domingo, 20 de noviembre de 2011

"El Manto", rozando la excelencia

Dejándome llevar por mi amor (y el de mi familia) hacia la comida de medio oriente esta vez decidimos ir a conocer “El Manto”, un afamado restaurant armenio que abrió sus puertas hace diez años en el barrio de Palermo. El lugar está muy bien ambientado, es tranquilo, y la atención es más que cordial. La moza explica en detalle cada plato que llega a la mesa y se preocupa porque no falte nada.

Les cuento, y muestro, todo lo que comimos, y les anticipo que los precios son un poco elevados, pero vale la pena la experiencia (hay descuentos algunos días y con eso la cuenta resulta más amable). Para empezar traen variedad de panes, todos calientes, muy bien (cobran $10 el cubierto, no sería caro si trajeran al menos queso blanco para cambiar los sabores, pero los perdono). 

De entrada pedimos un “mezze”, que es una degustación de siete especialidades ($52, dice para 2 pero pican 3 o 4 Fácil, riquísimo).

 Como principales comimos cordero con frutos secos y trigo burgol ($72, sublime) y shish kebab completo ($66, dos pinchos enormes de carne molida con trigo y especias sobre pan acompañados por verduras asadas y yogur natural, excelentes). Con la entrada y los dos platos, siendo tres, no podíamos terminar.






 De postre elegimos la torta de higos, dátiles y nueces, con helado de naranja ($30, la torta deliciosa y el helado aún más). ¿LA bebida?, precios normales, agua o gaseosa $11, copa de vino desde $18.
Ahora les voy a mencionar un pequeño inconveniente que surgió en uno de los platos, que es la razón de porqué el restaurant “roza” la excelencia pero, al menos hoy, no la alcanza. Tuve la mala suerte de encontrar un trozo de plástico, de un lindo tamaño, dentro de mi plato de cordero. Luego de comentárselo a la moza, ella se disculpó repetidas veces y nos dijo que el plato sería descontado de la cuenta, a lo que respondimos que no era necesario porque realmente la comida había estado muy bien, más allá del infortunio. Frente a ello nos ofreció bebidas de cortesía y como solo pedimos un café, no solo no nos cobraron el café sino que finalmente tampoco nos cobraron el plato de cordero.  El error fue grave, pero la respuesta fue acertada, con lo cual el balance final es positivo y seguramente volveré. Si te gustan las especias y los sabores exóticos no podés dejar de conocer “El Manto”. Abren todos los días por la noche y los sábados y domingos también al mediodía. Queda en Carranza y Costa Rica.

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