón, caballa, jurel, atún, bonito, cazón.

Beneficios de los pescados azules.
Años de experimentación culinaria y estudios nutricionales han permitido descubrir que son alimentos saludables, protectores del corazón que además previenen enfermedades reumáticas, algunos tumores y mantienen la piel sana. Y todo gracias a su alto contenido en un tipo de ácidos grasos esenciales: los omega 3. Los ácidos omega 3, con los que hoy se enriquecen desde huevos a leche, pasando por margarinas, son grasas monoinsaturadas, un grupo al también pertenece el aceite de oliva. Se sabe que, frente a la insaturadas y la transaturadas, producen beneficios en el sistema cardiovascular porque contribuyen a rebajar las concentraciones de triglicéridos en sangre, inciden positivamente en los niveles de colesterol y mejoran la hipertensión, evitando la formación de placas de ateroma en las arterias y contribuyendo a la elasticidad y dilatación de las últimas. Algunos estudios hablan que la ingesta dos veces por semana de pescados azules puede llegar a disminuir a la mitad la mortalidad por enfermedad coronaria. Pero no sólo el corazón agradece el consumo regular de pescados azules. El sistema osteomuscular es otro de sus beneficiados. Y es que las grasas juegan un papel muy importante en la biología esquelética y la salud de los huesos porque ayudan a mantener la densidad ósea del esqueleto.

Por eso, los ácidos omega 3 son positivos frente a enfermedades como la artritis y la osteoporosis. La primera es una enfermedad inflamatoria que termina por deteriorar el cartílago y contra la que los ácidos omega 3 protegen, gracias a que inhiben la acción de sustancias como los leucotriendos y la postaglandinas, las cuales desencadenan el proceso inflamatorio de la enfermedad.

Es también este papel antiinflamatorio el que logra que los omega 3 de los pescados azules mejoren problemas alérgicos como el asma: algunas investigaciones señalan que consumiendo 2000 mgr diarios, la función pulmonar aumenta hasta un 23 por ciento. Se han descubierto ventajas similares frente a otras dolencias, en este caso del tracto digestivo como la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn.

Asimismo los omega 3 son beneficiosos para la piel, sobre todo en lo que se refiere a la protección frente a la radiación ultravioleta del sol. Otra vez debido a su potente efecto antiinflamatorio, alivian trastornos dermatológicos como las dermatitis atópica y la psoriasis. Para acabar la lista de los múltiples efectos beneficiosos de los pescados azules, mencionar que pueden prevenir tumores de mama y colón, y que mejoran la acción de la insulina en los diabéticos.

Pero no sólo de omega 3 pueden presumir estas especies, ya que también son ricas en yodo, hierro, magnesio y fósforo, y encierran buenas dosis de vitaminas A, D y B12. El mejor momento del año para consumirlas depende de cada variedad: el jurel, entre diciembre y mayo, la sardina, de abril a octubre, y el salmón, todo el año. La cantidad de grasa de los pescados es mayor en verano y a principios del otoño que en el resto de las estaciones, pero estas concentraciones también dependen de la edad y el tamaño de cada ejemplar.

Respecto a la forma más adecuada de cocinar los pescados azules, nutricionalmente hablando conviene elegir la parrilla, el horno, la papillote y también el vapor. En general, vale cualquier técnica que no requiera mucha elaboración y preserve todos sus nutrientes, incluidos los omega 3.

Ojo!  quienes sufran altas tasas de ácido úrico deberán controlar su consumo.

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